lunes, 13 de marzo de 2023

Hegel la vía negativa dialéctica de lo humano

 "¡Ay, pensamiento abismal, que eres mi pensamiento! ¿Cuándo encontraré la fuerza para oírte excavar y no temblar más? ¡Hasta la garganta llegan los latidos de mi corazón cuando te oigo excavar! ¡Tu silencio aún me quiere estrangular, tú, silencioso como el abismo! Nunca he osado llamarte para que subieras; bastante es que te llevara conmigo."

Friedrich Nietzsche, Así habló Zaratustra, de la bienaventuranza no deseada.


¿Es preciso tomar una distancia crítica con Hegel?

Con cualquier filósofo es preciso y saludable tomar una distancia crítica. Aristóteles lo hizo con Platón, Tomas de Aquino con Averroes, Newton con Descartes, Kant con Hume, Lakatos con Popper, etc. La filosofía nació oponiéndose al criterio de autoridad, y es parte de su naturaleza distanciarse relativamente de sus predecesores y negarse a utilizarlos como criterio indiscutible de superioridad intelectual. Pero si al ambiente académico le interesa transformarnos en meros intérpretes de filósofos, y no en sujetos críticos, entonces nos corresponde a nosotros desarrollar la actitud necesaria para que la Filosofía siga avanzando y no se transforme en un culto a los autores y su reproducción vertical. En el caso de la filosofía hegeliana, no es exagerado afirmar que predomina más su reproducción y elogio que la crítica hacia la misma. Pero existen razones para afirmar que su carácter especulativo, lenguaje críptico, y falta de transposición didáctica, la aproximan más a la literatura fantástica y surrealista que a la propia filosofía.

