martes, 1 de octubre de 2024

La liberación de la represión fundante como el primer milagro de Cristo

 La liberación de la represión fundante como el primer milagro de Cristo 

 

El objetivo primario de este ensayo es... intentar un sondeo comprensivo de los tiempos en que vivimos. Podría creerse que una época que —en el reducido período de cincuenta años— ha desarraigado, esclavizado o asesinado a setenta millones de seres humanos, debe ser condenada sin más. Pero quedaría algo por hacer: comprender su culpabilidad. Si retrocedemos a épocas más ingenuas, veremos al tirano arrasando ciudades en una búsqueda incesante de gloria personal, al esclavo que —encadenado al carro del vencedor— era arrastrado a lo largo de calles bulliciosas y al enemigo arrojado a las fieras en presencia de la asamblea ciudadana, sin que el espíritu se conmoviera ante crímenes tan irresponsables ni se perturbara la serenidad de juicio. Pero la contemplación de campos de esclavos erigidos bajo la bandera de la libertad, y de masacres justificadas bajo una capa de filantropía o de devoción al superhombre, es algo que en cierto modo traumatiza la capacidad de juicio. Llegado el momento en que el crimen se viste de inocencia —gracias a una curiosa trasposición propia de nuestra época— es la inocencia la llamada a auto-justificarse.

Al b e r t Ca m u s L’homme révolté   

 

 

Al tercer día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús.
2Y fueron también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos.
3Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino.
4Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido la hora. Si los libero de su represión fundante sus cuerpos se desgarraran sus mentes se desquiciaran más su madre abrió su cuerpo y el logos destapo la represión fundante convirtiendo su sangre en vino así María vio los infinitos rostros del logos y su carne no paro de bailar.

 

¿Pero de qué  represión fundante  está  hablando el logos?

Freud la haya como la represión que hace que la energía

Física no entre con tal fuerza a convertirse en energía psíquica que termine por hacer imposible cualquier figuración y aun la posibilidad de constituir nuestros cuerpos, él la ubica en la cuestión del placer y el displacer, para regular esto se hace necesario una represión que no reprima la psiquis sino la energía misma de la pulsión.  

 

Más la pulsión es el mito psicoanalítico, por supuesto que hay algo que media lo energético a lo psíquico pero no sabemos realmente que es Freud se inventa la pulsión y la represión primaria de esta así "El  fin  de  una  pulsión  consiste  siempre  en  la  satisfacción,  que  sólo  puede  lograrse  suprimiendo el  estado de  excitación  en  la fuente  pulsional” pero cuando hay una represión en la propia fuente pulsional ¿A qué se debe?  El mito cristiano nos dice que a la muerte  espiritual, la cual nos da una naturaleza caída en la que la transferencia ontológica que viene de Dios pero que al parecer la recibimos por la naturaleza, no se puede dar con toda su fuerza, porque ni no nuestros cuerpos mortales se destruirían, alguna una idea nos podemos hacer con los cuerpos de los niños relajados y jugando, o con los chamanes en Éxtasis pudiendo hasta pasar por fuego, o con los propios cristianos cuando están con sus avivamientos hablando en en leguas o con los locos de pronto tienen mucha fuerza y no se enferman , es como una transformación en sus cuerpos pasan a una alta intensidad y hay visiones como si los  sentidos se abrieran, pero al parecer lo que sucede es la que la primera represión se ha destapado por lo menos un poco  y hay mucha más energía en todo el cuerpo y en nuestra psiquis, imaginemos esa energía a tal punto que no sea posible ninguna representación mental, como si estuviéramos en todo y todo estaría en nosotros, esa es la experiencia del ser metafísico  y entonces no hay diferencias de entidades todo está  biotejido en una misma energía, en una misma unidad.

 

En ese punto ninguna configuración sistemática es posible, hemos realmente muerto al mundo y a todas sus representaciones.

 

Pero imaginemos una escala de represiones, la más básica y la más importante es la represión dela propia energía, ya comprendemos que si esta no se reprimiera sería imposible formar una entidad tanto física como psíquica, más lo espiritual exige destapar esa represión porque si no nos podríamos religar con todo.

 

La segunda represión es la que nos impide llegar a los arquetipos esas imágenes primordiales fuentes de toda nuestra psiquis, quiero destapar mi deseo con toda su libido y no puedo, aquí viene el problema de la dualidad:

 

La materia y lo espiritual y entonces se produce una figuración encarnada que concretiza esta represión de la libido, la bruja.

 

Claro antes de lo simbólico espiritual, el problema estaba en la necesidad, la hambruna y había que matar a nuestros hijos e hijas para que la tierra produjera esta ¿Era una forma de destapar la represión primaria para que fluyera la fuerza?  Pero una vez lograda el flujo de la fuerza, flujo que no se logra con la transferencia ontológica   venciendo la represión primaria sino tomando esclavos.

 

Está  la cuestión de liberar ya los deseos que si están figurados en él libido el tema del incesto genera la represión   de la libido y aquella que puede destapar a esa represión y derrumbar    toda la civilización es la bruja, la que en otro tiempo más bien  lograba destapar al energía para vencer el hambre y poder procrear, una vez instalado el simbolismo cristiano, la bruja será la clave para establecer el sistema, que se configura desde nuestra teoría como un bucle contra transferencial.

 

Iglesia→←Bruja =sistema edad media

 

¿Cómo superar esta contra transferencia?

 

Primero decir que si la primera represión se hubiera liberado esta represión no existiría, es más la propia energía no se empozaría en la libido, los hombre no idolatrarían a la naturaleza, a sus ídolos hechos por sus manos que son una proyección de su narcisismo sino que adorarían a eso que no se puede representar la integración del ser y el no ser y nada los ataría siendo uno con la naturaleza y con todo  al punto de tener un conocer inmediato y no mediato, es decir no habría razón, ni sentidos que medien y aun si los hubiera y Cristo hubiera convertido el agua en vino toda represión hubiera sido superada, no quedando más camino que la muerte al desgarrar nuestro cuerpo en un éxtasis y la resurrección. Pero ese no es el cazo la iglesia no convierte el agua en vino, sino quemas bien administra el agua  y roba el poco vino que hay el poco gozo que existe en los hombres, cuanto trabajo le costó a Grotowosky  desnudar a Richard Ciezlak  y lograr un poco de vino desde el entrenamiento pre expresivo el solo imaginarlo a Artaud le tomo muchísimo esfuerzo en su teatro de la crueldad más si es posible un teatro de la crueldad o un acto santo en el teatro pobre es si logran aunque sea en algo destapar esta primera    represión, ese modelo del cuerpo del actor como un tigre que se libera es la clave aun en el teatro de Stanislavski y su deformación en el Actor studio los ejercicios de relajación eran primordiales para poder destapar esa primera represión.

 

Pero imaginemos que se puede destapar físicamente, no lo creo sin el perdón de los pecados eso no se destapa, pero imaginemos ahora tenemos la otra represión la de la libido que la iglesia tomo de los maniqueistas, estos de los platónicos y al parecer los platónicos de alguna corriente oriental, y se da la figura de la bruja como servidora de satanás y el principal enemigo de toda la civilización media porque puede destapar esta represión, ¿Qué hacemos pues matamos brujas?  Porque ellas quieren atarnos con la libido a la naturaleza y desligarnos de Dios, o ¿Destapar la represión en la que se fundamenta nuestro sistema? El caso es que pasamos a ver brujas por todos lados y a matarlas, solo en Nietzsche es que occidente se invierte ye l matillo de las brujas se convierte en el martillo con el cual se acaba con platón y toda idea de sublimación.

 

La  sublimación  es  la  salida  que permite satisfacer las  exigencias  del  yo  sin ocasionar  represión pero está  fundamentada en una represión de la libido   donde lo carnal es vulgar, con Nietzsche lo carnal se vuelve cultural. 

 

1. Afirmarás la Vida con toda su Complejidad: Acepta y celebra la vida en todas sus facetas, inclusive el sufrimiento y la lucha. La vida es una obra de arte que merece ser vivida intensamente.



2. Buscarás tu Propio Camino: Rechaza los dogmas y las normas impuestas. Encuentra y sigue tu propio camino, siendo fiel a ti mismo y a tu voluntad.



 3. Superarás al Hombre: Aspira a convertirte en el Übermensch (superhombre), trascendiendo tus limitaciones y buscando constantemente el auto-mejoramiento.



4. Cuestionarás la Moral Tradicional: Desafía las morales establecidas y crea tus propios valores. La moral debe ser una expresión de tu poder y creatividad, no una limitación.



5. Celebrarás la Voluntad de Poder: Reconoce y acepta que la voluntad de poder es la fuerza fundamental de la vida. Usa tu poder para crear y afirmar tu existencia.



6. Vivenciarás el Eterno Retorno: Vive como si tu vida fuera a repetirse eternamente. Esta perspectiva debe guiar tus acciones y decisiones, asegurando que cada momento sea significativo.



7. Adoptarás el Perspectivismo: Entiende que la verdad es subjetiva y depende de tu perspectiva. No existe una verdad absoluta; cada individuo tiene su propia interpretación del mundo.



8. Despreciarás el Nihilismo Pasivo: Rechaza la desesperación y el vacío del nihilismo. En vez de eso, adopta un nihilismo activo que te impulse a crear nuevos valores y significados.



9. Practicarás el Amor Fati: Ama tu destino. Acepta todo lo que te sucede, bueno o malo, como parte esencial de tu vida y crecimiento.



10 Desafiarás las Instituciones y Autoridades: Mantén una actitud crítica hacia las instituciones y autoridades que intenten controlar tu pensamiento y comportamiento. La libertad individual es primordial.

