El bautizo como el fundamento de la transferencia ontológica
¿Cómo puede
la ontofenomenología hermenéutica reconciliar la aporía entre la
intencionalidad ontológica y la transcendencia relacional, considerando la
dialéctica entre la ontoepistemología fundacional y la ontoepistemología
procesual, en un contexto donde la realidad se presenta como un complejo
entramado de significaciones, interpretaciones y reconfiguraciones que desafían
la distinción entre la identidad y la alteridad, la presencia y la ausencia, y
la relación entre la substancia y la relación, teniendo en cuenta la
perspectiva de la teoría de la complejidad, la filosofía de la diferencia y la
ontofilosofía de la relación?".
Uriel sanchez
Con el bautizo: ¿Veamos que es una ontofenomenología? Pues es Heidegger
traduciendo este termino a una dialéctica de autoconsciencias pues en él la
fenomenología se vuelve una ontología, esa onto fenomenologia no puede tener
mas que un desarrollo hermenéutico y ahí tenemos a Gadamer con el ciclo de la
interpretación pero la cuestión esta en resolver la aporía es decir el problema
irresoluble entre al intencionalidad ontológica y la trascendencia relacional,
pero ¿Cuál es la intencionalidad ontologica? pues la de la existencia autentica
en el conocimiento del Dasein que es una experiencia del ser en esta angustia
en el que se revela como un ser para la muerte y es obligado en esa consciencia
de finitud a un proyecto propio de existencia, pero y la relación con los otros
como este proyecto propio va a salir de su inmanencia para trascender relacionalmente
y aquí no me queda más que ir a un ejemplo el encuentro entre Jesús y Juan:
El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el
Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
30Este es aquel de quien yo dije: Después de mí viene un varón, el cual
es antes de mí; porque era primero que yo.
31Y yo no le conocía; más para que fuese manifestado a Israel, por esto
vine yo bautizando con agua.
32También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía
del cielo como paloma, y permaneció sobre él.
33Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me
dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es
el que bautiza con el Espíritu Santo.
34Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios. ¿Qué
sucede aquí?
Pues que Juan con el bautizo esta matando todo ego para superar la
dialéctica de las autoconciencias, pero Juan mata la voluntad, mientras que en
el bautizo de Cristo se mata el ego en la razón, sin este matar el ego, sin
este matar esta lucha por el reconocimiento tanto en la voluntad que busca
imponerse a la fuerza como en la razón que busca convencernos para someternos
no es posible la transferencia, por eso nosotros empezamos el biotejido siempre
desde el bautizo en el evangelio de la matria pero claro hay un problema la
dialéctica epistemológica, una esencial y otra procesual, para comprender esto
veamos como se van formando las categorías en el pensamiento de Marx y es que
no nos sucede como a Jesús y a Juan que de pronto están inspirados en un mismo
espíritu y se comprenden más allá del lenguaje logrando gnosis más allá de todo episteme, nosotros construimos
epistemes, teorías del conocimiento para recién pasar a conocer, así que
decimos claramente el bautizo es la clave, pero de ahí que aceptes bautizarte
es todo un problema donde lo que hay es una lucha espiritual toda una
biodramaturgia.
1. EL
MÉTODO DIALÉCTICO en Marx DE LO
ABSTRACTO A LO CONCRETO (20,41-33,14; 21,3-31,38) (Cuaderno M, desde la página
14 del manuscrito, terminado a mediados de septiembre de 1857)
“Este último
es, manifiestamente, el método científico correcto. Lo concreto es concreto
porque es la síntesis de múltiples determi- naciones, por lo tanto unidad de lo
múltiple. Aparece en el pensar como proceso de síntesis, como resultado, no
como punto de par- tida. . . En el primer camino, la representación plena se
volatiliza en una determinación abstracta; en el segundo, las determinaciones
abstractas conducen a la reproducción de lo concreto por el camino del pensar.
. . El método consiste en elevarse (aufzusteigen) de lo abstracto a lo
concreto, de reproducirlo como concreto espiritual” (21,33-22,5; 21,39-22,10).
Las
reflexiones sobre el método siguen, inmediatamente, lo que ya hemos considerado
en cuanto a la producción. Es necesario entonces no perder de vista la
inmediata reflexión realizada sobre el tema, y, al mismo tiempo, comprender que
Marx vislumbraba la dificultad de emprender una reconstrucción completa de la
economía política, y por ello era necesario tener bien claro el camino que
iniciaba. Pensamos que los temas centrales que pueden detectarse, entre otros,
son cinco: la cuestión de la abstracción de las determinaciones; el ascenso
dialéctico de lo abstracto a lo concreto; la construcción sintética del todo
concreto; la problemática en tomo a las categorías; y, por último, el plan de
investigaciones que emprende, que muestra en su inmadurez todo lo que Marx
ganará en sus estudios escritos en los Grundrisse –ya que “sobre la marcha” irá
cambiando su plan hasta que alcance, al fin de los Grundrisse, su fisonomía
definitiva.