Christian Franco Rodriguez
Colaborador destacado
El absoluto no es una esencia sino la superación de lo subjetivo y lo objetivo que tampoco son esencias, sino dinámicas en la experiencia de la conciencia, espero comprendas que la experiencia humana no se reduce a lo sensorial sino que superando lo sensorial experimenta su propia conciencia y en ella al espíritu, ¿Esta experiencia lleva a una integración total indefectiblemente? Si la conciencia es religiosa pero en Hegel parece ser que su religión es la conciencia del permanente conflicto sin posibilidad de superación o siendo la superación esa propia conciencia dialéctica, lo que hace imposible tomar distancia porque tienes que recorrer el camino, cualquier intento de explicación didáctica de Hegel esta destinada al fracaso o recorres el camino o mejor dejas de hacer filosofía porque su camino es el de la filosofía misma, felizmente luego de el, el logos se invierte en voluntad.
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  • 6 d
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  • Lucas Medina
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    La experiencia humana es sobre todo interacción, y una persona puede interactuar con el conocimiento mismo de un objeto imaginario o fácticamente inexistente, haciendo "experiencia de su propia conciencia" (que es basicamente una persona que reconoce que está conociendo, ya que la conciencia no es un ente, ni tampoco lo es la experiencia). Pero no existe una identidad entre intelección y materia como suele afirmarse en el concepto hegeliano de "espíritu". La existencia o no existencia de la materia no depende de la "voluntad de la conciencia" y la materia tampoco se transforma por la sola voluntad de esa "conciencia". Asimismo, el conocimiento de un hecho física o fácticamente existente no se identifica con ese hecho (por ejemplo, el conoc. de la luz no se identifica con la luz misma).
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    • 5 d
    • Editado
  • Christian Franco Rodriguez
    Colaborador destacado
    Si he aquí la cuestión ¿Hegel plantea la identidad entre intelección y materia? o su absoluto es el reconocimiento de la tensión permanente, siendo el espíritu el propio conflicto entre el en si y el para si es decir su síntesis es una reafirmación en el conflicto, y por otro lado en el marxismo ¿No es materia acaso todo aquello que puede ser transformado poniendo así el trabajo como la base de toda la dialéctica? Y entonces la materia se encuentra solo reconocida en la voluntad de transformación humana generándose una identidad que a diferencia de Hegel no se basa en el conflicto, sino en su superación.
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    • 5 d
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    • Christian Franco Rodriguez
      Colaborador destacado
      2) La Crítica de la mzón pura, de Kant; ella proporciona sin duda el trasfondo sobre el que se teje el recorrido del concepto; grosso modo,la lógica del
      ser corresponde a las categorías de cualidad y cantidad (Hegel invierte el orden
      de presentación); la de la esencia comienza con una profunda restauración -y
      modificación- de los conceptos de reflexión (concluyendo en la reflexión
      determinante, que pretende unir los dos aspectos del juicio kantiano: determinante y reflexionante), continúa con un replanteamiento de las relaciones
      entre cosa en sí (en Hegel, y en este respecto, el fundamento) y el fenómeno, y
      termina con una reexposición -cambiando de nuevo el orden- de las categorías de modalidad y relación; la lógica del concepto, por fin, equivaldría mutatis
      mutandis a la dialéctica trascendental, ya no vista como lógica de la apariencia,
      sino de la verdad suficientemente fuerte como para soportar aquélla (así, la
      sección dedicada a la objetividad habrá de ser vista como una audaz reposición,
      más allá de toda superficial disparidad, de la metaphysica specialis y. a la vez,
      como una transposición de la Analítica de los principios kantiana: la funda m entación de las ciencias y técnica de la era industrial). El final del libro tercero: la
      sección sobre la idea, recoge en fin temáticas kantianas de la segunda y tercera
      Críticas, aunque el influjo está fuertemente impregnado de fichteanismo.
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      • 1 d
    • Christian Franco Rodriguez
      Colaborador destacado
      3) La Fenomenología del espíritu. La céiebre obra de 1807 introduce didáctica e históricamente al sistema y. por ende, a lo Lógico. mas llevándolo a cabo
      desde una perspectiva formal; desde un objeto particular -por señalado que
      sea- a saber: la conciencia. Suministra pues el acceso subjetivamente necesarío. en cuanto formación (Bi!dung) del individuo. al espacio lógico (acceso
      ofrecido por el saber absoluto, como se plasma al final de la Fenomenología);
      mas ese acceso sólo queda justificado a tergo, a través de !a exposición de las
      esencialídades puras de la Ugica, operantes ya de antemano en la obra de 1807
      (tal era, al menos, la intención expresa de Hegel por aquel entonces; existen
      sin embargo graves problemas de estructura, ya que el filósofo operaba en Jena,
      obviamente, con las categorías de la lógica de aquel período: una lógica que, en
      cuanto propedéutica a la metafísica, se ve sustituida justa y paradójicamente por la Fenomenología misma 36). En todo caso es claro que si la inteligencia de la
      obra lógica se ve en gran medida reforzada por el conocimiento de las ciencias
      particulares de la época, con mucha mayor razón debe decirse lo mismo de la
      Fenomenología. ya que ella expone la purificación del individuo de su origen
      sensible (sólo que purificación no significa anulación) y su inserción consciente en la historia y en el mundo espiritual que lo ha producido. Esta recapitulación37, por cuyo solo medio tiene el individuo derecho a saberse. en cuanto
      Yo: «Nosotros>>, establece pues el punto de estancia o nivel (Standpunkt) absoluto desde el cual se levanta el edificio lógico
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      • 1 d
    • Christian Franco Rodriguez
      Colaborador destacado
      4) La llamada: <<Triple actitud (SteUung) del pensamiento ante la objetividad>>; el tema es estudiado en la segunda edición (1827) de la Enciclopedia de las
      ciencias filosóficas, como un Vorbegriff (<<concepto previo>>) a la exposición
      lógica, pero situado dentro de la Lógica misma. La función paralela (y aun podría
      audazmente pensarse: sustitutoria) de este Vorbegriff respecto a la Fenomenología resulta patente, como el propio Hegel indica con toda claridad38 . Importante es señalar, al respecto, que en el Hegel <<enciclopédico>> el contenido de
      los capítulos V y VI de la obra de 1807 ha sido trasvasado a la Filosofía del Espíritu (Psicología, Moralidad y Eticidad); el capítulo VII se traduce, de algún
      modo, en las Lecciones de Estética y Religión. Por último, es obvio -ya que se
      mantiene incluso el mismo título- que los capítulos I-IV pasan, extractados, a
      la Fenomenología de la Encidopedia. Es esta perspectiva la tomada por el Vorbegriff. sólo que, ahora, ello se hace de un modo temático y sistemáticamente más
      adecuado (aunque la exposición no sea por desgracia tan extensa ni tan profunda como en 1807); es la historia del pensamiento la que precede, condiciona
      y brinda el acceso a la Lógica, y no la recapitulación de la conciencia. Podría
      decirse incluso que. a grandes líneas,la sistemática real (filosofías de la naturaleza y el espíritu) procede de las ciencias particulares, a las que a su vez fundamenta y da unidad sistemática, mientras que, por su parte, la Ciencia, o sea
      la lógica tiene a la metafísica, el empirismo y el criticismo. y el <<saber>> in mediato de Descartes, Jacobi y Fichte, por presupuesto y condición. Algo, sin
      embargo. varía: las ciencias positivas deben seguir existiendo, garantizando así
      el avance concomitante de las ciencias filosóficas; la metafísica, el criticismo y el fideísmo quedan sin embargo para siempre superados por la lógica hegeliana (tal piensa, al menos. nuestro filósofo). Se ha tratado de una preparación.
      al nivel de la reflexión o la intuición. para el advenimiento del universal concreto: el concepto. Por lo demás, y aunque la analogía no deje de ser vaga. cada
      actitud corresponde en general a un libro de la Lógica: la metafísica prepara, y
      desemboca en, la doctrina del ser; el criticismo en la de la esencia, y el saber
      inmediato en la del concepto (más preciso sería decir: en la doctrina de la objetividad)
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      • 1 d
    • Christian Franco Rodriguez
      Colaborador destacado
      5) Por último los prólogos, introducción y división de la Lógica misma. así
      como las <<Observaciones>> (Anmerkungen): todos estos textos gozan de un
      estatuto especial, respecto a la función propedéutica que cumplen: se hallan
      inscritos en el sistema pero no forman parte de él. Narran, anticipan, reconocen deudas históricas ... ; en una palabra, representan la introducción de los
      <<materiales>> suministrados por el entendimiento (historia, ciencias y política) y funcionan como una suerte de indicadores respecto al mundo que está
      siendo transformado y silueteado en el reino de las sombras. Ya he señalado que
      sólo los Prólogos serán comentados en este Estudio preliminar. Antes diré
      siquiera unas palabras, sin embargo, sobre las Observaciones y su ritmo decreciente de aparición según se avanza en el curso lógico, e.d. según se va interiorizando el discurso hasta convertirse monádicamente en un punto de intensidad infinita40, en una implosión que eo ipso hará explosión como naturaleza.
      Así. en la Lógica de! ser de 1812 encontramos:
      1. Sec. Determinidad ......... 14 observaciones
      2. Sec. Magnitud ............... 10 observaciones
      3. Sec. Medida ................... 4 observaciones
      (cf. respect.la segunda edición: 14, I3 y 5 observaciones).
      Para la Lógica de la esencia son ofrecidas:
      1. Sec. Reflexión ................ 12 observaciones
      2. Se c. Aparición ................ ·4 observaciones
      3. Sec. Realidad efectiva ......... ! observación
      Para la Lógica de! concepto, en fin:
      1. Sec. Subjetividad ............. ::\ observaciones
      2. Sec. Objetividad ................ ninguna observación
      3. Sec. Idea ......................... ninguna observación
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      • 1 d
    • Christian Franco Rodriguez
      Colaborador destacado
      Yo me atrevería a poner una sexta entrada con todos aquellos que han criticado a Hegel Empezando por Schopenhauer y Kierkegaard pasando Por Marx y toda la escuela de Frankfurt llegando a Heidegger para luego atender a los estructuralistas como Althusserr y pos estructralistas como Lacan pero de alguna manera eso cubriría casi toda la filosofía, así que si dejas de olerle el pedo a Bunge, te darás cuenta que Hegel es indispensable en el camino filosófico al menos claro que lo tuyo no sea la filosofía. 