 

 

     

 

     Claro el problema es que ahora queda reprimida la sublimación y el ideal, con la muerte de Dios, que nos dará  la muerte del hombre, más la represión de la libido queda en parte superada y accedemos a su fuerza vital ,no accedemos como buda al nirvana ni como Cristo al vino, por más que Nietzsche haya querido acceder a Dionisos en en Cristo que se da este acceso y el vino se vierte en el amor   a toda la comunidad , no se puede lograr la transferencia en la individualidad. Muchos menos la transferencia de la libido, de hecho tendríamos que decir que el que logra la voluntad de poder, es decir tomar la transferencia de la naturaleza con toda su libido es Zaratustra no Nietzsche, es decir en el imaginario no en la realidad, pero ese imaginario ha liberado a muchos en la realidad. Claro que la liberación se da en el psicoanálisis no en el de Freud que se rige por un principio de realidad pero si en otras experiencias psicoanalíticas ahí está Wilhem Reich que fue marginado pero que dejo un camino que desatara a la larga una liberación sexual en todo occidente.

 

Ahora hay que decir que si esta represión sexual se hubiera liberado del todo el sistema capitalista hubiera desaparecido pero lejos de esto, el capitalismo capitalizo esta liberación y con ella fundo la sociedad de consumo después de las guerras mundiales, instalando represiones más sutiles que le permitieran regular esta energía.

 

Más se produjo una liberación al punto que se dio la posmodernidad donde la libido fue la que estableció  los discursos deconstruyendolos.  

 

 

La siguiente represión es la de la razón a la locura nadie mejor que Foucault para esto para dar cuenta de cómo el poder construye nuestras subjetividades.   

 

 

 

                      

    Razón→←Locura= contratransferencia base de la sociedad moderna.  

 

 

 

   

 

 

https://www.academia.edu/74912617/DIAZ_E_Michel_Foucault_los_modos_de_subjetivacion_AMAGESTO_1993 

 

 

1.Un pensador preocupado por 10s

modos de subjetivaci6n

Michel Foucault se inscribe en una corriente de pensa-

miento que ha socavado la idea de sujeto propia de la mo-

dernidad. En esta nueva disposici6n filos6fica cae el yo car-

tesiano, desaparece el sujeto de Kant. El a priori se disuelve

en la historia. La condici6n de posibilidad de las subjetivi-

dades no es una estructura formal. Es un trascendental

hist6rico.

Foucault hace ontologia. Se ocupa de objetividades y de

subjetivaciones. Su ontologia es hist6Jica. Atiende a ciertos

modos de subjetivaci6n propios de practicas sociales concre-

tas y situadas. Quien pasa por ser uno de los destructores

del sujeto moderno, parad6jicamente, se ha preocupado s6lo

por el sujeto, por la constituci6n hist6rica de los sujetos.

Para ello ha partido de ciertos modos de objetivaci6n que

producen subjetivaciones. Ha realizado una ontologia hist6-

rica de nosotros mismos en relaci6n con la verdad, con el

poder y con la etica. Podemos sefialar, en efecto, tres etapas

en esa realizaci6n: una arqueo16gica, otra genea16gica y

finalmente una etica.

En una primera etapa de su obra se interes6 por la pro-

ducci6n hist6rica de la verdad, a traves de la que nos

convertimos en sujetos de conocimiento. Para tal finalidad

estudi6 la constituci6n de los discursos que acceden al nivel

 

 

cientifico. Analizo asi la objetivacion del sujeto parlante en

la gramatica general, la filologia y la lingilistica. Por otra

parte, tematizo la objetivacion del sujeto productivo en el

analisis de las riquezas y en la economia. Ademas estudio

la objetivacion del sujeto viviente en la historia natural y la

biologia.

En otra vertiente de esta ontologia historica, Foucault

estudio las relaciones de poder a traves de las cuales nos

constituimos en sujetos que interactuan con otros sujetos.

Los sujetos modernos surgen de practicas individualizantes.

. ~"'? Practi~a.s por medio de las que el sujeto se divi~a a si mi~mo

.2>' . y es~ por otros. Este proceso hace de el una obJeti-

~ -vacion. Se establecen divisiones entre el loco y el cuerdo,

entre el enfermo y el sano, entre el infractor y el observante,

entre el normal y el anormal.

Tambien se intereso, ciertamente, en una ontologia

historica de nosotros mismos en relacion con la etica, a

traves de la que nos convertimos en sujetos morales. En este

tipo de practicas el hombre se reconoce como sujeto etico a

partir de cierta relacion consigo mismo. Esta relacion exige

practicas para la autoconstitucion subjetiva. Foucault las

denomina tecnologias de vida y tecnologias del yo. Las

primeras fueron instrumentadas por griegos cIasicos, las

segundas por estoicos tardios. Tambien los primeros cristia-

nos produjeron tecnicas del yo. Foucault, indagando las

problematjzaciones del deseo a traves de la historia, descu-

bre que las relaciones consigo mismo, a partir del poder y

del saber, producen subjetividad. Al relacionarse consigo

- mismo, los paganos se preocupan por el uso de los placeres;

los cristianos, por la ~, y los modernos, por la sexuali-

dad.

Foucault produce una anaUtica. Se pregunta por las

condiciones de posibilidad de los sujetos, de los discursos y

de los objetos, se pregunta tambien por la conformacion de

los individuos, de las verdades y de las objetividades. Atien-

de ademas alas relaciones de fuerzas y alas estrategias

 

 

rastrear los remotos y oscuros comienzos. Hay que encontrar

la turbia fuente historica de las verdades. Se parte de una

cuestion presente. Se persiguen los rastros. Se trata de

dilucidar en que condiciones un acontecimiento es posible.

EI genealogista "escucha" la historia.

1

Suele descubrir

que detras de las cosas no se revela una esencia, sino las

relaciones de poder que las posibilitaron. Al quitar las

mascaras descubre que existe un pasado vivo en los textos,

en los documentos, en los monumentos.

2

Un pas ado indife-

rente a la evolucion, al desarrollo del espiritu, al destino de

un pueblo y al progreso de la razon. EI genealogista es

sensible, en cambio, a una dispersion de precedencia: acci-

dentes, desviaciones, azar, errores, luchas. Descubre que en

la raiz de lo que conocemos y de lo que somos no subyacen

idealidades inmutables sino la exterioridad del accidente y

de 10azaroso mezcIandose en las estrategias y en los enun-

ciados.

3

La analitica recurre tambien a la arqueologia. En su

primera etapa Foucault dice .valer.se especifieamente de la

ar,q\leologia. Mientras lagenealogia!busca:l~~,.r~laciones de-,

t>o~~r\que.hicieion' posible una realidaddeterminada, la

.arque()logia 'se ocupa de 11:1,. episteme} es decir, del a priori

4ist6rico del saber, de las reglas de formacion de 10S<rrscur-

sos. Reglas historicas, culturales, sociales. La arqueologia

escarba en los arcanos del archivo. Asi como debajo de la

iglesia cristiana subyace el templo pagano, debajo de cada

"verdad" humana (no existe otra) se oculta su historia. 

 

Los textos de la etapa arqueo16gica son La historia de la

locura,El nacimiento de la cUnica,Las palabras y las cosas

y La arqueologta del saber. La etapa geneal6gica comprende

El orden del discurso, Vigilar y castigar, Micro{fsica del

poder y el primer tomo de la Historia de la sexualidad: La

voluntad de saber. Por ultimo, los tomos II y III de la

Historia de la sexualidad: El uso de los placeres y La

inquietud de st, corresponden a la etapa etica en la que

emplea 108dos metodos: el arqueol6gico y el geneal6gico. En

realidad, con mayor 0 menor grado de conciencia, Foucault

siempre se vali6 de elementos similares para acceder a su

objeto de estudio. No obstante, en distintas pocas de su

vida, privilegi6 determinadas tematicas. AqUl se destacan

s610aquellos textos que son paradigmaticos para compren-

der la obra de Foucault.

No coincido con quienes rescatan s610 una etapa del

pensamiento de Foucault. Por ejemplo, desde posturas

marxistas es comlin privilegiar la perspectiva del poder; 0

sus estudios sobre el discurso, desde la lingilistica; 0 la

instancia etica, desde posturas defensoras de la moderni-

dad.

4

En esos casos se desconoce, 0 se pretende desconocer,

algunos aspectos insoslayables de la obra foucaultiana. En

primer lugar, si el poder necesita verdades para circular y

transmitirse, resulta indispensable atender alas reglas de

formaci6n de los discursos, puesto que "no hay fragmento de

verdad que no este sujeto a condici6n politica". No se

comprende entonces c6mo se puede leer a Foucault ignoran-

do sus textos sobre el saber. En segundo lugar, en este

pensamiento resulta inconcebible un ancilisis de la verdad

sin apelar al poder. "jDe que pude estar hablando todos estos

aiios sino del poder!" exclama Foucault al finalizar su etapa

arqueol6gica. Por ultimo, no existen subjetividades morales

sino como "plegamientos" de los saberes y de los poderes

 

epocales; por consiguiente no se puede .ob~!ar la. analitica

etica' para comprender los modos de SUJeClOnoccI~entales.

El sujeto sujetado al saber y al poder de su tIempo es

asimismo el sujeto moral.

Resumiendo:

1) No hay poder sin saber

2) No hay saber sin poder . .. . ,.

3) No hay saber ni poder sm subJetIvIdades etIcas.

Foucault concibi6 la actividad filos6fica como un ethos.

La filosofia no es un quehacer intelectual sin compromiso

ni consecuencias. Filosofia es pensar el presente. En el caso'

de Foucault, pensar las condiciones de posibilidad ?e nues-

tro presente, no para copiar modelos del p.asado, SlI~Opara

conocer el entramado en el que estamos sUJetos. EI dIagn6s-

tico te6rico puede estremecer la red de ese entram~do y sus

intersticios, sobre todo en las regiones de nuestros mtereses

y de nuestras posibilidades. Se trata de entender nue~tras

propias bases impensadas. No para f?-ndamentar filosofica-

mente la realidad sino para producn efectos sobre ella.