Nosotros
comprendemos el proceso Hegueliano
Como el ir de
una idea a la cual comprendemos como ser en una ontoteología a lo concreto en
una inversión para luego convertirnos en una síntesis de lo espiritual
concreto.
1(espiritual
ontoteologico)→ 0 (concreto)→10(síntesis espiritual concreto)
Pero en Marx el proceso es distinto va de lo abstracto que
para él es difuso a lo concreto para luego hacer una síntesis de lo concreto
espiritual.
0 (Abstracto confuso)
→1 (concreto conocimiento)→ 01 (Síntesis concreto espiritual)
Y entonces en Hegel hay una episteme
idealista donde la idea es la que hace la síntesis y en Marx una episteme
materialista, pero que es esa materia, que es eso concreto, en nuestra
reflexión sobre el sistema Hegueliano
llegamos a comprender que la idea de Heguel es el espíritu librándose de toda
idea, claro que ese espíritu era el sujeto burgués objetivándose en el estado
burgués, en Marx la materialidad es trabajo y la síntesis de lo concreto
espiritual es el trabajo libre que no está siendo enajenado por el capital.
Pero nos estamos adelantando sigamos viendo esto con más
cuidado.
1.1. ABSTRACCIÓN
DE LAS DETERMINACIONES (20,42-29,36; 21,6-28,40) La cuestión de la “abstracción
(Abstraktion)” (21,7; 21,14) atraviesa toda la reflexión de Marx sobre el
método, y por ello se necesita leer todo el parágrafo que nos ocupa para
descubrir el sentido de la cuestión. El punto de partida es “lo real y lo
concreto (Realen und Konkreten)” (21,3; 21,9-10), lo supuesto en toda
investigación. De ese concreto real ( el sistema colonial latinoamericano,
p.ej.) tengo una “representación plena (volle Vorstellung)” (21,40; 22,3), o,
de otra manera, “una representación caótica” (21,14; 21,20), inicialmente
confusa, que, de todas maneras, se sitúa ya en el “mundo conceptuado (begriffne
Welt)” (22, 16; 22,21). Para Marx, lo conocido (lo que está “en la cabeza [im
Kopfe]”: 22,30; 22,31) (nivel 2 del esquema 5) no puede confundirse con lo
real, que guarda siempre una exterioridad de todo posible conocer,
contradiciendo la posición fundamental de Hegel, ya que “Hegel cayó en la
ilusión de concebir lo real como resultado del pensar” (21,38-39; 22,6-7) (es
decir, para Hegel el nivel 6 y 7 produciría y se identificaría a 1, del esquema
5).
Para Marx era muy importante distinguir
claramente entre lo real y lo pensado, ya que el espectro hegeliano estaba
siempre en el horizonte (la realidad: A, no es lo pensado: B del esquema 4):
“El todo, tal como aparece en la cabeza como todo del pensar, es un producto de
la cabeza que piensa” (22,29-31; 22,31-32). Para Kant la “representación
(Vorstellung) “es el acto del conocer un objeto por categorías. No es
exactamente así para Marx. El conocer por “representación” es un acto cognitivo
inicial, ingenuo, primero, pleno de sentido pero confuso, caótico. A partir de
la “representación” originaria comienza su acción –productiva de conocimiento–
la abstracción, como momento analítico de la razón: “. . . tendría una
representación caótica de la totalidad y, por medio de determinaciones más
precisas, llegaría analíticamente (analytisch) a conceptos cada vez más
simples” (21,14-16; 21,20-22).
El acto de la abstracción es analítico, en
el sentido que separa de la “representación plena” uno a uno sus múltiples
contenidos noéticos (momentos de la realidad de la cosa misma); separa una
parte del todo y la considera como todo. El considerar una “parte” como “todo”
por la capacidad conceptiva de la inteligencia, es la esencia de la
abstracción. Como acto, la abstracción separa analíticamente; como objeto o
contenido, la abstracción produce una “determinación abstracta “. La
“determinación” –lo hemos visto más arriba– es un momento real de la cosa, pero
en tanto ese momento se abstrae (se separa analíticamente) es ahora un concepto
que “reproduce” lo real (“reproducción [Reproduktion] de lo concreto”; 21,42;
22,5); es ahora un momento del pensamiento, un momento conceptuado. La
abstracción (flecha b del esquema 5) no separa directamente la determinación de
lo real concreto (nivel 1), sino de la “representación” ya conocida (nivel 2).