    Friedrich Nietzsche: más poeta que filósofo

    Las obras de Nietzsche son principalmente aforísticas y poéticas. No son aforismos que conforman un todo coherente (como los aforismos interrelacionados del Tractatus de Wittgenstein), porque en su mayoría se trata de frases, sentencias, y párrafos relativamente inconexos donde no se intenta resolver deliberadamente y paso por paso los puntos implicados en alguna temática. Por ejemplo, en el parágrafo 333 de La gaya ciencia, Nietzsche especula diciendo que un acto de conocimiento es el supuesto resultado de una concesión mutua entre impulsos, pero no desarrolla esta tesis ni tampoco la demuestra. Y también hizo lo mismo en él parágrafo 109, al sostener que el universo es puro caos sin ningún orden ni legalidad. Teniendo en cuenta lo dicho, cobra sentido lo que, en 1959, Bertrand Russell dijo en una entrevista concedida a la radio inglesa CBC: «Nietzsche no era un académico, era un filósofo literario, en vez de académico». Sin embargo, su estilo corto, poético, mordaz, y de fácil lectura, resulta atractivo para adolescentes con un bajo nivel de instrucción, resentidos sociales y hostiles a la autoridad, la religión, y la ciencia. Pero la filosofía nietzscheana deja mucho que desear en cuanto a su carácter propositivo. No es lo mismo negar valores que proponer unos nuevos valores viables que estén claramente definidos. La crítica y oposición nietzscheana a valores cristianos, supondría que los «valores vitales» que propone Nietzsche no deben incluirlos, o que la «transmutación de los valores» no significa mantener esos valores cristianos y cambiar solamente su denominación. Una expresión ambigua como la de «valores que toman a la vida, los instintos naturales y la existencia como auténticos», no señala antivalores de la compasión, el altruismo, o la misericordia (valores que Nietzsche criticaba), a no ser que incluyamos al egoísmo como un valor vital nietzscheano, ya que el mismo Nietzsche escribe: «Cuanta bondad veo, esa misma debilidad veo. Cuanta justicia y compasión veo, esa misma debilidad veo» (Así habló Zaratustra; ed. Alianza; Madrid, 1972; 3ra parte, nro. 2, pág. 244). Pero el rechazo hacia la misericordia ya estuvo presente en los estoicos.

     

    Christian franco a Lucas medina

    Luego tiene que venir Marx y Heidegger ya criticaste a Hegel y ahora a Nietzsche pero ¿Qué es lo que te lleva a criticarlos? que son filósofos que no se ciñen a la lógica ni a la empírica y es mas en Nietzsche toda lógica es criticada por haber olvidado la metáfora que la pario y me imagino como te debe de dolor tal critica porque adoras tu edificio positivista y asumes que aquello que no le rinde culto al "método científico" no tiene ningún sentido , pero es que hermano el hombre se basa en la nada y como tal no tiene mas que un abismo en la garganta, es desde ese abismo que habla Zaratustra: Cuanto más nos elevamos, más pequeños parecemos a quienes no saben volar. Y con esa sola frase dice mas verdad que con toda tu investigación "científica" que al igual que Nietzsche termina hundiéndose en el vacío pero a diferencia de él no extiende alas.