Sus analisis sdn perspectivos-intensivos. ~in pret.ender

universalidad, se pretenden mas bien e:chaustIv~s e~ mten-

sidad. Sin abarcar la totalidad, aspnan a. dIlucIdar la

constituci6n del sujeto. Casi al final de su vIda, Foucault

reflexiona asi:

"He realizado, en primer lugar, unaontologia hist6-

rica de nosotros mismos en relaci6n con la yerdad a

traves de la cual nos constituimos en .ftuj~to~ .de.\~

conocimiento; en segundo lugar una ontologIa hIstOrICa

de nosotros mismos en relaci6n al campo de poder a

traves del cual nos constituimos en sujetosque actuan

sobre los otros' en tercer lugar una ontologia hist6rica en

telaci6n a:i"i.~tica a traves de la cual nos constituimos

en agentes morales."5 

 

 

 

Foucault, que consideraba la te.oria como caja de herra-

mientas, creia que el pensamiento opera sobre la realidad.

Mejor dicho, el,p_ensamiel1t0 produce las condiciones de

posibilidad para operaYsoore' la realidad. Establece diagn6s-

ticos sobre el presente, sobre las complejidades de 10real,

sobre 10 concreto. Califica realidades parciales, locales,

situadas. Analiza procesos, acontecimientos, sucesos. El

suelo de este pensamiento no es eterno ni seguro. Es

temporal e inestable 

 

 

Más otra vez  la razón ahora queda reprimida, de esto no se habla pareciera que solo hay represión del inconsciente más la conciencia y sobre todo la autoconciencia son reprimidas y en lo social la represión se encarna como una supresión con muchísimas estrategias más superar la supresión de la locura es fundamental poder leer el libido sus fijaciones nos da un acceso a lo humano increíble, pues bien esta represión que constituye a la sociedad moderna. No se ha logrado superar los locos siguen estando excluidos de nuestras democracias como bien dice este libro:

 

https://proletarios.org/books/Szasz-La-Fabricacion-de-La-Locura.pdf

 

Seguimos fabricando locura.

 

En este capítulo, analizaré los pasos de las manifestaciones de la gran conversión ideológica que parte de la teología para llegar a la ciencia y la redefinición que hiciera Benjamín Rush de pecado como enfermedad y sanción moral como tratamiento médico en términos más amplios y mostraré que, a medida que la ética social dominante evolucionaba desde una ética religiosa a otra laica, el problema de la herejía iba desapareciendo, mientras surgía, adquiriendo gran importancia social, el problema de la locura. En el capítulo siguiente, examinaré la creación de disidentes sociales y mostraré que, de la misma manera que antiguamente los clérigos habían fabricado los herejes, los médicos —como nuevos guardianes de la conducta y moralidad sociales— han iniciado la función similar de producir locos. El paso de una concepción y control de la conducta personal religiosos y morales a otros médico-sociales, afecta a toda la disciplina psiquiátrica y a sus ciencias aliadas. Quizás en ningún aspecto es más evidente esta transformación que en la concepción moderna de la llamada desviación sexual y, especialmente, de la homosexualidad. Compararemos por tanto el concepto de homosexualidad como herejía —en boga en la época de la caza de brujas—, con el concepto de homosexualidad como enfermedad mental —que es el que predomina hoy

 

 

Más la transferencia ontológica  no denuncia estas represiones sino la represión básica de la súper conciencia, donde todo se une, quedarnos en la represión de la libido o de la locura es quedarnos en una dualidad porque al estar en la libido se reprime la conciencia, al estar en la locura se reprime la razón ¿Y al estar en la súper conciencia no se reprime todo?  Si y no reducido todo a la coincidencia del ser y el no ser todo los sistemas son posibles como transito no como fin en sí mismos, tarde o tempranos e hace el salto al vació donde solo prima lo eterno.

 

La tercera contra transferencia o represión primordial es la de la propia voluntad.

 

Poder →←Terroristas= Contra transferencia base de la dictadura algoritmica global

 

No por nada desde las torres gemelas y con la pandemia encerraron a nuestros hijos para siempre en el espacio virtual.   

 

Invertir esto requiere ir a una voluntad de ser donde todo terror sea vencido, ese es nuestro camino    el que poco a poco se va aclarando. Pero retomemos la lectura de Freud desde la hermenéutica de Ricoeur para subsimir el psicoanálisis en nuestro camino:    

 

 

 

Esta  permutación  económica  entre  el  yo  y  los  objetos  debe  llevarse hasta  el  extremo  de  que  el  objeto  no  sólo  sería  una  función  del  fin pulsional,  sino  que  el  mismo  yo  sería  un  fin  pulsional.31   Tal  es  el  significado  de  la   introducción   del   narcisismo   en   el   psicoanálisis. Cierto que jamás  conozco  cara  a  cara  ese narcisismo  primario;  por  eso Freud  procede  por  convergencia   de  indicios   en  la  Introducción  al narcisismo:  ante  todo  el  narcisismo  designa  una  perversión,  en  que el propio cuerpo  es tratado  como  objeto  de amor; luego,  el  narcisismo es  un  complemento  libidinoso  de  las  pulsiones  de  conservación  del  yo. Añadamos:  el  desinterés  por  la  realidad  del  esquizofrénico,  como  si hubiese  retirado  su  libido  objetal,  sin  tampoco  reinvestirla  en  objetos de  fantasía;  la  sobreestimación  del  poder  del  pensamiento  en  los  pri-mitivos  y  en  los  niños.  Queda  aún  el  repliegue  sobre  sí  mismo  del sujeto  doliente  y  del  hipocondriaco;  finalmente,  el  egoísmo  del  dor-mir.   En  todos  estos  casos  sólo  vemos  retiros  de  investición;  pero  silos miramos  como  regreso al  narcisismo primario  —como  narcisismo secundario—,  introducimos  en  la   teoría  una  nueva  inteligibilidad, coronamiento  de  la  conquista  del  punto  de  vista  tópico-económico. Esa introducción  equivale a  radicalizar la  noción  misma  de  pulsión, puesto  que  es  preciso  concebirla  como  algo  anterior  a  toda  relación sujeto-objeto;  la  pulsión  resulta  ser  la  reserva  energética  mantenida a  través  de  cualesquiera  distribuciones  de  energía  entre  el  yo  y  los objetos.  La  elección  misma  de  objeto  se convierte  en  concepto  correlativo  del  narcisismo,  como  una  salida  fuera  del  narcisismo;  según esto,  no  hay  sino  salidas  del  —y  regresos  al—  narcisismo. Veremos  en  su momento una aplicación importante para la  teoría de  la "identificación  y  la  sublimación.   El  artículo  sobre  el  narcisismo es  a  ese  respecto sorprendentemente  avanzado  en  comparación  con  los escritos  de  la  época  1920-1924  y anuncia  la  reorganización  de  la  tópica conforme  a  una  nueva  secuencia:  yo-ello-superyó.   En  efecto,  tras  de examinar  otras   aplicaciones   (mecanismo  de  la   parafrenia,   elección de  objeto  narcisista,  sobrestimación  del  objeto  sexual,  femineidad)Freud  introduce  la  importante  idea  de  que  la  formación  de  ideales procede  por  desplazamiento   del   narcisismo.32   No  estamos  aún   en condiciones  de  sacar  todas  las   consecuencias  de  tamaño  descubrimiento;  pero  al  menos  estamos  advertidos  de  que  el  ideal  al  que  el  sujeto  ajusta  su  yo  actual  puede  someterse  a  la  teoría  de  la  libido, justamente  por  medio  del  narcisismo;  el  cortocircuito  entre  el  ideal y el  narcisismo resulta extraordinariamente sugestivo:  a causa  de  esa complicidad entre lo que nos parece el colmo del egoísmo y la veneración  de  un  ideal  ante  el  cual  se  eclipsa  el  yo,  el  ideal  mismo  ingresa en  el  balance  de  los  desplazamientos  de  pulsión.   Tal  será  el  eje  de la segunda parte de nuestra "Analítica".En  cambio  podemos  ya  integrar  a  nuestra  actual  reflexión  otro término  que  Freud  evoca  en  el  contexto  de  las  relaciones  entre  idealización  y  narcisismo;  este  nuevo factor es  la  Sublimación,  presentado en  el artículo sobre  Los instintos y sus  destinos como cuarto destino pulsional:  "La  sublimación  —dice—  es  un  proceso  que  atañe  a  la libido  objetal  y  consiste  en  que  la  pulsión  se  dirige  a  un  fin  alejado de la  satisfacción  sexual;  el  acento  se  pone  aquí  en  la  desviación  que aleja del fin sexual.  La idealización es un proceso que atañe al objeto, proceso que engrandece y exalta psíquicamente el objeto sin que haya  cambiado  su  naturaleza.   La  idealización  puede  realizarse tanto  en  el dominio  de  la  libido  del  yo  como  en  el  de  la  libido  de  objeto.   Por ejemplo, la  sobrestimación  sexual  del objeto consiste en  idealizarlo. Así,  en la medida  en que sublimación  designa  un  proceso  relativo a la  pulsión  e  idealización  un  proceso  relativo  al  objeto,  debemos  mantener  ambos  conceptos  separados  el  uno  del  otro".33   He  ahí  la  primera  razón  para  distinguir  idealización   y  sublimación.   Pero  sobretodo  resulta  que  cabe  sumisión  a  un  ideal  sin  que  tenga  éxito  la sublimación;  precisamente  el  neurótico  es  víctima  de  la  enorme  exigencia  impuesta  a  sus  pulsiones  por  la  formación  del  yo,  exigencia acompañada  de un  débil  poder de sublimación.  Es  cierto que la  idealización  necesita  de  la  sublimación  para  realizarse;  pero  no  siempre lo  consigue,  ya  que  no  puede  obtenerla  por la  fuerza.3   Rozamos  aquí algo  sumamente  importante:  hay  un  camino  corto  para  la  formación del  ideal:  se  trata  de  un  golpe  de  fuerza  que  sólo  comprenderemos más  tarde  al  introducir  igualmente  el  masoquismo  como  fenómeno primario;  en  cambio  la  sublimación  sería  una  especie  de  dulce  con-versión ...    Si  lo  entendiéramos,   entenderíamos  que  ésta  tiene  un destino  distinto  que  la  represión:  "La  sublimación  es  la  salida  que permite satisfacer las  exigencias  del  yo  sin ocasionar  represión"   