Por ello la representación (flecha a) es anterior a la abstracción (flecha b),
y la representación (nivel 2) es el punto de partida de la determinación
abstracta (nivel 3). De esta manera la representación es “volatilizada” en la
determinación abstracta; como representación plena desaparece, es negada
metódicamente –por el momento, analíticamente. Es en este sentido que se
escribe: “La abstracción de la categoría trabajo, el trabajo en general, el
trabajo sans phrase. . . es el punto de partida de la economía mo- derna”
(25,41-44; 25,21-23). Las determinaciones se abstraen, pero igualmente se
“producen”. Se producen o construyen en cuanto a la claridad y precisión de sus
contenidos noéticos. Se trata de un trabajo teórico (no de una práctica teórica,
sino de una producción teórica), y por ello en el plan primitivo de la obra, la
primera acción era estudiar “las determinaciones abstractas generales (die
allgemein abstrakten Bestimmungen) que corresponden. . . a todas las formas de
sociedad” (29,34-36; 28,37-39). El estudio o investigación de las
determinaciones, sean simples o complejas, por análisis, es el primer momento
del método teórico para Marx –ya que la mera representación es un momento del
conocimiento cotidiano, precientífico, predialéctico. En el análisis se exige
la disciplina del pensar metódico.
Muy bien entonces tenemos dos epistemes ¿Cómo
se relacionan?
Pues por un proceso de inversión
Marx invierte la episteme Hegueliana, hemos
visto la puerta Noot en la lógica de Boole a lo que hemos respondido con
nuestra mediación invertida, en el caso del bautizo de Jesús por Juan él está
invirtiendo simbólicamente a Cristo, es como si Marx invirtiera simbólicamente a Hegel y entonces lo convierte a su espíritu a
su episteme, pero lo increíble es que Juan se ha convertido primero a Jesús reconociéndolo
como
el cordero que quita el pecado del mundo.
¿Sería posible que Hegel se dejara invertir por Marx hasta
convertirse a su episteme y que luego Marx se dejara invertir por Hegel para convertirse
al Heguelianismo?
No es casi imposible pero eso es lo que
plantea la transferencia ontológica, comprendiendo que la única manera de
superar a aporía de una episteme fundacional y otra procesual es la conversión
de una a la otra.
¿Pero como se daría este proceso?
Pues por medio de una alteración veamos el bautizo
espiritual de Cristo o más bien su explicación que no es otra cosa que una
alteración.
Jesús y Nicodemo
1Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un
principal entre los judíos.
2Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has
venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú
haces, si no está Dios con él.
3Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que
el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.
4Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo?
¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?
5Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no
naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
6Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido
del Espíritu, espíritu es.
7No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de
nuevo.
8El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni
sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del
Espíritu.
9Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto?
10Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel, y no
sabes esto?
11De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y
lo que hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio.
12Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis
si os dijere las celestiales?
13Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el
Hijo del Hombre, que está en el cielo.
14Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es
necesario que el Hijo del Hombre sea levantado,
15para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga
vida eterna.
De tal manera amó Dios
al mundo
16Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo
unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida
eterna.
17Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al
mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.
18El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya
ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
19Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los
hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.
20Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no
viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas.
21Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea
manifiesto que sus obras son hechas en Dios.
Nicomedo no
comprende esta explicación del misterio pascual que no es otra cosa que la base
de la dialéctica Hegueliana una negación de la negación donde el padre se niega
enviando a su hijo y el hijo se niega dando su vida para salvarnos.
Pero la
pregunta nos dice que debemos ubicar esta aporía en un contexto donde la realidad se presenta como un complejo entramado de
significaciones, interpretaciones y reconfiguraciones que desafían la
distinción entre la identidad y la alteridad, la presencia y la ausencia, y la
relación entre la substancia y la relación, teniendo en cuenta la perspectiva
de la teoría de la complejidad, la filosofía de la diferencia y la
ontofilosofía de la relación.
De hecho todos los
contextos son así de complejos pero pocas autoconciencias son conscientes de
esa complejidad, en el contexto de Jesucristo y Nicomedo pareciera que no son
conscientes de esa complejidad todo Jesús lo reduce a la luz y a la oscuridad,
en un código binario estás conmigo estas en la luz, no estás conmigo estas en
la oscuridad más es llamado es un
proceso pascual de muerte para renacimiento en el que la luz brille en la
oscuridad pero dejemos este ejemplo “simple”
para ir a este ejemplo hipotético en el que Hegel y Marx se encuentran para
esto sigamos comprendiendo la episteme de Marx.
