miércoles, 5 de junio de 2024

Contra alterando sistemas

 

Contra alteración de sistemas

Brenda Gutierrez

? no me entendiste amiguito, bueno saludos a Tere y los niños.

 

El problema es que ubicas mi pensamiento en el entendimiento como para que te de él conocimiento  bien servido y lo que yo hago es especular es decir paso de un  lado del espejo al otro  y te invito a esta experiencia especulaltiva reflexiva así te he mostrado desde la obra de Mirdad la alteración de sistema regresiva que no es otra cosa que la experiencia de redención este volver al ser  para contemplarlo, pero claro esta experiencia va hacia dentro para luego ir hacia fuera y entonces el evangelio nos lleva a la revolución.

Ahora, aunque sé  que quieres entender y no especular, no vivir una experiencia reflexiva te mostrare el otro lado del espejo   para esto te presento a Miguel Cordero

https://www.facebook.com/miguelalonso.corderovelasquez/videos/745027210731042

Para mí el mejor artista vivo de Arequipa y uno de los mejores del Perú

Su trabajo es conceptual y él logra lo que pocos pueden hacer, desaparece la idea y lo que queda es una mística del vacío, como si contemplaras la mente de un niño, es realmente hermoso un místico de la nada, lleno de amor y sabiduría, con un compromiso verdadero con el arte contemporáneo.

Pero yo con el soy bastante crítico porque la nada debería expandirse y contra alterar todos los sistemas    y no quedarse en una subjetividad sofisticada, que sirve de papel de regalo para los museos, y es que vas a un museo y solo hay papel de regalo todas las obras no son más que eso, hace poco comente en su muro:  

 

Miguel Cordero

 

En el arte no hay certezas solo extravíos y es el extravío lo que le da sentido a todo  

 

 

Christian Franco Rodriguez

No el extravío no le da sentido a todo, basta de esa estética dadaista de la diferencia al menos que esta estética sea radical ya no tiene nada que ofrecer, mucho menos cuando se convierte en entretenimiento sofisticado para seguir llenando de basura el mercado.

 

 

Autor

Miguel Alonso Cordero Velásquez

Christian, tú siempre tienes la razón

 

Ves el me da la razón, me da por mi lado propia reacción de  un estético de la diferencia, mientras que otro contesta:  

Jose Cortez

Lo irracional es humano , es válido estéticamente, el extravió es parte de ese estado.

Es infinita , nunca terminará , además es la libertad plena del arte.

 

 

 

El problema es que lo dadaísta no es irracional al contrario es súper racional, así  como Hegel es  irracional llevando la racionalidad al máximo, los dadaístas base de toda la estética posmoderna de la diferencia son racionales llevando la irracionalidad al máximo y el trabajo de Miguel cordero es racional al extremo de llevar la irracionalidad aumque  esta no llega a su culmine como en el caso de Nietzsche donde se purifica en la locura.

 

Pero comprendamos la segunda alteración que es una contra alteración de sistemas, si la primera alteración es un redimir para luego devenir la segundo es un devenir para luego redimir, si la primera es la experiencia del evangelio que termina en revolución, la segunda es una revolución que termina en evangelio pero pocos son consciente de esto veamos el devenir:

 

Ser, puro ser ¡sinningunadeterminaciónulterior. Dentro de su inmedia¬ tez indeterminada, él es solamente igual a sí mismo, sin ser tampoco desigual frente a otro-, no tiene ninguna diversidad en su interior, ni tampoco hacia fuera. Poruña determinación o contenido, cualquiera que fuere, puesto como diferente en él, o por el cual fuere puesto como I diferente de un otro, dejaría [44J de estar firmemente mantenido en su pureza. Él es la indeterminidad y vacui¬ dad puras.- Dentro de él n a d a hay que intuir, si puede hablarse aquí de intuir; o bien, él es sólo este puro, vacío intuir mismo. Tampoco hay algo que pensar dentro de él, o bien, él es justamente sólo este vacío pensar. El ser, lo inmediato indeterminado, es de hecho nada, ni más ni menos que nada.

 

Nada, la pura na d a; ella es simple igualdad consigo misma, perfecta vaciedad, carencia de determinación y contenido; indiferencialidad dentro de ella misma.- En la medida en que puedan mencionarse aquí intuir o pensar, vale entonces como diferencia que algo o que nada sea intuido o pensado. Nada intuir o nada pensar tiene pues una significación; nada es [nada hay] dentro de nuestro intuir o pensar; o, más bien, ella es* el vacío intuiry pensar mismos, y el mismo vacío intuir o pensar que el puro ser.- Nada es con esto la misma determinación o, más bien, carencia de determinación, y por ende, en general lo mismo que lo que el puro s e r es.

 

 

El puro ser y la pura nada es lo mismo. Lo que es la verdad no es ni el ser ni la nada, sino el hecho de que el ser, no es que pase, sino que ha pasado a nada, y la nada a ser. Pero, justamente en la misma medida, la ver¬ dad no es su indiferencialidad, sino el que ellos sean absolutamente diferen¬ tes; pero justamente con igual inmediatez desaparece cada uno dentro de su contrario. Su verdad es pues este movimiento del inmediato desaparecer del uno en el otro: el deveni r; un movimiento en donde ambos son diferentes, pero mediante una diferencia disuelta con igual inmediatez.