 

Pero  todo  ello  sólo  tendrá  sentido  al  pasar  de  la  primera  a  la segunda  tópica  y  cuando  introduzcamos  —como  ya  se  propone  en la  Introducción  al  narcisismo—  "una  instancia  psíquica  especial", que será  el  superyó. Aún  más:  con  la  cuestión  del  superyó  lo que se plantea es la cuestión  del yo, cuestión que no  coincide ya  exactamente con  la  de  la  conciencia,  único  tema  directo  de  una  tópica  ante  todo deseosa de liberar la posición del inconsciente respecto de las evidencias  conscientes. Podemos  impulsar  un  poco  más  lejos  la  investigación  de  las  relaciones entre  narcisismo y libido  de  objeto,  sin  anticiparnos  demasiado a  la  segunda  tópica  y  a  los  nuevos  problemas  que  ésta  suscita,  trayendo a cuento un último ejemplo, acaso el más pasmoso: el ejemplo del  trabajo  del  duelo  o  de  la  aflicción,  al  que  Freud  consagró  uno  de sus ensayos cortos más admirables, titulado La aflicción y la melancolía."  La  aflicción  es  un  trabajo:  "La  aflicción  es  siempre  la  reacción a  la  pérdida  de  un  ser  amado,  o  de  una  abstracción  equivalente, como  patria,  libertad,  ideal,  etc."sr  El  absorbente  trabajo  del  duelo, el  dejarse  arrastrar  exclusivamente  por  él,  algunos  de  cuyos  signos nos son conocidos  (pérdida de interés por el mundo exterior, rechazo de  toda  actividad  no  relacionada  con  el  recuerdo  del  ser  desaparecido),  plantean  un  enorme  problema,  ni  más  ni  menos  que  el  problema  de  la  economía  del  sufrimiento  (Schmerz)   (sufrimiento  quenada  tiene  que  ver,  dicho  sea  de  paso,  con  el  displacer  de  la  parejaLust-Unlust).  Esta  economía  del  sufrimiento  nos  conduce  a  la  médula  de  las  relaciones  entre  narcisismo  y libido  de  objeto.   La  prueba de  realidad  ha  demostrado,  en  efecto,  que  el  objeto  amado  ha  dejado  de  existir y  la  libido  ha  tenido  que  renunciar  a  todos  los  lazos tejidos  entre  ella  y  el  objeto  desaparecido;  la  libido  se  rebela,  y  sólo poco  a  poco,  con  grandes  gastos  de  energía  de  investición,  la  libido efectúa,  detalladamente  y  en  cada  uno  de  los  recuerdos  del  objeto perdido,  la  orden  dada  por la  realidad.  Este  trabajo  absorbe  al  yo  y lo  inhibe; una  vez  terminado,  el  yo  vuelve a  liberarse  y  desinhibirse. Ahora  bien,  el  melancólico añade a  tales  rasgos  algo  decisivo:  el  aba-timiento  del  sentimiento  de  sí   (Selbstgefühl);3S  al  abatimiento  sigue una  despiadada  critica  de  sí  mismo  que  nos  lleva  una  vez  más  al umbral   de  la   problemática  del  superyó:   esta  instancia   (Instanz)observadora  y  crítica  constituye,  en  efecto,  el  fundamento  de  la  conciencia  moral  (Gewissen) ."•   Lo  que  nos  interesa  no  es  la  estructura de  esa  instancia,  sino  el  hecho  de que  el  yo  toma  el  lugar  del  objeto amado  contra  el  que  se  habían  vuelto  originariamente  los  reproches(Ihre  Klagen  sind  Anklagpn).   ¿Qué  ha  ocurrido?   En  lugar  de  desplazarse  a  otro  objeto,  la  libido  se  retira  en  el  yo  y  allí  se  dedica  a identificar  el  yo  con  el  objeto  abandonado  para  lanzar  contra  este yo  los  golpes  destinados  al  otro:  el  yo  es  el  que  está  perdido  y  el que es maltratado.Nos  sale  así  a  relucir  algo  nuevo,  lo  que  Freud  llama  identificación  narcisista  con  el objeto,  es  decir,  esa sustitución  del amor  objetal por  la  identificación.40   La  identificación  en  sí  planteará  más  tarde graves  problemas:  aquí  nos  sirve  de  indicio  para  descubrir  una  relación  más  sutil  entre  elección  de  objeto  y  narcisismo.   Para  que  se efectúe  este  proceso  se  necesita:    que  la  elección  de  objeto  pueda regresar,  en ciertas  condiciones, al narcisismo primitivo; para  eso  debe, según  parece,  haber  tenido  un  fundamento  narcisista;  no  aparece  tal regresión  en  la  aflicción;   se  necesita  también  que  las  relaciones  de amor  hayan  incluido  una  gran  ambivalencia  para  que  el  componente de  odio,  liberado  de  algún  modo  con  la  pérdida  del  objeto  amado, pueda  refugiarse  en  la  identificación  narcisista  y,  con  la  ayuda  de la identificación,  convertirse  en  auto reproche;  se  da,  pues,  una  segunda regresión,  un  retorno  a  la  fase  sádica;  también  esto  tendrá  gran  importancia  en  el  mecanismo  de  la  conciencia  moral,  de  los  remordimientos y el  autocastigo. Podrá  objetarse  que  la  aflicción,  por  lo  mismo  que  no  es  la  melancolía,  no  presenta  ese  conjunto  de  relaciones  con  el  narcisismo. De  ninguna  manera:  volviendo  a  la  aflicción,  tras  del  rodeo  en  torno a  la  melancolía,  Freud  observa:  "En  cada  una  de las  situaciones  que nos  recuerdan  el  objeto  o  lo  dejan  esperar  y que  muestran  la  ligazón entre  la libido  y  el  objeto  perdido,  la  realidad  pronuncia  su  veredicto: el  objeto  ya  no  existe.   El  yo,  obligado  —por  así  decirlo—  a  decidir  si    quiere  o  no  compartir  la  suerte  del  objeto  perdido,  considerando  el conjunto de satisfacciones narcisistas ligadas a la supervivencia, resuelve  romper  su  ligamen  con  el  objeto  aniquilado".41   Rasgo  cruel,  pero profundo:  el  trabajo  de  la  aflicción  es  un  trabajo  para  sobrevivir  al objeto;  el  apego  a  sí  mismo  manipula  el  juego  de  desapego  hacia el  objeto.  Pero  no puede  ser ésa  la  única  intervención  del  narcisismo en  el  trabajo  de  la  aflicción;  recordemos  una  advertencia  anterior:  la orden dada  por  la  realidad  —lo  hemos  dicho—  sólo  se  cumple lenta-mente  y  con  grandes  gastos  de  tiempo  y  de  energía  de  investición;  y Freud  añadía: ".. .y mientras  prosigue la  existencia  psíquica  del  objeto  perdido".42  Esta  interiorización,  ese  instalar  dentro  de  nosotros  al objeto  perdido  vuelven  a  relacionar  aflicción  y melancolía;  el  ligamen de la aflicción con el narcisismo parece así menos monstruoso; lo que persigue  el  narcisismo  no  es  únicamente  el  "sálvese-quien-pueda"  del sobreviviente,  sino también  la  sobrevivencia  del  otro  en  mí;  podemos afirmar  con  Freud:  "El  amor  escapa  así  a  la  supresión,  refugiándose en el yo".43  Además, los reproches  obsesivos que se dirige a  sí mismo después  de  un  fallecimiento  demuestran  que  el  duelo  denota  tam-bién  en  cierto  grado los  caracteres  de ambivalencia  entre amor  y  odio; de ahí  la  regresión  de  esa  libido  ambivalente al  yo  en  forma  de autorreproche.  De  suerte  que  la  regresión  de  la  libido  al  narcisismo  se alza, al final de este estudio,  como la  condición fundamental común a  la  aflicción  y a  la  melancolía. Cerramos  aquí  la  investigación  de  las  relaciones  y  cambios  entre libido  de  objeto  y  libido  del  yo.   Hemos  querido  mostrar  únicamente que el Ego del psicoanálisis no es lo que aparece primeramente como sujeto  en  una  descripción  de  la  conciencia;  la  noción  de  "pulsión  del yo"   (Ichtrieb),  simétrica  a  la  de  "pulsión  de  objeto"   (Objekttrieb)hace que la  pulsión  en  sí  sea  una  estructura  previa  a  la  relación  fenoménica  sujeto-objeto.    El  concepto  de  pulsión  aparece  así  como  el quid hacia  el  que apunta  todo intento  de ir más  allá  del  sistema  "con-ciencia".   La  pulsión  se  libera,  en  efecto,  no  sólo  de  la  referencia  al objeto,  sino  también  de  la  referencia  al  sujeto,  puesto  que  el  "yo" mismo  pasa  al  otro  lado:  en  la  noción  de  Ichtrieb,  el  Ich  ya  no  es"el  que" sino  "lo  que";  se relaciona  con  la  pulsión  como  objeto,  en  el sentido  ya  señalado  de  función  variable  del  fin;  ahora  la  posición del  yo  —respecto  a  la  pulsión—  es  tal  que  puede  intercambiarse con  los  objetos  por  sustitución,  por  desplazamiento  de  investición.Para  usar un lenguaje que la querella  con Adler obliga a incluir aquí,el  "sí  mismo"   (Selbst)  y  el  sentimiento  de  sí   (Selbstgefühl)   (sentí miento  de  inferioridad,  etc.)   no  escapan  en  modo  alguno  a  la  economía   de   la   libido;   el  sentimiento  de  sí   ingresa  a   una   "erótica"(Erotik)   generalizada  merced  a  esas  grandes  redistribuciones  de   investiciones  amorosas.44Pienso  que  debe  tenerse  presente  la  doble  destrucción  del  objeto mentado,  como  supuesto  guía,  y  del  sujeto,  como  supuesto  polo  de referencia  de  todas  las  miradas  de  la  conciencia,  para  entender  bien la  tópica.   Podría  decirse  que  la  tópica  es  ese  lugar  no  anatómico, sino  psíquico,  que  debe  introducirse  en  la  teoría  psicoanalítica  como la  condición  de  posibilidad   para  todos  los  "destinos   de  pulsiones";en  el  mercado  de las  investiciones  es  donde  se intercambian  pulsiones del  yo y pulsiones de objeto. Al  cabo  de  esta  epoché  invertida  la  conciencia  resulta  ser  lo  me-nos  conocido;  se  convierte  en  problema  y  ya  no  en  evidencia.   Es  el problema  del  devenir-consciente,  problema  que  pertenece  a  su  vez  a la  tópica.Me  parece  que  tal  es  el  sentido  del  difícil  capítulo  v  del  ensayo sobre  Lo   inconsciente,   titulado   "Cualidades   especiales   del   sistema'Inc.'  ",  y cuyo análisis  hemos  ido  aplazando;  Freud  lo  presenta  como una  descripción,  pero  su  sentido  justamente  se  alcanza  contra  toda descripción;  más  bien  es  la  traducción  en  términos  descriptivos,  cuasifenomenológicos,  del  resultado  mismo  de  la  antifenomenología.  Por eso  lo   traigo  aquí  a   colación,   como   resultado  y  no  como   dado:"La  diferenciación  de  los  dos  sistemas  psíquicos  adquiere  nueva significación  si  tenemos  en  cuenta  que  los  procesos  del  sistema  Inc.tienen  ciertas  características  que  no  vuelven  a  encontrarse  en  el  sistema  superior  inmediato".45  Igualmente  diríamos  en  términos  seudo-descriptivos:  el inconsciente  está fuera  del  tiempo;  el  inconsciente des-conoce  la  contradicción;  el  inconsciente  sigue  al  principio  de  placer  y no  al  principio  de  realidad,  etc.   Pero  tales  características  no  son  en modo  alguno  descriptivas;  en  efecto,  "el  carácter  consciente  [lo  con-ciencial]  (Bewusstheit),  único  carácter  de  los  procesos  psíquicos  que nos  es  directamente  conocido,  no  se  presta,  en  absoluto,  a  la  distinción  de  los  sistemas".46   Y  más  adelante:  "La  conciencia  presenta  así relaciones  nada  sencillas,  lo  mismo  con  los  sistemas  que  con  la  represión".47   De  ahí  la  conclusión:  "En  la  medida  en  que  queramos  abrir un  camino  hacia  una  consideración  metapsicológica  de  la  vida  psíquica,  habremos  de  aprender  a  emanciparnos  de  la  significación  del síntoma  'conciencia!'"   (Bewusstheit)  .**   Es  la   emancipación   que transcribimos  en  la  tópica. 