1.2. ASCENSO
DIALÉCTICO A LO CONCRETO ESPIRITUAL (21,28-27,24; 21,35-26,39) Una vez que las
determinaciones abstractas han sido definidas o “fijadas” acontece el momento
dialéctico por esencia, que consiste siempre en un “elevarse” o “ascender”
(21,30 y 22,3; 21,38 y22,9).1 Esta “ascensión” (flecha c del esquema 5) parte
de lo abstracto y construye la totalidad concreta (que sin embargo será
abstracta con respecto a los momentos posteriores del método, en su movimiento
de “retorno” y “descenso”). El método dialéctico consiste en un saber situar a
la “parte” en el “todo”, como acto inverso del efectuado por la abstracción
analítica. La abstracción parte de la representación (todo pleno) y llega a la
determinación abstracta (clara pero simple). El acto dialéctico parte de la
determinación abstracta y construye sintéticamente una totalidad –concreta con
respecto a la determinación, abstracta con respecto a la “totalidad concreta
explicada” (nivel 6 del esquema 5): “Lo concreto es concreto porque es la
síntesis (Zusammenfassung) de múltiples determinaciones, por lo tanto unidad de
lo diverso” (21,34-35; 21,40-41). Ésta había sido la conclusión de sus previas
reflexiones sobre la producción, cuando escribía que el “resultado” al que se
llegaba es que aunque la producción, la distribución, el intercambio y el
consumo no son idénticos, sin embargo “constituyen las articulaciones de una
totalidad, diferenciaciones dentro de una unidad” (20,15-16; 20,25-27). El
movimiento dialéctico es por ello un momento del pensar en general, por el que
“se eleva de lo simple a lo complejo “ (23,31-32; 23,26-27). Lo simple es p.ej.
la producción (determinación que puede por su parte ser descrita en sus
determinaciones esenciales en sí). Pero al ir elaborando las relaciones
mutuamente constitutivas de la producción con el consumo primero, con la
distribución posteriormente, y por último con el intercambio, se construyó así
un todo donde las cuatro determinaciones constituían una nueva totalidad con
mutuas codeterminaciones. Marx se había
“elevado” así de lo simple (la producción) a una totalidad de múltiples
determinaciones (cf. esquema 2). Marx tiene conciencia de que se trata de una
construcción: “La totalidad concreta, como totalidad del pensamiento, como un
concreto del pensamiento, es in fact un producto del pensar (Produkt des
Denkens) y del conceptuar, pero de ninguna manera es un producto del concepto.
. . sino que, por el contrario, es un producto del trabajo de elaboración que
transforma intuiciones y representa- ciones en conceptos” (22,22-29; 22,26-31).
La “construcción” dialéctica obedece a un doble movimiento. Por una parte,
maneja las determinaciones (claramente definidas como “conceptos”, ellos mismos
“construidos” en cuanto esencia pensada con determinaciones internas) y las
relaciona mutuamente entre sí (producción-consumo p.ej.), codeterminándose
mutuamente. De esta manera los “opuestos” se codefinen. En un segundo momento,
se constituye sintéticamente con ellos una nueva totalidad que adquiere
autonomía (es la totalidad articulada con múltiples determinaciones). Llegado a
este nivel concreto lo que antes aparecía como opuesto (producción y consumo),
ahora forman parte de una “unidad” que los comprende y explica. La totalidad
concreta es lo complejo. Lo simple es la determinación (que puede llegar al
nivel de concepto), como el trabajo, la división del trabajo, la necesidad, el
valor de cambio. Con todas ellas, dialécticamente, se asciende hasta las
totalidades concretas, tales como: “. .
. el Estado, el intercambio entre naciones y el mercado mundial” (21,32-33;
21,38) –reténgase, para la cuestión del “plan” de la obra, el orden de las
totalidades concretas.