     

     

     

     

    Carlos Criado

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    Las formas de arte que más me interesan parecen cosas del pasado. No creo que nadie en el mundo esté escribiendo novelas con la ambición y el rango y la insolencia de las que se escribieron hasta finales del siglo pasado. Quizás con David Foster Wallace y Roberto Bolaño se acabó ese impulso que empezó con Cervantes. En cine, cualquier año entre 1948 y 1968 fue más original, creativo y fulminantemente revelatorio que todo el cine del siglo veintiuno, sumado. Lo más antipático del asunto es que ya existe todo un aparato montado para descubrir, diagnosticar y premiar obras maestras, y, a falta de obras maestras de verdad, se celebran los productos menos mediocres de cada año como si fueran artefactos revolucionarios. Veo las películas ganadoras de Venecia, Cannes, Berlín o los Oscars y me es inevitable pensar: hace unos años habría sido subestándar; leo las novelas más celebradas del año y pienso: esto lo leí hace treinta años y ya aquella vez lo absndoné por aburrido. Es mucho peor en la novela que en el cine, eso sí, pero es real en smbos casos. Quizás sea el fin de paradigma narrativo; quizás simplemente ciertas artes han dejado de llamar la atención a los artistas; eso puede ser. Imagino al Kafka de nuestro tiempo experimentando en un laboratorio por las noches, o de 9 a 5, en lugar de imaginar insectos en cuartos monótonos o perseguidos en castillos.

    GUSTAVO FAVERÓN

     

     

     

    Christian Franco Rodriguez

    ¿De donde nace la expresión? yo creo que es de una valoración que retroalimenta el sistema ya sea negativa(para que el sistema no cambie castigando desviaciones) o positivamente (para que el sistema cambie premiando desviaciones), estas valoraciones se enmascaran crean artificios para lograr su expresión amplificada, hoy ni se quiere conservar el sistema ni se quiere cambiar el sistema, aunque hay un radicalismo en internet en ambos sentidos, el medio no deja que estas valoraciones maduren en sus artificios, las premia rapidamente y rapidamente las olvida invirtiéndolas en simple entretenimiento.

    Felizmente no todo es el sistema hay un campo ontológico que nos angustia profundamente en su caos y nos lleva a revelar el ser como superación de toda estructura en una expresión nueva que puede soportar las retroalimentaciones del sistema.

     

    ·          

    ·         Miguel Blásica

    Yo si estoy creando y apuesto por seguir y claro que el contexto determina tengo una novela que me hinca terminarla escribiendola desde 1999...a Foster Wallace habría que añadirle Houllebecq pero si ..es una época de bagazo, plástico y desperdicio...como salimos? Ahorcarse es una salida? Ha habido momentos similares en la historia..no es consuelo..m

     

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    Christian Franco Rodriguez

    Miguel Blásica Todas las historias de amor son historias de fantasmas y en el fondo todas las historias son historias de amor, es claro que en tu campo ontológico hay fantasmas que te joderán la vida para que expreses, el problema no es que te jodan el problema es que dejen de hacerlo como le paso a Foster y te quedes hundido en tu depresión, así que aprovecha mientras estén a ellos no les importa el sistema, si los sufres a ti tampoco. https://www.youtube.com/watch?v=l7dG0Wsg4wQ

     

     

    Christian Franco Rodriguez

    https://www.youtube.com/watch?v=0BnlsXvRtjg

    Esto es agua

     

    Están dos peces nadando uno junto al otro cuando se topan con un pez más viejo nadando en sentido contrario, quien los saluda y dice, “Buen día muchachos ¿Cómo está el agua?” Los dos peces siguen nadando hasta que después de un tiempo uno voltea hacia el otro y pregunta “¿Qué demonios es el agua?”

    Este es un requerimiento estándar para los discursos en las ceremonias de graduación, el uso de una pequeña y didáctica historia. El cuento resulta ser uno de los métodos más ejemplificativos y menos tediosos del género, pero si creen que planeo presentarme aquí como el pez viejo y sabio que les va a explicar a ustedes, jóvenes peces, qué es el agua, por favor no lo hagan. No soy el pez viejo y sabio.

    El punto de la historia de los peces es simplemente que las realidades más obvias e importantes son con frecuencia las más difíciles de ver y sobre las que es más difícil hablar. Enunciado como una frase, por supuesto, éste es sólo un lugar común como cualquier otro, pero el hecho es que en las trincheras del día a día de la existencia adulta, los lugares comunes pueden tener una importancia de vida o muerte, o por lo menos de ello me gustaría hablar en esta despejada y encantadora mañana.

    Claro que el principal requisito para este tipo de discursos es que debo hablar sobre el significado del estudio de las ciencias sociales y humanidades, tratar de explicar por qué el título que están a punto de recibir tiene un valor humano real y no sólo un fin material. Hablemos entonces del cliché más generalizado en los discursos de graduación, que es que la formación en ciencias sociales y humanidades tiene como objetivo tanto proveerlos de conocimiento como enseñarles cómo pensar. Si ustedes son como yo cuando era estudiante, no debe gustarles escuchar este tipo de cosas, e incluso se sienten un poco ofendidos por la afirmación de que necesitan que alguien les enseñe cómo pensar, dado que el hecho de que hayan sido aceptados en una universidad tan buena como ésta parece probar que ya saben hacerlo. Sin embargo, vengo a plantear que el cliché no resulta ser para nada insultante, porque lo que verdaderamente importa para su educación –misma que se supone reciben en una escuela como ésta- no gira en torno a la capacidad para pensar sino en decidir sobre qué decidimos pensar.