 

 

 

 

PRESENTACIÓN  Y  REPRESENTACIÓN

Tenemos  ahora  que  rehacer  el  trayecto  inverso;  desde  las  primeras páginas  del  ensayo  sobre  Lo  inconsciente  se  plantea  el   problema siguiente:  ¿cómo  llegar  al  conocimiento  del  inconsciente?  Y  he  aquí la  respuesta:  "Naturalmente  sólo  lo  conocemos  como  consciente, después que ha  sido sometido a  una  trasposición  (Umsetzung)  o  traducción  (Übersetzung)  en  algo  consciente".49  Y  añade  Freud:  "La labor  psicoanalítica  nos  permite experimentar  cada  día  la  posibilidad de tal traducción".80¿En  qué  consiste  tal  posibilidad?   Tocamos  aquí  la  problemática más  difícil,  designada  ya  por  el  título  del  capítulo:  "Pulsión  y  representación". Hay un puntó en que la  cuestión  de la  fuerza y la  cuestión del  sentido coinciden;  el punto  en que la  pulsión  se señala a  sí  misma, se hace manifiesta, se da en una representación psíquica, es  decir, en  algo  psíquico  que  "equivale" a  la  pulsión;  todos  sus  afloramientos  en  el  consciente  no  son  sino  trasposiciones  de  esa  presentación psíquica,  de  ese  "equivaler"  originario.  Para  designar  ese punto  Freud ha  forjado una  excelente  expresión:  Reprasentanz.  Hay  algo psíquico que  "presenta  a  la   pulsión"  como  energía;  pero  no  debe  llamarse "representación" por cuanto lo que llamamos  representación, es decir, la idea  de algo, es ya una  forma derivada  de  ese índice que,  antes  de representar algo  (mundo, cuerpo propio, lo irreal), anuncia a la pulsión  como  tal,  pura  y sencillamente  la  presenta.  Tal  función  de  presentar está mencionada, no ya en la primera página sino en la primera línea  del  ensayo  sobre  Lo  inconsciente:   "El  psicoanálisis   nos  ha enseñado  que  lo  esencial  del  proceso  represivo  consiste  no  en  suprimir y destruir la representación  (Vorstellung)  que presenta  la  pulsión(den  Tríeb  reprasentierende  Vorstellung)  sino  en  impedirle  nacerse consciente".51¿En qué consiste esta función de presentación  exigida  no  sólo  por la  representación  sino  —como  veremos—  también  por  el  afecto?  el  problema  que  aquí  abordamos  no  es  nuevo  en  cuanto  alfondo,52  sí  lo  es  en  la  forma  de  plantearlo.   Lo  original  de  Freud   consiste  en  situar  en  el  inconsciente  mismo  el  punto  de  coincidencia entre  el  sentido  y  la  fuerza.   Para  él  es  esa  articulación  la  que  hace posible  todas  las   "trasposiciones"  y  todas   las  "traducciones"   de  lo inconsciente en  consciente.  Pese a  la  barrera  que  separa  los  sistemas, debe  darse  entre  ellos  una  comunidad  de  estructura  que  da  al  consciente  y  al  inconsciente  su  carácter  psíquico.   Tal  identidad  estructural  constituye  justamente  la  función  de  Representanz;   permite"interpolar"  los  actos  inconscientes  en  el  texto  de  los  actos  conscientes;  asegura  el  estrecho  "contacto"   (Berührung)*3  entre  los  procesos psíquicos  conscientes  e  inconscientes  y  permite,  "a  costa  de  cierto trabajo,  trasponer   (umsetzen)   y  sustituir  (ersetzenyS4  los  segundos por procesos conscientes; en fin, nos "autoriza a describirlos con ayuda de  todas  las  categorías  que  aplicamos  a  los  actos  psíquicos  conscientes,  tales  como  representaciones,  tendencias,  decisiones,  etc.   De  muchos  de  tales  estados  latentes  podemos  incluso  decir  que  no  difieren de  los  estados  conscientes  sino  por  la  ausencia  de  conciencia   (wegfalldes  Bewusstseins)" *sCierto  que  esta   función  de  Reprasentanz  constituye  un  postulado;   Freud   no   ofrece  prueba   alguna;   la   presupone  como   aquello que  permite  transcribir  lo  inconsciente  en  consciente  y  tenerlos  a uno  y  otro  como  modalidades  psíquicas  comparables;  por  eso  incluye;  esa función  en la definición misma de la pulsión.  Freud  dirá  un día: "La  doctrina  de  la  pulsión  es,  por  así  decirlo,  nuestra  mitología".Ignoramos qué sean las pulsiones en cuanto a su dinamismo.  No afirmamos  la  pulsión  en  sí;  afirmamos  la  pulsión  en  su  presentación psíquica;  al  mismo  tiempo,  la  afirmamos  como  realidad  psíquica  y no  como  realidad  biológica.   Cierto  es  que  hemos  podido  llamarla "fracción  de  actividad":  con  eso  la  hemos  designado  como  energía, como  estímulo,»como  tensión,  etc...    Pero  la   cualifícación   psico-lógica  de  esa  energía  forma  parte  de  su  definición  en  cuanto  es  no tanto presentada por...  cuanto presentante de...  respecto a las  energías orgánicas:  "Si abandonamos  el lado biológico de la vida psíquica, la  'pulsión' se nos muestra  como  un  concepto-límite entre lo psíquico y  la  somático:  sería  la  presentación   (Repriisentant)  psíquica  de  los estímulos emanados  del interior del cuerpo que arriban al  psiquismo";y  Freud,  para  acentuar  el  carácter  mixto  de  este  concepto,  le  aplica la noción  de trabajo,  en  el  que hemos  reconocido  una  expresión  privilegiada  del  lenguaje  compuesto que  requiere  el  psicoanálisis:  'la  pulsión  es una magnitud  de la  exigencia  de trabajo  (ein Mass Arbeitsan- forderung)  impuesta  a  lo  psíquico  a  consecuencia  de  su  conexión  con lo  corporal".57   No  basta,  pues,  con  decir  que  la  pulsión  se  expresa por  medio'  de  representaciones;  éste  constituye  uno  de  los  aspectos derivados  de la  función  presentativa  de la  pulsión.  Debe decirse  más radicalmente  que  la  pulsión  misma  presenta,  expresa  el  cuerpo  en  el alma  en  el  plano  psíquico  (in  die Seele).  Puede que  se  trate  del  postulado  más  fundamental  del  psicoanálisis,  aquel  que  lo  califica  comoj!wco-análisis.   Debemos  mostrar  todas  sus  consecuencias. Todos   los   destinos   de  pulsión   son   destinos   de   "presentaciones psíquicas"  de  pulsión;  esto  es  obvio  en  el  caso  de  la  "transformación en  lo  contrario"  y  en  el  de  la  "orientación  contra  la  propia  persona",los  únicos  tratados  con  detalle  en  el  ensayo  consagrado a  las  pulsiones y  sus  destinos:  el  cambio  de  mirar  a  ser  mirado,  la  vuelta  de  hacer-sufrir-al-otro  a  hacerse-sufrir,  se  expresan  en  representaciones  y  afectos  que  presentan  desplazamientos  puramente  energéticos  en  un  campo  psíquico  donde  pueden  ser  significados,  reconocidos  y  así,  a  costa de  un  trabajo  específico,  venir  a  ser  conscientes. El  destino  de  las   "presentaciones  psíquicas"  resulta   mucho  más instructivo  en  el  caso  de  la  represión,  tercer destino  pulsional.  La  represión,  efectivamente,  introduce  en  la  presentación  psíquica  de  la pulsión  toda  la  complejidad  que  Freud  designa  con   las  palabras"alejamiento"   (Entfemung)   y  "distorsión"   (Entstellung)   —término este  último que  ya  se  utilizó  para  caracterizar  el  conjunto  de  procedimientos  constitutivos  del  trabajo  del  sueño.  