El “mercado mundial (Weltmarkt)” aparece así como el último
horizonte concreto (nivel 4 del esquema 5); como una totalidad construida
teóricamente. Llegado a este punto es necesario “descender”, nos dice Marx
textualmente: “Llegado a este punto, habría que reemprender el viaje de
retorno, hasta dar de nuevo con la población, pero esta vez no se tendría una representación caótica de un conjunto, sino
una rica totalidad con múltiples determinaciones y relaciones” (21,18-22;
21,24-28). Este “retorno” (ruckwärts. . .) “ ( que serían las flechas d y e del
esquema 5) no se deja ver claramente en la descripción de Marx. De la misma
manera la “totalidad concreta “ pareciera ser, por una parte, la “totalidad
construida” (concreta con respecto a las determinaciones) o la “totalidad
histórica concreta” (la primera, nivel 4, y la segunda, el nivel 6, del esquema
5 ). Cuando se dice que “la sociedad burguesa es la más compleja y desarrollada
organización histórica de la producción” (26,23-24; 25,43-44) se está
refiriendo Marx a una totalidad concreta histórica y real; pero en tanto
conocida y explicada, se trataría de un nivel de complejidad mayor (nivel 6)
que la totalidad construida inicialmente (nivel 4). Adelantándonos en el
tiempo, en El capital, las determinaciones simples (trabajo, división del
trabajo, etc.) permitirían construir la totalidad concreta con múltiples
determinaciones que es “el capital en general”. Desde esa totalidad concreta (pero
al mismo tiempo abstracta con respecto a la sociedad burguesa), a la que por
“ascenso” se ha llegado (tomo I de El capital), se explicaría la totalidad de
la sociedad burguesa (nivel 6), por “descenso”. Todo esto habrá que ir
aclarándolo a medida que el discurso avance en los Grundrisse. De todas
maneras, pensamos que las reflexiones de Marx sobre el método en el Cuaderno M
no son un tratado de metodología, son más bien reflexiones al “correr de la
pluma”. Se ven demasiados sobrentendidos, demasiados aspectos no explicados. En
fin, se habla de un “movimiento” dialéctico general, pero quedan muchas
oscuridades de detalle. Sin embargo, las líneas generales del discurso han
quedado definidas.
¿Es la dialéctica un ascenso de lo simple a lo complejo o de
lo complejo a lo simple?
Pensamos que en Hegel es un ascenso de lo complejo a lo
simple en una síntesis absoluta en la que la metafísica llega a su culmine en
la simplicidad al igual que ene l sistema aristotélico solo que por vía
negativa, en cambio en Marx la dialéctica es un ascenso de lo simple a lo
complejo ¿Porque? Porque la realidad evoluciona en complejidad, mientras que el
espíritu evoluciona en simplicidad aunque la palabra no es evolucionar sino
ascender, mientras que en la realidad no hay ascenso lo material no asciende
desciende a una complejidad cada vez mayor, pero para Marx en su autoconciencia
esto significa un ascender, para nosotros las dos autoconciencias se
complementan. Al punto que sin el ascender espiritual no hay el evolucionar
material pero es que nosotros no estamos situados en el idealismo ni en el
materialismo sino en la transferencia ontológica en un plano existencial
biodramaturgico donde no nos quedaremos en lo inmanente sino que también pasaremos
a lo transcendente ideal que se da en toda relación de autoconciencias, pero
para comprender veamos cómo se configuran las categorías en Marx , para
comprender como se configuran las categoría en la biodramaturgia.
1.3. EL
ORDEN DE LAS CATEGORÍAS (22,7-29,36; 22,13-28,40) Marx no define tampoco lo que
es una categoría. Aparece en el texto como un concepto conocido. De todas
maneras es la cuestión metodológica más ampliamente expuesta en estas reflexiones, y, podría decirse, fue el tema
central del “método” tal como aquí fue tratado. Marx continua en los Grundrisse
la crítica iniciada contra Proudhon en la Miseria de la filosofía. 2 Esto nos
muestra que, para nuestro autor, el socialista francés debía ser muy tenido en
cuenta –y así se verá en el Cuaderno I–, porque los socialistas en el
continente daban cada vez más autoridad a Proudhon, y por ello era necesario
criticar sus posiciones. En realidad, cuando Marx critica a Hegel, no es tanto
a Hegel a quien critica, sino a Proudhon. Este economista caía en el siguiente
error: independizaba absolutamente “el orden del tiempo (Ordnung der Zeit)” de
la “sucesión de las ideas (Folge der Ideen) “.3 Marx está de acuerdo con
Proudhon (contra Hegel) que es necesario no confundir el origen y la sucesión
histórica (orden de la realidad), con el origen y el movimiento lógico del
pensamiento (movimiento de las mismas categorías). Pero donde Marx critica a
Proudhon, es cuando indica que el orden de las categorías no sigue un puro
orden lógico, sino un orden real, pero no histórico-genético, sino el orden
esencial de la moderna sociedad burguesa: “Sería impracticable y erróneo
alinear las categorías económicas en el orden (Folge) en que fueron
históricamente determinantes. Su orden de sucesión (Reihenfolge) 4 está, en
cambio, determinado por las relaciones que existen entre ellas en la moderna
sociedad burguesa. . . No se trata de la posición que las relaciones económicas
asumen históricamente en la sucesión de las distintas formas de socie- dad.