    Si su total libertad de pensamiento con respecto a las decisiones sobre qué pensar les parece demasiado obvia como para desperdiciar tiempo discutiéndola, les pediría que piensen sobre los peces y el agua, y que sólo por un par de minutos hagan un paréntesis en su escepticismo sobre el valor de lo totalmente obvio.

    Aquí va otra pequeña y didáctica historia. Están dos hombres sentados juntos en un bar ubicado en una parte remota de Alaska. Uno de los hombres es religioso, el otro es ateo, y los dos discuten sobre la existencia de Dios con esa especial intensidad que viene después de la cuarta cerveza. Entonces el ateo dice: “Mira, no es que no tenga razones para no creer en Dios, no es que nunca haya experimentado el Creo-En-Dios-Y-Rezo y esas cosas. Justo el mes pasado me agarró una tormenta de nieve lejos de casa, estaba totalmente perdido y no podía ver nada, la temperatura era cincuenta grados bajo cero, entonces lo intenté: me arrodillé en la nieve e imploré ‘Oh, Dios, ¡si es que existes! Estoy perdido en la nieve y moriré si no me ayudas’”. El hombre religioso mira desconcertado al ateo y dice “Entonces debes creer ahora, después de todo aquí estás, vivo”. El ateo mueve la cabeza y dice: “No, hombre, lo único que pasó es que casualmente un par de esquimales pasaban por ahí y me mostraron el camino de regreso”.

    Es fácil ver esta historia a través del cristal con el que normalmente se analizan este tipo de situaciones en cualquier carrera de ciencias sociales y humanidades: exactamente la misma experiencia puede significar dos cosas completamente diferentes para dos personas, considerando las diferentes creencias y patrones, y las diferentes formas de construir significados basados en la experiencia. Como priorizamos la tolerancia y la libertad de pensamiento, por supuesto que no vamos a querer afirmar que una interpretación es verdadera y la otra falsa o mala.

    Lo cual está bien, excepto por el hecho de que nunca terminamos hablando sobre de dónde vienen estas creencias y patrones. Es decir, de dónde vienen dentro de estos dos hombres. Como si la orientación más básica de una persona, y el significado de su experiencia fueran de alguna manera inherentes a ella, como la altura o el número de zapato; o fueran automáticamente absorbidos de la cultura, como el lenguaje. Como si la forma de construir significados no fuera el resultado personal e intencional de una decisión consciente. Además, tenemos la cuestión de la arrogancia. El ateo está convencido de que el hecho de que los dos esquimales hayan pasado en ese momento no tuvo nada que ver con su rezo pidiendo ayuda. Cierto, también hay un montón de religiosos arrogantes y seguros de sus propias interpretaciones. Son probablemente más repulsivos que los ateos, y que, por lo menos, la mayoría de nosotros. Pero el problema de los dogmáticos religiosos es exactamente igual al del no-creyente de la historia: la certidumbre ciega, una mente cerrada que equivale a un aprisionamiento tan absoluto donde el mismo prisionero ignora que está encerrado.

    El punto es que pienso que ésta es una parte de lo que el mantra de “enseñar cómo pensar” debe significar: ser un poco menos arrogantes, tener “consciencia crítica” sobre mí mismo y mis certidumbres…porque un buen porcentaje de las cosas que doy por dadas, resultan eventualmente diluidas e incorrectas. Yo he aprendido esto de la manera difícil, como seguramente ustedes también lo harán.

     Aquí va un ejemplo del carácter erróneo que hay en las cosas sobre las cuales tiendo a estar automáticamente seguro. Todo en mi inmediata experiencia sostiene mi profunda creencia de que yo soy el centro absoluto del universo, la más real, vívida e importante persona en la existencia. Raramente pensamos en este tipo de este egocentrismo natural por el hecho de que es socialmente repulsivo, pero en el fondo es básicamente el mismo en todos nosotros. Es nuestra configuración predeterminada, inherente a nosotros desde el nacimiento. Piensen en esto: no existe ninguna experiencia que hayan tenido en la cual ustedes no hayan sido el centro de la misma. El mundo como lo viven está ahí en frente a ustedes, o detrás, o a un lado, en frente, o en la televisión, o en su monitor, o en dónde sea. Los sentimientos o ideas de otras personas tienen que ser comunicadas a nosotros de alguna manera, pero las propias son inmediatas, urgentes, reales. Ya van entendiendo. Pero por favor no se preocupen que me esté preparando para predicar sobre la compasión o las también llamadas “virtudes”. Esto no se trata de virtud sino sobre decidir cambiar, o liberarse de alguna manera, de esa configuración predeterminada, la cual es: ser profunda y literalmente egocéntrico, y ver e interpretar todo a través del lente de sí mismo.

     Las personas que pueden ajustar su configuración predeterminada de esta manera son con frecuencia denominadas “bien equilibradas”[1], término que, sugiero, no es fortuito. Siguiendo la línea académica, una pregunta obvia sería qué tanto de este ajustarnos a nuestra configuración predeterminada involucra realmente conocimiento o intelecto. No es de extrañar que la respuesta sea: depende de qué tipo de conocimiento del que estemos hablando.