La  escisión  entre  la  pulsión  y la  conciencia  es  efecto  de la  represión,  pero  sin que  esto lleve  consigo  la  escisión  de  la  pulsión  de  su  presentación  psíquica, cosa que no podría hacer por cuanto  la  pulsión misma  es  presenta-ción  de  lo  orgánico.   Por  eso  justamente  el  inconsciente  freudiano es  un  inconsciente  psíquico,  hecho  de  presentaciones  psíquicas  (sabiendo que esta expresión abarca no sólo las "representaciones" —los" pensamientos"  del  sueño, que decía  la  Traumdeutung—,  sino  también  los  afectos,  que  más  tarde  suscitarán  importantes  dificultades).Pero la represión nos impide, por otra parte, captar directamente la  expresión  psíquica  primaria  de  la  pulsión:  por  eso  sólo  podemos postularla.   El  "alejamiento"  de  las  expresiones  conocidas  y  reconocidas  de la pulsión respecto a  su  expresión primaria resulta  siempre más  grande de lo  que se  supone;  Freud  lo  expresa  diciendo  que  la represión  propiamente  dicha   (eigentlich)   ya  es  una  represión  se-cundaria  respecto  a  una  represión   originaria   (Urverdrdngung),   "la cual   consiste   en  que-a   la   presentación   psíquica   (representativa)de   la   pulsión   (die   psychische    [Varstellungs-]   Reprüsentanz   desTriebes)   se  le  ha   impedido  llegar  a   lo  consciente".58   Por  eso  lo que tomamos  como  expresión  originaría  de  la  pulsión  resulta  ser  ya producto  de  una  fijación;  las  relaciones  entre  expresión  y  pulsión nunca se nos muestran sino como relaciones instituidas, sedimentadas,"fijadas";  habría  que  remontarse  más  allá  de  esa  represión  primaria(cuyas  implicaciones  epistemológicas,  no  su  realidad  clínica,  es   lo  que discutimos aquí) para llegar a una expresión inmediata.  Sólo que Freud  jamás  ha  dicho  —que  yo  sepa—  cómo  sería  posible  remontarse más  allá de la  represión primaria. Represión  primaria  significa  que  estamos  siempre  en  lo  mediato, en  lo  ya-expresado,  en  lo  ya-dicho.   Con  mayor  razón  la  represión propiamente  dicha  nos  condena  a  movernos  entre  simples  derivados;"la  segunda  fase  de  la  represión,  la   represión  propiamente  dicha  recae  sobre  los  derivados  psíquicos  de  la  presentación  reprimida   (diepsychische  Abkómmlinge  der  verdrdngten  Reprdsentanz)   o  sobre  lascadenas  de  pensamientos  (Gendankenzüge)  procedentes  de  otra  par-te,  pero  que han  entrado  en  conexión  asociativa  con  dicha  represen-tación".59   El  inconsciente  se  muestra  entonces  como  una  red  rami-ficada,  formada  por  las  arborescencias  incontables  de  esos  "derivados";por  eso  se  constituye  en  sistema  y  se  presta  a  lo  que  los  analistasllaman   una   investigación  intrasistemática.   Pero   se  trata   siemprede un sistema de expresiones psíquicas y todo el análisis consiste en el arte de interpretar  esos  derivados  en  su  relación  con  expresiones  cada vez  más  primitivas  de  la  pulsión,  conforme  al  grado  de  su  "aleja-miento"  y  de  su  "distorsión".60   Las  relaciones  de  "alejamiento"  y"distorsión"  de  los  derivados  corresponden,  pues,  por  parte  del  psi-quismo  analizado,  a  las  relaciones  de   "traducción"   (Übersetzung)evocadas  al  principio,  por  parte  del  análisis  mismo.   Por  esta  correlación  existente al  nivel  de  las  expresiones  psíquicas  entre  el  trabajo  dela  represión  y  el  trabajo  del  análisis,  todo  lo  tratado  bajo  el  tema"destino  [energético]  de  las  pulsiones"  adviene  al  lenguaje  en  cuanto destino  de  sus  expresiones  psíquicas. Por  lo  tanto  lo  económico  y  lo  hermenéutico  vienen  a  coincidir  en  esta  idea  de  expresión  psíquica,  de  presentación  psíquica;  el  abismo  entre  los  dos  mundos  del  discurso  psicoanalítico,  aparentemente insuperable  al  nivel  de  La  interpretación  de  los  sueños,  parece  desvanecerse  en  los  escritos  de  Metapsicología. Pero  no  estamos  todavía  del  todo  satisfechos:  todo  iría  bien  si  pudiésemos  sencillamente  asimilar  las  expresiones  psíquicas  (Reprá-sentanz)  a  las  representaciones  (Vorstellungen),  o  sea  a  las  ideas  de algo.  Ahora  bien,  las  representaciones  resultan  ser  sólo  una  categoría de   expresiones  psíquicas  y  hemos  fingido  ignorar  la  existencia   de otra  categoría,  la  de  los  afectos,  con  su  destino  propio  y  diferente, quizá  más  importante  para  el  psicoanálisis  que  el  destino  de  las  representaciones.¿No  estaremos  naufragando  en  alta  mar?  ¿No  vamos  a  hacer  del afecto  refugio  de  una  explicación  económica  disociada  de  la  interpretación  exegética?  Dicho  brevemente:  ¿no  será  que  interpretación  y explicación  económica  sólo  coinciden  en  el  destino  de  las  representaciones  —o  sea  en  el  menos  importante  de  los  destinos—,  para  volver a  disociarse  en  el  destino  de  los  afectos? Volvamos,  pues,  a  los  textos.81Debemos  observar  ante  todo  que  Freud  se  cuida  mucho  de  poner entre  paréntesis  la  cuestión  del  afecto  y  elaborar  su  teoría  de  los  contenidos  inconscientes  basándose  en  la  equivalencia  entre  expresiones psíquicas   y  representaciones   (entre  Reprüsentanz  y  Vorstellung);  al respecto,   el   tratamiento   inicial   es   paralelo   en   los   dos   textos   referidos.  Sólo  en  un  segundo  tiempo  vuelve  a  tenerse  en  cuenta  todo lo  referido  al  principio:  "Hasta  aquí  hemos  tratado  de  la  represión de una  presentación  pulsional,  entendiendo  como  tal  una  representación  o   un  grupo  de   representaciones  a   las   que  la   'pulsión   (vomTrieb  her)  ha  investido  de  una  carga  (Betrag)  determinada  de  energía   psíquica    (libido,   interés)".63   Ahora   bien,   tal   "montante   —o carga—   de   afecto"    (Affektbetrag)    constituye   "otro   elemento"   del índice  psíquico;**  y  es  la  represión  misma  la  que,  al  conferirle  un destino   diferente,  nos   fuerza  a   tratarlo  como  tema   especial.  Este "otro  elemento"  recibe  de  Freud  el  nombre  de  "factor  cuantitativo de  la  presentación  de  pulsión"  o  incluso  "carga  de afecto  de  la  presentación  psíquica",  o  "energía  pulsional  ligada  a  la  representación". A  veces  habla  hasta  de  "parte  cuantitativa"  opuesta  a  "parte  repre-sentativa".65  ¿No  será  este segundo  momento  el  momento  energético puro?  ¿No  se  nos  está  remitiendo  a  la  física?  En  modo alguno:  por-que  esa  cantidad,  incluso  disociada  de  la  representación,  sólo  se  hace notar  y  sentir  en  los  afectos,  que  son  como  "la  expresión  proporcionada  a  su  cantidad".  Tales  destinos  cuantitativos  son  destinos  de afectos,  y  Freud  distingue  tres:  afecto  nulo  (como  en  la  belle  indi-férence  de  los  histéricos,  según  expresión  de  Charcot);  afecto  "cualitativamente   coloreado";  y  en   fin,   la   "angustia".   Sólo   estos   dos últimos   merecen   considerarse   como   "trasposición"   (Umsetzung)de  energías  pulsionales  en  afectos. Henos otra  vez ante la  cantidad, que viene estorbándonos  desde el  Proyecto!  ¡Con  cuánta  razón  decíamos  que la  cantidad  depende, no de la  medida, sino  del  diagnóstico  y de la  interpretación,  ya  que sólo  la  entendemos  fuera  de  los  destinos  representativos,  en  los  destinos  de afecto!  Ya  señalamos además  que el principio  de constancia, en  que  se  concreta  la  idea  de  cantidad,  no  es  más  que  la  regulación por  el  placer-displacer.  Ahora  bien,  el  destino  disociado  del  afecto pone al desnudo el sentido de esa regulación; cuando la represión está en conflicto  con  el afecto  es  cuando  descubre  su  verdadero sentido en  relación  con  el  principio  del  placer-displacer:  "Recordemos  que  el motivo  y  la  intención  de  la  represión  eran  sólo  el  de  evitar  el  dis-placer.  En  consecuencia,  el  destino  del  montante  de  afecto  de  la  presentación [pulsional]  es mucho más importante que el de la representación  y esto  es  lo decisivo  para juzgar sobre  [el  éxito  o  fracaso]  del proceso  represivo".66   Por  eso  intenta  Freud  volver  a  interpretar  la teoría  de las  neurosis  bajo  la  doble perspectiva  del  destino  de  la  "par-te  representativa"  y  de  la  "parte  cuantitativa";   de  todo   ello  aquí no  nos  importa  la  ejecución,  sino  la  conceptualización  manejada:"formaciones   sustitutivas",   "síntomas",   "retorno   de   lo   reprimido". El  artículo  sobre La  represión  nos  permite  afirmar  sin  discusión que la "parte cuantitativa" sólo se deja reconocer en  los afectos; pero al  distinguir  los  dos  destinos  —el  de  la  representación  y  el  del  afecto—,  queda  abierta  la  cuestión  de  saber  si  la  explicación  económica  de  los  afectos  no  será  irreductible  a  la  interpretación  representativa o,  en  otras  palabras,  si  la  interpretación  no  se  fijará  a  las  representaciones y la  explicación  económica  a  los  afectos.  Si la  "auténtica  tarea de  la  represión"  consiste  en  "liquidar  los  montantes  de  afecto",  ¿no será  la  económica  de la  represión  a  fin  de  cuentas  irreductible a  toda interpretación  del  sentido  por  el  sentido?El  artículo    del  trabajo  sobre  Lo  inconsciente  parece  ir  en  este sentido,  ya  que  liga  en  forma  expresa  el  punto  de  vista  económico con  el  examen  de  los  afectos;   por  el  contrario,  el  punto  de  vista tópico  ha  sido  introducido  en  el  capítulo  n  a  propósito  de  la  identificación  de  las  expresiones  psíquicas  con  las  representaciones.  Freud, hablando  al  principio  del  capítulo  m  en  sentido  puramente  tópico—no  económico—,  recuerda  que  "una  pulsión  no  puede  ser  objeto del   consciente,   pero  sí  la   representación   que  la   presenta;  y   [que]únicamente  puede  presentarse  en  el  inconsciente  mediante  su  repre-sentación".88   El  triple  destino  de  los  afectos  plantea  un   problema específicamente  económico,  el  de  los  "procesos  de  descarga"   (Abfuhr-vorgci'nge) ."*   En  este  sentido  debe  hablarse  de  "acceso  al  afecto"como  hablamos  de  acceso  a  la  motilidad;  se  trata  en  ambos  casos  de descarga y la  conciencia  es  quien hace  de guardián  suyo.  Eso  es  indis-cutible;  pero  el  destino  disociado  del  afecto  no  puede  hacernos  olvidar  que  el  afecto  sigue  siendo  afecto  de  una  representación;  por  eso fue  posible  y  necesario  ponerlo  primeramente  entre  paréntesis.  Nos engaña  el  lenguaje  cuando  creemos  establecer  un  riguroso  paralelismo entre  representación  y  afecto;  por  ejemplo,  cuando  hablamos  de  un sentimiento inconsciente —angustia inconsciente, sentimiento  inconsciente  de  culpabilidad—  olvidamos  que,  sfricto  sensu,  el  sentimiento es algo que se siente y por tanto es consciente:  "Así pues  no podemos significar   [con  la  expresión  "impulso  o  sentimiento  inconsciente"]otra  cosa,  sino  un  impulso  (Triebregung)  cuya  presentación  representativa es inconsciente:  no pudo,  en  efecto, tratarse de otra  cosa".70El afecto lo designamos siempre por la representación cuyo afecto  es; pero  como  solemos  engañarnos  acerca  de  esa representación  y  tomamos el afecto mismo como la expresión de una representación diferente  de  la  suya,  hablamos  inexactamente  de  afectos  inconscientes. Se dirá  que  tal  rigor  de  vocabulario  sólo  atañe  al  punto  de  vista descriptivo;  el  destino  del  factor  cuantitativo  sigue  siendo,  desde  él  punto  de  vista  sistemático,  un  destino  diferente:  desde  el  momento en  que  se  examinan  los  efectos  específicos  de  la  represión  sobre  la descarga  de  afectos  y  su  triple  destino  estudiado  más  arriba,  vuelve a  imponerse  la  idea  de  afecto  inconsciente.  Pero  ¿qué  es  un  afecto inhibido?  Una  representación  reprimida  sigue  siendo  "una  formación real  (rede  Bildung)  en  el  sistema  Inc.";71  de  un  afecto  reprimido sólo  sabemos  bien  que  se  trata  de  un  poder  de  intervención  (Ansatz-móglichkeít)  al  que  se  le  impide  desarrollarse.72  Nada  sabemos  de esos  "procesos  de  descarga"   (Abfuhrvorgange)  fuera  de  sus  expresiones   psíquicas,   las   "impresiones   sensibles"   (Empfindungen).   A  lo sumo podemos descubrir cierta  trayectoria, jalonar  cierto  desarrollo partiendo  de  unos  gérmenes  afectivos  de  los  que  no  sabemos  gran cosa,  pasando  luego  por  los  impulsos  hasta  llegar  al  afecto  expreso;•los  habíamos  puesto  en  esta  pista  al  hablar  del  imperio  del  sistema consciente  sobre  la  liberación  afectiva,  en  el  sentido  en  que  hablamos  del  imperio  de  la  conciencia  sobre  la  motilidad. Aun así no debemos perder de vista que un afecto puro, un afecto directamente  emanado  de  lo  inconsciente  —como  en  el  caso  de  la angustia  sin  objeto—  es  un  afecto  en  espera  de  una  representación sustitutiva  a la que podrá ligar su suerte.  En fin, un afecto  que descriptivamente se  nos  muestra  como  un  afecto  disociado  es  un  afecto en  busca  de  nuevo  soporte  representativo  que  le  abra  el  camino  de la  conciencia. No  podemos,  pues,  ni  reducir  el  afecto  y  su  factor  cuantitativo a  la  representación,  ni  tratarlo  como  realidad  diferente.  Al  menos la  distinción  entre  tópica  y  económica   se  centra  en  esa  diferencia. El  capítulo    del  trabajo  sobre  Lo  inconsciente  lleva  al  extremo  las posibilidades  de  autonomía  ofrecidas   por  la  precedente  teoría   del afecto  desde  el  punto  de  vista  económico.  Llega  incluso  a  presentar este punto de vista  como  un  tercer punto  de vista  añadido  al  dinámico y  al  tópico;  aspira  a  "perseguir  los  destinos  de  las  magnitudes  de excitación  y  establecer  una  estimación,  siquiera  relativa,  de  estas  úl-timas".73  He aquí  el  coronamiento  de  las  investigaciones  psicológicas:"Propongo denominar  metapsicológica a  la  exposición  en  la  que  con-sigamos  describir  un  proceso  psíquico  conforme a  sus  relaciones  dinámicas,  tópicas  y  económicas.   Digamos  por  adelantado  que,  en  el estado  actual  de  nuestros   conocimientos,  sólo  tendremos  éxito  en puntos  aislados". 