Mucho menos de su orden de sucesión en la idea (Proudhon) (una representación
nebulosa del movimiento histórico). Se trata de su articulación en el interior
de la moderna sociedad burguesa” (28,41-29,9; 28,1-13). Repitamos la cuestión
para descubrir más claramente la posición metódica de Marx. No se trata de que
las categorías o el orden del pensar produzcan la realidad (Hegel). No se trata
de pensar que la realidad se manifiesta ya claramente en la representación
plena (empirismo). No se trata tampoco de confundir el orden del pensar
(categorías) con el de la realidad (en esto tiene razón Proudhon cuando
distingue ambos órdenes). Pero tampoco debe pensarse que ambos órdenes están
absolutamente separados, lo que determinaría que el orden de la sucesión o
movimiento de las categorías es efecto del puro orden del pensar (idealismo, al
fin). Pero tampoco puede pensarse que el orden de las categorías está
determinado por su aparición en la historia (primero las categorías más
antiguas y posteriormente las más modernas). No. El orden de las categorías
(orden del pensar teórico, que surge de la realidad pero no se confunde con la
realidad) debe estar determinado por su posición sincrónica y esencial en la
moderna sociedad capitalista. De esta manera el orden de las categorías (aunque
sea un orden teórico) reconstituye la realidad en un orden abstracto, surgiendo
desde la misma realidad (no desde las ideas). Pero la realidad a la cual el
orden de las categorías hace referencia es la totalidad concreta, con múltiples
determinaciones, que es la moderna sociedad burguesa. Veamos esto por partes.
En primer lugar, las categorías no son puras ideas que surgen de las ideas; ni
son la realidad misma: “Las categorías económicas. . . expresan formas de ser
(Daseinsfor- men), determinaciones de existencia (Existenzbestimmungen), a
menudo simples aspectos de esta sociedad determinada”
Lo real (“la moderna sociedad burguesa en este caso es algo dado tanto en
la realidad (Wirklichkeit) como en la cabeza”; ibid.) es el punto de partida de
la abstracción. En lo real las determinaciones son momentos de su existencia,
formas de ser de la misma sociedad. En cuanto abstractas son ya fruto de un
acto analítico de separación metódica. Las determinaciones abstractas en tanto
definidas son “conceptos”, y en cuanto “instrumentos” o “mediaciones”
interpretativas son categorías. El orden que guardan entre sí las categorías es
el mismo orden real que guardan las determinaciones como momento de la realidad
de la sociedad burguesa concreta. Por otra parte, al comprender la realidad de
la sociedad burguesa comprendo al mismo tiempo la realidad de las sociedades
anteriores menos complejas. Pero, y es esencial, no puede confundirse la
estructura de la sociedad burguesa con el “orden natural” de la economía válida
para todas las épocas –es el fetichismo en el que caen los economistas
burgueses: “La sociedad burguesa es la más compleja y desarrollada organiza-
ción histórica de la producción. Las categorías que expresan (aus- drücken) sus
condiciones y la comprensión de su organización per- miten al mismo tiempo
comprender la organización y las relaciones de producción de todas las formas
de sociedad pasadas. . . [Sin em- bargo] ellas pueden contener esas formas de
un modo desarrollado, atrofiado, caricaturizado, etc., pero la diferencia será
siempre esen- cial (wesentlichem Unterschied)” (26,23-27,5; 25,43-26,23). Si
tomamos por ejemplo el trabajo, podemos comprender que se trata, en primer
lugar, de una determinación real del ser humano. Al mismo tiempo se tiene del
trabajo una representación cotidiana plena, confusa e imprecisa. Se puede
efectuar una abstracción y considerarlo como objeto de un análisis teórico;
alcanzaría así el estado de ser, por una parte, una determinación abstracta, y,
por otra, un concepto. El “trabajo en general” es el fruto de una abstracción:
“Esta abstracción del trabajo en general no es solamente el resulta- do
espiritual de una totalidad concreta de trabajos. . . [sino que es también] la
indiferencia ante un trabajo determinado que correspon- de a una forma de
sociedad” (25,30-32; 25,10-13). El trabajo real, concreto, el del panadero, es
un trabajo “determinado” –determinado
por la “determinación” de la técnica y el arte de hacer o fabricar panes. Si se
abstrae del trabajo del panadero el que sea un “determinado” arte o técnica (la
técnica de “hacer panes”) se obtiene un trabajo indeterminado, indiferenciado,
un trabajo abstracto: un trabajo “en general”. Este trabajo en general
(determinación esencial abstracta) no es la suma de todos los trabajos reales
(“totalidad concreta de trabajos”), sino la “esencia” del trabajo como trabajo,
en cuanto tal: la “laboriosidad” esencial abstracta que comprende todas las
determinaciones o notas de todo aquello que se denomina en concreto y realmente
“trabajo”. El “concepto” de trabajo es el fruto de un análisis de sus
determinaciones esenciales (tal como Marx indicó en el caso de la