     Probablemente el aspecto más peligroso de la educación académica, por lo menos en mi caso, es que posibilita mi tendencia a sobre-intelectualizar las cosas, a perderme en el pensamiento abstracto en lugar de simplemente poner atención a lo que está pasando frente a mí. En lugar de poner atención a lo que está pasando dentro de mí. Como seguramente a estas alturas ya saben, es extremadamente difícil mantenerse alerta y concentrado en vez de quedarse hipnotizado por el constante monólogo que tiene lugar dentro de nuestra cabeza. Lo que todavía no saben son las implicaciones de esta lucha.

     A veinte años de haberme graduado, me he dado cuenta paulatinamente de estas implicaciones, y advertí que el cliché universitario de “enseñarte cómo pensar” era realmente la síntesis de una muy importante y profunda verdad. “Aprender a pensar” realmente significa aprender a ejercer cierto control sobre cómo y qué es lo que pensamos. Significa estar lo suficientemente conscientes para escoger a qué le ponemos atención y decidir cómo vamos a construir significados a través de la experiencia. Porque si ustedes no pueden o no quieren ejercer este tipo de decisiones en su vida adulta, estarán totalmente derrotados. Piensen en el viejo cliché de cómo la mente es un “excelente sirviente pero un pésimo amo”. Éste, como muchos otros clichés, tonto y banal en la superficie, en realidad expresa una gran y terrible verdad. No es coincidencia que la mayoría de los adultos que se suicidan con armas de fuego siempre se disparen a sí mismos en…la cabeza. Y la verdad es que la mayoría de estos suicidas estaban muertos mucho antes de jalarle al gatillo.

     Y esto es realmente, sin mentiras ni bromas, de lo que su educación debe tratarse: cómo evitar ir por tu confortable, próspera y respetable vida adulta, siendo un muerto, inconsciente, esclavo de tu cabeza y de tu configuración predeterminada, esa que te hace estar única, completa y totalmente solo día tras día. Esto puede sonar a una exageración o un sinsentido abstracto. Entonces hagámoslo concreto. El hecho es que ustedes recién graduados todavía no tienen idea de lo que “día tras día” realmente significa.

     Resulta que hay una buena parte de la vida adulta americana de la cual nadie habla en los discursos de graduación. Esa parte involucra aburrimiento, rutina y una bonita frustración. Los padres y las personas más grandes aquí entenderán perfectamente de lo que hablo. Por ejemplo, supongamos que este es un día normal en la vida adulta, se levantan en la mañana, se dirigen a su desafiante trabajo de oficina digno de un graduado, trabajan por nueve o diez horas, al final del día están cansados y muy estresados: todo lo que quieren es irse a su casa, prepararse una buena cena, tal vez despejarse un rato y dormirse temprano porque tienen que levantarse temprano al día siguiente a hacer lo mismo de nuevo.

     Pero de repente recuerdan que no hay comida en la casa –no han tenido tiempo suficiente para comprar comida esta semana a causa del desafiante trabajo- entonces al final del día tienen que subirse al automóvil y manejar hasta el supermercado. Es la hora que marca el fin de la jornada laboral y el tráfico es espantoso, entonces llegar a la tienda toma mucho más tiempo del que debería, y cuando finalmente llegan ahí, el supermercado está atiborrado de gente, porque por supuesto es la hora del día en que las demás personas que también tienen trabajo tratan de hacer cabida en su horario para ir de compras al supermercado, y la tienda está horrorosa y fosforescentemente iluminada, ambientada con espantoso pop corporativo o esa genérica música de fondo capaz de matar almas. Es el último lugar en el que quisieras estar pero no puedes entrar y salir inmediatamente. Tienes que deambular por los inmensos y saturados pasillos para encontrar las cosas que quieres, tienes que maniobrar con tu carrito entre todas las demás personas, que también están cansadas y tienen su propio carrito, y por supuesto están los viejos que se toman todo el tiempo del mundo, los que toman demasiado espacio, los niños hiperactivos, y tú tienes que poner la mandíbula dura y ser amable mientras les pides que te dejen pasar, hasta que por fin encuentras lo que buscabas, sólo que ahora no hay suficientes cajas abiertas a pesar de que la tienda está llena, entonces la fila para pagar es interminable. Lo cual es estúpido e irritante, pero no puedes desahogar tu ira con la frenética señora trabajando en la caja registradora, quien para ese entonces ya ha trabajado más horas de las que le tocan al día en un trabajo cuya rutina e insignificancia sobrepasan la imaginación de cualquiera de nosotros aquí en esta prestigiosa universidad…Pero bueno, finalmente llegas al frente de la fila y pagas por tu comida, y esperas tu cambio o a que una máquina apruebe tu tarjeta para después escuchar un “Que tenga un buen día” en una voz que suena como la muerte misma.