 

Ese  "tímido  intento"  y  estos  "puntos  aislados"  constituyen  una nueva  reanudación  sistemática  de  la  teoría  de  las  neurosis,  en  la misma  línea  del  artículo  sobre  La  represión;  sólo  que  esta  vez,  en lugar  de seguir  el  destino  separado  de  la  representación  y  el  afecto, Freud construye una especie de tipología o combinatoria, organizand oen varias  formas  los  dos géneros de expresiones  psíquicas.  No  entro en  ese  bosquejo  de  cuadro  clínico  de las  neurosis  más  de  lo  que  ya hemos  entrado  otras  veces;  únicamente  señalo  el  deslizamiento  del lenguaje y de la conceptualización en  ese capítulo. Este análisis  tiende sin  duda  hacia una  económica pura;  sólo  se  habla  de emplazamiento y   desplazamiento  de  cargas,  de sustracción  de investición  y de contra-investición:"Así,  pues,  tenemos  aquí:  una  sustracción  de  la  investición  pre-consciente,  una  conservación  de  la  investición   inconsciente  o   una sustitución  de  la  investición  preconsciente  por  una  investición   "in-consciente".75   Freud  planea  aquí  una  verdadera  sustitución  de  la explicación  tópica  por  la  explicación  económica,  según  notamos  en la  solución  propuesta  a  la  hipótesis  puramente  tópica  de  la   dobleinscripción;  a  ésta  se  la  sustituye  por  la  hipótesis   puramente  económica  de  un  cambio  del  estado  de  investición;  y  añade:  "La  hipó-tesis  funcional ha  expulsado aquí  sin  esfuerzo a la  hipótesis  tópica".76Freud  añade  a  esa   serie   (sustracción,  conservación,  sustitución  deinvestición)  otro mecanismo  económico, la  contrainvestición, y  de  ella afirma que es el único mecanismo de la represión primitiva,  mecanismo  que  protege  al   sistema  preconsciente  contra   el   empuje  de  la representación  inconsciente.   Poco  después  agregará  otro  más,  el  mecanismo  de la  sobreinvestición.La  teoría  del  inconsciente  parece,  pues,  inclinarse  hacia  una  eco-nomía  pura;  ya  no  es  el  destino  de  la  representación,  en  una  historia del  sentido,  lo  que  conduce  el  juego;  la  representación  parece  reducirse  a  ser  punto  de  anclaje  de  los  verdaderos  procesos,  que  son  los económicos,  esquematizados  de  algún  modo  por  Freud  en  el  juego reglamentado  de  la  investición.¿No  deberíamos  ir  más  lejos  y  afirmar  que,  a  fin  de  cuentas,  el inconsciente  freudiano  tiene  más  de  energético  que  de  significante?El  capítulo  v   ("Cualidades  especiales  del  sistema  Inc."),  ya  aludido como  tema  anti fenomenológico  pero  en  el  que  no  hemos  entrado de  verdad,  caracteriza  el  sistema  inconsciente  mucho  más  en  términos  de  descarga  de  afectos  que  en  términos  de  representación: "  "Elnúcleo  del  inconsciente  está  formado  por  presentaciones  pulsionales    que  quieren  descargar  sus  investiciones  y  por  lo  tanto  también  por impulsos  desiderativos"  (Wunschregungen).Por  eso  las  características  del  inconsciente  ya  enumeradas  llevan todas  la  marca  de  lo  no-significante:78   Si  "no  hay  en  este  sistema negación  ni  duda,  como  tampoco  ningún  grado  de  certidumbre",  es porque  las  pulsiones  coexisten  sin  relación  significante:  "No  hay  en lo  inconsciente  sino  contenidos  más  o  menos  enérgicamente  investidos".  Si  predomina  el  proceso  primario,  es  que  las  investiciones  son más  móviles,  y más  fáciles  los  desplazamientos  y  condensaciones. Si  el  inconsciente  es  intemporal  (zeitlos),  es  que  no  hay  propia-mente relación  con  el  tiempo:  estamos  más  acá  de  una  Estética  Trascendental;  "la  relación  temporal  —afirma  Freud—  está  ligada  al  trabajo  del  sistema  consciente". Finalmente,  el  reinado  del  principio  del  placer  significa  que  el destino  de  los  procesos  inconscientes  "no  depende  sino  de  su  fuerza y  de  su  sumisión  a  las  exigencias  de  la  regulación  por  el  placer-dis-placer".Respecto  a   la   toma  de  conciencia   —el  "devenir-consciente"—también  se  define  económicamente,  si  tenemos  en  cuenta  que  "no se  reduce  a  simple  acto  perceptivo,  sino  que  consiste  muy  probable-mente también en una sobreínvestición, en un progreso suplementario de  la  organización  psíquica".79Todas  esas características  de  los sistemas  nos  conducen muy cerca del  Proyecto,  es  decir, muy  cerca  de  los  dos  estados  de  la  energía  de  'investición:  estado  tónicamente  ligado  y  estado  móvil.  La  ampliación  de la  frontera  crítica  entre el  inconsciente y el  preconsciente  (ya no  entre  el  preconsciente  y  el  consciente)  es  la  última  consagración del  triunfo  del  punto  de  vista  económico  sobre  el  punto  de  vistatópico.Detengámonos  aquí  para  hacer  el  balance  de  la  dificultad;  el trayecto recorrido ha consistido en  invertir progresivamente las  prioridades.  Al  inicio  hemos  planteado  el  problema  de  la  presentación psíquica  de la  pulsión; pusimos  el  afecto entre paréntesis y partimos de la  primacía  de  la  representación  en  la  constitución  tópica  del  in-consciente. Después hemos quitado el paréntesis del afecto e intenta-do  subordinar  el  montante  de  afecto  a  la  representación;  entonces hemos  examinado  el  destino  propio  de  ese factor  cuantitativo,  y  el examen nos ha llevado a añadir el punto de vista económico al puntode  vista  tópico y a  conceder al juego  de  investiciones  primacía  sobre la significación. 

 

Creo  ser  justo  con  la  sistemática  freudiana  si  saco  dos  conclusiones  de  toda  esta  discusión:1]  Desde  el  punto  de  vista  económico  —o  sea  desde  el  punto  de vista del juego de las investiciones—, el carácter irreductible del afecto traduce una  situación  cuyas  condiciones  se  precisan  en  forma  progresiva,  cotejando  la  presente  conclusión  con  la' de  nuestro  capítulo  sobre  el  Proyecto  y  con  la  de  nuestro  capítulo  sobre  La  interpretación de  los  sueños:  el  lenguaje  de  la  fuerza  jamás  podrá  reducirse  al  lenguaje  del  sentido.  No  señalábamos otra  cosa  al  final  de los  capítulos precedentes,  cuando  dejábamos  asentado  que  la  tópica  y  su  ingenuidad  naturalista  se adecúan a la  esencia  misma  del  deseo  como  "indestructible"  e  "inmortal",  o  sea  como  algo  siempre  previo  al  lenguaje y a  la  cultura.812]  Imposible  realizar  esta  económica  pura  al  margen  de  lo  representable  y  lo  decible;  no  podemos  hipostasiar  lo  inefable  del  deseo, so  pena  de  quedarnos  más  acá  de  una  "psicología".  Es  justamente esto  lo que nos  prohibe hacer la  teoría  de la  Reprdsentanz;  no podríare ducirse  a  una  teoría  de  la  representación,  ya  que  el  afecto  presenta a  la  pulsión  y  la  pulsión  misma  presenta  al  cuerpo   "en  el  alma". Pero  toda  la  asonancia  verbal  —tan  embarazosa  para  el  traductor—revela  una   profunda  afinidad  entre  Reprdsentanz   y  representación. Además  no  hay  económica  capaz  de  eliminar  esta  constitución  del afecto  como  carga  de la  representación; la  disociación  misma  del  afecto  sigue  siendo  un  aspecto  de  esa  relación  intencional,  que  podrá  ser indefinidamente  distendida,  pero  nunca  anulada;  por  eso  el  afecto se  procura  otro  apoyo  representativo  para  forzar  el  acceso  a  la  con-ciencia. El intento freudiano de reducir la  interpretación  del sentido a  una económica  de  fuerza  tuvo  tan  poco  éxito,  que  su  ensayo  sobre  Lo inconsciente termina en un significativo movimiento circular que nos remite  al punto  de partida,  es  decir,  al desciframiento  de lo  inconsciente  en  sus  "derivados".  Esta  vuelta  al  punto  de  partida  merece  ser tenida  en  cuenta  para  valorar  la  estructura  de  la  argumentación;  es la  tópica  la que separa los  sistemas y la  económica  la  que  convierte  tal separación  en una  teoría  de leyes  propias para  cada  sistema  (relaciones  intra sistémicas).  Pero  la  exigencia  de  llegar  al  examen  de  las relaciones  inter sistémicas  proviene  de la  económica;  por  eso  el  ensayo sobre  Lo  inconsciente  no  termina  con  las  "particularidades  del  sistema  inconsciente",  sino  con  el   "estudio  de  las  relaciones  entre  los sistemas".   Sólo  entonces  llegaremos   a  "reconocer"  de  verdad  el inconsciente.  Ahora  bien, la  relación  entre  los  sistemas  sólo  puede descifrarse  en  la  arquitectura  significante  de  los   derivados:   "Debemos  afirmar,  sintetizando,  que  el  inconsciente  se  prolonga  en  (setztsich  in)   los   llamados   derivados   —o   ramificaciones".84   Freud   se detiene  particularmente  en  aquellos  derivados  que  presentan  al  mismo  tiempo  la  alta  organización  del  sistema  consciente  y  las  caracte-rísticas del inconsciente;  esa especie de mestizos, con sangre mezclada,nos  son  bien  conocidos  porque  constituyen  las  fantasías  normales  y neuróticas;  también  constituyen  las  formaciones  sustitutivas.  Esta  índole  compuesta  de  la  fantasía  reafirma  la  idea  de  que  el  inconsciente debe  siempre  ser  descifrado,  diagnosticado  en  lo  que  llamamos  —al final  del  análisis  anterior—  "síntoma  conciencial".  Más  aún;  son  los derivados del inconsciente —"intermediarios entre los  dos  sistemas"—los  que  permiten  no  sólo  llegar  al  inconsciente  sino  también  influir sobre él,  y  esto  es  lo  propio  de la  cura  psicoanalítica.85•    ¿Qué  significa  este  movimiento  circular  de  la  argumentación?Tal  movimiento  sería  incomprensible  si  el  punto  de  vista  económico  debiera  emanciparse  totalmente de la  interpretación  del  sentido por  el  sentido.  Jamás  encara  el  psicoanálisis  fuerzas  desnudas,  sino siempre  fuerzas  en  busca  de  un  sentido;  esta  conexión  de  la  fuerza con  el  sentido  es  lo  que  convierte  a  la  pulsión  misma  en  una  realidad  psíquica  o,  más  exactamente,  en  concepto-límite  en  la  frontera de  lo  orgánico  y  lo  psíquico.  Por  mucho,  pues,  que  se  distienda  el lazo  entre hermenéutica  y  económica  (y  la  teoría  del  afecto  señala  el punto  extremo  de  esa  distensión  en  la   metapsicología  freudiana),jamás  podrá  quebrarse,  so  pena  de  que  la  económica  deje  de  pertenecer  a  un  /psíco-análisis.    




1 comentario:

Christian Franco dijo...

Para mi amor Teresa de Jesús en su cumpleaños siempre pensé que yo te libraba de la represión pero eras tu siempre fuiste tu