“producción”). Sólo después de tener un “concepto” del trabajo podemos
constituirlo en “categoría” económica: “El trabajo parece ser una categoría
totalmente simple. . . Un in- menso progreso se dio cuando Adam Smith rechazó
todo carácter determinado de la actividad creadora de riqueza, considerándola
simplemente como trabajo (Arbeit schlechthin) . . . Con la universa- lidad
abstracta (abstrakten Allgemenheit) de la actividad creadora de riqueza, se da
al mismo tiempo la universalidad del objeto deter- minado como riqueza (als
Reichtum), como producto en general. . .” (24,30-25,13; 24,13-37). Para Marx la
partícula comparativa “como” (als) tendrá una significación ontológica
fundamental, ya que expresará, en su momento, la subsunción (Subsumtion) o acto
por el que una parte es asumida por el todo. Sin embargo, aquí el “como” (entre
los clásicos latinos el ut o in tantum) viene a indicar la reduplicación
abstracta: el trabajo como trabajo (la “laboriosidad”), el producto como
producto (la “productualidad”). La relación indeterminada, indiferenciada
(téngase en cuenta el sentido hegeliano de las expresiones) del trabajoobjeto,
pareciera ser el horizonte categorial más simple y primero de toda la economía
política moderna. Es así que se habla de la “abstracción de la categoría
trabajo, el trabajo en general” (25,41-42; 25,21-22). Luego de haber descrito
los diversos planos (determinación real, representación confusa, determinación
abstracta, concepto y categoría) es necesario volver sobre la cuestión del
“orden” dentro del cual deben ser tratadas las categorías. Pareciera por ejemplo, que la “renta del suelo” (una
categoría económica) debiera ser la primera, ya que la agricultura se encuentra
presente en todas las formas de producción y desde las más antiguas. Si así
fuera, comenzaría (origen) siguiendo el orden del tiempo (la historia). Pero
Marx se opone diciendo: “En la sociedad burguesa ocurre lo contrario. La agricultura
se transforma cada vez más en una simple rama de la industria y es dominada
completamente por el capital” (28,26-29; 27,31-34). Históricamente se podría
comenzar por la “categoría “ renta del suelo (diacrónicamente), pero en la
sociedad burguesa, por ejemplo, la categoría capital es anterior a la renta del
suelo –ya que la funda en la realidad histórica y la explica teóricamente
(sincrónicamente): “No se puede comprender la renta del suelo sin el capital”
(28, 33-34; 27,37-38). De esta manera “el capital. . . debe constituir el punto
de partida” (28,35-37; 27,38-41). Pero el capital es una categoría “compleja “,
o “más concreta” que la más “simple” o “abstracta” de trabajo. Por ello, aunque
el capital deba exponerse antes que la renta del suelo (porque está supuesto y
la explica), antes que el capital habría que comenzar por el trabajo (y otras
categorías simples) para llegar al capital como resultado. Además de la
descripción esencial de una categoría y el descubrimiento del lugar que ocupa
en el orden de la exposición (que es análogo al lugar que ocupa en la moderna
sociedad burguesa, en la realidad), se puede todavía descubrir “las distintas
posiciones (Stellung) que ocupan las categorías en los diversos estudios
(Gesellschaftsstufen) de la sociedad” (29,18-20; 28,22-23). Para resumir,
provisoriamente, podemos indicar entonces que las categorías más simples
(determinaciones abstractas o conceptos construidos) pueden por su parte
constituir categorías más complejas (así la categoría trabajo puede constituir
un supuesto de la categoría dinero, y la categoría dinero constituye por su
parte un supuesto del capital). Y las categorías más complejas o concretas
(“totalidad construida en general”, nivel
4 del esquema 5) pueden explicar, por medio de las categorías que la componen
(por ejemplo “capital constante” o “capital variable”), a la “totalidad
concreta histórica explicada” (nivel 6), la moderna sociedad burguesa. Las
categorías son así elementos o mediaciones de construcción (constitución) o
explicación ; momentos hermenéuticos esenciales del método. Marx será sumamente
cuidadoso en la construcción de las categorías y en el establecimiento de su
orden. Desde ya podemos indicar que los tomos II y III de El capital no
pudieron ser terminados porque la construcción y el orden de las categorías,
que eran los temas de esos libros, no pudieron ser claramente expuestos. Y
cuando Marx no tenía “ante los ojos” la totalidad de la cuestión a ser expuesta
(es decir, todas las categorías necesarias y su orden respectivo) con extrema
precisión, no cometía la irresponsabilidad de editar lo todavía confuso. Marx
es un genial ejemplo de metodicidad, de propia exigencia intelectual, de
extrema responsabilidad ética: era un teórico revolucionario que asumía su
función propia con la misma disciplina con la que un albañil fabrica una pared
perfectamente vertical (y cumpliendo las reglas del arte), o con la que un
sindicalista prepara una huelga en la que arriesga su vida.