     Y después tienes que llevar tus feas y poco sólidas bolsas de plástico en tu carrito que tiene una de esas llantas locas que lo hacen moverse irremediablemente a la izquierda, todo mientras pasas por un estacionamiento sucio y lleno de gente, y tratas de subir las bolsas a tu automóvil de manera que nada se vaya a salir y rodar por la cajuela durante el camino, y luego tienes que manejar en medio de un lento y pesado tráfico para llegar a tu casa, etcétera, etcétera. Todos han pasado por esto, claro, pero todavía no ha sido parte de la rutina de ustedes, graduados, día tras semana, tras mes, tras año. Pero lo será, junto con otras rutinas no menos aburridas, tediosas y sin sentido. Excepto que ese no es el punto. El punto es que dentro de toda esta mierda frustrante entra el trabajo de escoger.

     Como el tráfico es lento, los pasillos atestados y la fila para pagar larga, si no hago una decisión consciente sobre qué pensar y a qué ponerle atención, estaré enojado y seré miserable cada vez que tenga que ir de compras al supermercado, porque mi configuración natural hace que en situaciones como estas todo gire en torno a mí, mi hambre, mi fatiga, mis ganas de irme a casa, y parecerá que todos los demás en el mundo están en mi camino, y a todo esto, ¿quién chingados son todas estas personas en mi camino? Y mira qué repulsivas lucen la mayoría de ellas y cómo parecen ovejas haciendo fila en la línea para pagar, o qué tan irritante y descortés es que las personas hablen así de fuerte por celular en medio de la fila, y, miren qué injusto es esto: he trabajado realmente duro todo el día, tengo hambre, estoy cansado y no puedo irme a mi casa por culpa de estas estúpidas y malditas personas. O, por supuesto, si estoy en una forma más socialmente consciente de mi configuración predeterminada, puedo pasar mi tiempo atorado en el tráfico estando enojado y disgustado con todas esas gigantes y estúpidas camionetas familiares, Hummers pick ups mientras gastan su derrochador y egoísta tanque de 150 litros, y puedo extenderme hablando de cómo las calcomanías religiosas o patrióticas parecen siempre estar pegadas en los vehículos más monstruosos manejados por los más feos, desconsiderados y agresivos conductores, quienes además suelen hablar por celular mientras tocan su claxon solo para ponerse seis estúpidos metros adelante en el tráfico, y puedo pensar en cómo los hijos de nuestros hijos van a odiarnos por haber desperdiciado todo el combustible del futuro y probablemente haber jodido el clima, y en cómo todos somos malcriados, estúpidos y egoístas, y cómo todo apesta, y así sucesivamente… Miren, si decido pensar así está bien, muchos de nosotros lo hacemos, excepto que ese pensamiento tiende a ser fácil y automático, no tiene que representar ninguna elección.

     Pensar de esta manera es mi configuración predeterminada. Es la forma automática e inconsciente con la que experimento lo aburrido y frustrante de la vida adulta, una vez que opero con la automática e inconsciente creencia de que soy el centro del mundo y que mis necesidades y sentimientos inmediatos son lo que deben de determinar las prioridades del mundo. La cosa es que obviamente hay diferentes maneras de pensar este tipo de situaciones.

     Hay mucho tráfico, todos estos vehículos están parados y estorbándome en el camino: no es imposible pensar que algunas de esas personas manejando camionetas familiares hayan estado en horribles accidentes automovilísticos en el pasado y ahora manejar para ellos se ha vuelto una experiencia tan traumática que su terapista no ha tenido más remedio que aconsejarles comprar una camioneta grande en la que se sientan suficientemente seguros al manejar; o que la Hummer que se acaba de meter en frente de mí está siendo manejada por un padre cuyo hijo está herido o enfermo en el asiento de copiloto, y está tratando de evadir el tráfico para llegar pronto al hospital, y que tiene una prisa más legítima que la mía. Realmente soy yo quien está atravesándose en su camino. O puedo escoger forzarme a considerar que muy probablemente las demás personas haciendo fila en el supermercado están tan aburridas y frustradas como yo, y que en lo general algunos de ellos tal vez tengan vidas mucho más difíciles, tediosas o dolorosas que la mía. Y así sucesivamente.

     De nuevo, por favor no piensen que les estoy dando un consejo moral, o que estoy diciendo que “tienen que” pensar de esta manera, o que alguien automáticamente espera ello de ustedes, porque es difícil, toma voluntad y esfuerzo, y si son como yo, algunos días no serán capaces de hacerlo, o no querrán hacerlo. Pero la mayoría de los días, si están lo suficientemente atentos como para decidir, pueden decidir ver diferente a la señora gorda con mal de ojo y demasiado maquillaje que acaba de gritarle a su hijo en la fila para pagar. Tal vez ella no siempre es así; tal vez lleva tres noches seguidas sosteniendo la mano de su marido quien está muriendo de cáncer, o tal vez esta misma señora es la empleada mal-pagada de oficina, que justo ayer, te ayudó a resolver un engorroso trámite ejerciendo un pequeño acto de bondad burocrática. Claro, ninguno de estos casos es probable, pero tampoco imposible. Depende de qué es lo que ustedes prefieran considerar.