Nosotros no, es decir nosotros no somos como un albañil que fabrica su
pared perfectamente vertical y es que el orden de las categorías en una biodramaturgia
se da en la propia lucha, no creemos que haya otra manera de superar las
diferencias epistemológicas en un contexto complejo, por eso en nuestros textos
nuestras categorías cambian y cambian, según
al enemigo con el que nos enfrentemos o
al amigo al que queramos hacer el amor como el samurái Miyamoto Musashi escritor de los 5 anillos que
enfrentaba a sus enemigos siempre con armas diferentes, tiempos diferentes y
lugares diferentes y es que las categorías no importan porque queremos ir a la
transferencia ontológica y el ser
traspasa el lenguaje, el logos es un mediador del ser, claro que en la síntesis
espiritual Hegel o en el de la voluntad trabajo Marx el logos queda integrado,
el verbo es con Dios y el verbo es Dios, pero el verbo puede redeconstruirse en
infinitas de formas, según la ocasión, ¿Esto es un pragmatismo? No se trata de
solucionar la cuestión prácticamente sino de ir a un empirismo puro y a un
idealismo absoluto y a su complementariedad saliendo de todo marco teórico o
practico para lograr
una comunión ontológica.
Por ejemplo ¿He comprendido realmente la pregunta de Uriel Sánchez? Por supuesto que no, la he traducido a mi
autoconciencia si el entra a un dialogo el tendrá que hacer una traducción de
la traducción ¿Llegaremos en algún momento a comprendernos? Por supuesto que no,
al menos que el deje su ego de lado y yo el mío, pero somos filósofos egos
inflados de conceptos así que la cuestión va por desgaste, en algún momento nos
abriremos a una muerte espiritual si continuamos en la lucha y lo que se
develara es el ser y el no ser y la
posibilidad de integrarlos.
Y
entonces Hegel define como “Übergang” el pasaje dialéctico de
un concepto a otro en el camino hacia la Idea absoluta. Para Marx, igualmente,
es un “pasaje” de una categoría a otra, de las más simples y abstractas a las
más complejas y concretas. Así en los Grundrisse se pasará del “Dinero”
(primera categoría en la investigación) a las categorías supuestas (Mercancía,
Valor, Trabajo, Vida), y desde allí se producirá el “pasaje” esencial: del
“Dinero” al “Capital” (categoría compleja fundamental o esencial de todo el
discurso posterior marxista). Pero la propia categoría “Capital” –diferente
p.ej. a “Renta del suelo” o “Salario”– deberá analizarse en su interior en un
despliegue abstracto de sus categorías constitutivas (o determinaciones
esenciales). En cambio para nosotros la cuestión es traspasar personas en una
biodramaturgia y en esa lucha hacemos de mediadores para invertirlos y
convertirlos al idealismo absoluto y al empirismo puro, bautizándolos desde lo
conceptual superado en la revelación del ser y desde la acción pura donde se
devela el no ser así resolvemos la aporía epistemológica en un contexto de
complejidad desde un actuar cibernético de tercer orden y es que si en Hegel aún
nos mantenemos en una cibernética de primer orden donde lo multiple es
integrado a lo uno, en Marx ya estamos en una cibernética de segundo orden
donde lo múltiple altera a lo uno desde su trabajo más en nuestro caso de
tercer orden la alteración de la unidad a la multiplicidad tratando de
integrarla y de la multiplicidad a la unidad diversificándose se dan en un ida
y vuelta produciéndose a la larga el bautizo y rebautizo de uno a la otra como
en el caso de Jesús y Juan.
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