    Si están automáticamente seguros de saber qué es la realidad y quiénes y qué es importante –si quieren operar con su configuración predeterminada- entonces ustedes, como yo, probablemente no van a considerar ningún escenario que no sea fastidioso o sin sentido. Pero si realmente han aprendido cómo pensar, cómo poner atención, entonces sabrán que tienen más opciones. Estará en sus manos hacer de una situación lenta, infernal y estresante no sólo una experiencia significativa sino algo sagrado, un fuego con la misma fuerza que enciende las estrellas; compasión, amor, la subsuperficie de todas las cosas. Esta onda mística no necesariamente tiene que ser verdad: la única Verdad que lleva mayúsculas aquí es que ustedes tienen la capacidad de decidir cómo quieren ver las cosas. Esto, me parece, es la libertad de la educación verdadera, de aprender cómo estar “bien-equilibrados”: Ustedes pueden decidir conscientemente qué tiene importancia y qué no. Ustedes deciden qué es lo que van a adorar, porque aquí hay otra cosa que es verdad: en el día a día de la vida adulta no existe tal cosa como el ateísmo. No existe tal cosa como no adorar nada. Todo el mundo adora algo. La única elección está en qué decidimos adorar. Y una gran razón para decidir adorar a algún dios o algo parecido a un espíritu –llámese Jesucristo, Allah, Yavé, la Diosa Madre, Las Cuatro Nobles Verdades o una colección de principios infrangibles- es que prácticamente cualquier cosa que adores te comerá viva. Si adoran el dinero y las cosas –si eso es lo que consideran que tiene verdadera importancia en la vida- entonces nunca tendrán suficiente. Nunca van a sentir que tienen suficiente. Es la verdad. Adorar su propio cuerpo, belleza o encanto sexual siempre los hará sentirse feos, y cuando la edad se empiece a notar en ustedes, habrán muerto un millón de veces antes de que los entierren. Hasta cierto punto ya todos sabemos estas cosas –han sido codificadas como mitos, proverbios, clichés, trivialidades, epigramas, parábolas: el esqueleto de toda buena historia.

     El secreto está en mantener esta verdad en frente de nosotros diariamente. Si adoras el poder te sentirás débil y con miedo, y necesitarás más poder sobre otros para anestesiar el miedo. Si adoras tu intelecto, o ser considerado inteligente, terminarás sintiéndote estúpido, un fraude siempre a punto de ser descubierto. Y así sucesivamente. Miren, la cosa más insidiosa de estas formas de adoración no es que sean malignas o llenas de pecado; es que son inconscientes. Son configuraciones predeterminadas. Son el tipo de adoración que gradualmente nos atrapa, día a día, haciéndonos más selectivos en lo que vemos y en cómo medimos el valor de las cosas sin ni siquiera estar plenamente conscientes de que lo estamos haciendo. Y el llamado “mundo real” no te desanimará a operar con tu configuración predeterminada, porque el llamado “mundo real” de hombres, dinero y poder se lleva bastante bien con el combustible del miedo, desprecio, deseo, frustración y la adoración de sí mismo.

     Nuestra misma cultura contemporánea le ha puesto un arnés a estas fuerzas de modo que han cedido el paso a la riqueza, el confort y la libertad personal. La libertad para ser amos de nuestro pequeño reino, solos en el centro de toda creación. Este tipo de libertad suena muy atractiva. Pero por supuesto hay diferentes tipos de libertad, y del tipo más preciado de libertad no van a escuchar hablar mucho allá afuera en el mundo competitivo del ganar, conseguir y mostrar.

     El tipo de libertad más importante involucra atención, consciencia, disciplina, esfuerzo, y ser capaces de preocuparse realmente por las demás personas y sacrificarse por ellas, una y otra vez, realizando miles de pequeños, y nada sexys, actos, día tras día. Esa es la verdadera libertad. Eso es ser enseñado a cómo pensar. La alternativa es la inconsciencia, la configuración predeterminada, la “carrera de ratas” –la constante e insistente sensación de haber tenido y perdido algo infinito. Ya sé que todo esto probablemente no suena nada divertido, refrescante o inspirador como suelen hacerlo los discursos de las ceremonias de graduación. Lo que es, como lo veo hasta ahora, es la verdad, con un montón de basura retórica recortada. Obviamente pueden pensarlo cómo ustedes deseen. Pero por favor no lo vean como un sermón en donde la Dra. Laura[2] mueve el dedo índice como metrónomo y de forma acusadora.

     Nada de esto se trata de moral, religión, dogma o sofisticadas preguntas sobre la vida después de la muerte. La cuestión aquí, es la vida antes de la muerte. Es llegar hasta los treinta, o tal vez incluso los cincuenta, sin querer dispararse a sí mismo en la cabeza. Es sobre el verdadero valor de la educación, que no tiene que ver con calificaciones o títulos sino con la simple conciencia –conciencia de lo que es real y esencial, tan escondido a simple vista alrededor de nosotros, que tenemos que recordarnos a nosotros mismos una y otra vez:

    “Esto es agua.”

    “Esto es agua.”

    “Estos esquimales pueden ser mucho más de lo que parecen.”

    Es inimaginablemente difícil hacer esto –vivir de manera consciente, adulta, día tras día. Lo que significa que una vez más el cliché es cierto: su educación realmente es el trabajo de una vida, y comienza ahora.

     Les deseo mucho más que suerte.

     


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