 

Nada suele venir contrapuesta a algo; pero algo es un ente determi¬ nado, que se diferencia de otro algo; es así pues, igualmente, la nada contra¬ puesta a algo, la nada de cierto algo, una determinada nada. Aquí hay que tomar empero a la nada dentro de su simplicidad indeterminada-, la nada puramente en y para sí.~ £i n o ser contiene la referencia al ser; no es por tanto la pura nada, sino la nada tal como está ja en el devenir.

 

El pensamiento simple del ser puro lo había formulado por de pronto Parménides como el absoluto y como única verdad, y en los frag¬ mentos que nos quedan de él lo ha formulado con el puro entusiasmo del pen¬ sar, que por vez primera se comprende en su absoluta abstracción: sólo el ser es, y la nada no es en modo alguno. El profundo H e rácl ito puso de relieve frente a aquella simple y unilateral abstracción el superior con¬ cepto total del devenir, y dijo.-1 a n poco es el ser como la nada, o también que todo fluye, es decir, que todo es d e venirLas sentencias populares, especialmente las orientales, que dicen que todo lo que es tiene en su nacimiento el germen de su perecer, y que la muerte es a la inversa la entrada en una nueva vida, expresan en el fondo la misma unión de sery nada. Pero estas expresiones tienen un sustrato, en el que acontece la transición-, ser y nada vienen sostenidos como separados en el tiempo y representados como alternándose en él, sin ser empero pensados en su abstracción y, por consi¬ guiente, tampoco de modo que sean lo mismo en y para sí.

 

Ex nihilo nihil fit es una de las proposiciones a las que se atribuyó gran significación dentro de la metafísica de antaño. Pero hay que ver en ella, o bien tan sólo la tautología carente de enjundia de que nada es nada: o bien, en caso deque el devenir deba tener allí efectiva significación, entonces, en cuanto que sólo nada se hace de n a d a, no está más bien presente de hecho devenir alguno, pues nada sigue siendo nada. Lo que el devenir contiene no es que nada siga siendo nada, sino que pase a su otro, al ser.- Cuando la metafísica posterior, la cristiana especialmente, rechazó la proposición: «que de nada se hace nada», afirmó entonces con ello una transición de nada a ser, por sintético o meramente representativo que fuera el modo en que ella tomó esta proposición, en ella está contenido sin embarga, aunque en la más imperfecta unificación, un punto en donde sery nada se encuentran de consuno y desaparece su diferencialidad.

 

No hay que conceder mayor atención al hecho de que el resultado: que ser y nada sea lo mismo, sorprenda o parezca paradójico: más bien habría que asombrarse de ese asombro, tan nuevo dentro de la filosofía, y que olvida que dentro de esta ciencia vienen a darse modos de ver enteramente distintos a los de la conciencia habitual y el llamado entendimiento común de los hombres. No sería I difícil mostrar esa unidad de sery nada en cada ejemplo, en cada [cosa] efectivamente real o en cada pensamiento. Pero, ai mismo tiempo, esta aclaración empírica sería de todo punto superflua. Ya que esta unidad está, de ahora en adelante, situada de una vez por todas de fundamento y constituye el elemento de todo lo que sigue, ejemplos de esta unidad son entonces, aparte del devenir mismo, todas las demás determinaciones lógicas; estar, cualidad y en general todos los conceptos de la filosofía.

 

La confusión a que en tal proposición lógica se ve expuesta la conciencia habitual tiene su fundamento en que ésta aporta al respecto representaciones de algo concreto, olvidando que no se trata de tal, sino solamente de las abstracciones puras del ser y la nada, y que únicamente a éstas, enypam si, hay que atenerse.

 

Ser y no ser es lo mismo; luego es lo mismo que yo sea o no sea, que esta casa sea o no sea, que estos cien táleros en el estado de mis haberes sean o no. Esta conclusión, o la aplicación de aquella proposición, altera por completo el sentido de la misma. La proposición contiene las abstracciones puras del ser y la nada; pero la aplicación hace de ellas un ser determinado y una nada deter¬ minada. Sólo que, como se ha dicho, aquí no se trata del ser determinado. Un ser determinado, un ser finito es un ser tal que se refiere a otro-, es un conte¬ nido que está en relación de necesidad con otro contenido, con el mundo entero. Con respecto a la cohesión del todo en su determinación recíproca, la metafísica podía hacer la afirmación-en el fondo tautológica-de que si una mota de polvo fuera absolutamente destruida se derrumbaría el universo entero. Pero, al quitarle al contenido determinado su cohesión con [lo] otro y representarlo deforma aislada, es suprimida entonces su necesidadyda igual que esta cosa aislada o que este hombre aislado existan o no. 0 bien, al venir a ser com¬ prendida esta entera cohesión, desaparece entonces igualmente el estar determinado, el estar referido a otro, pues para el universo no hay ya un otro, y no hay diferencia alguna en que él sea o no.

 

Por tanto, no es en virtud del ser o no ser el que algo aparezca como no dando igual que sea o no sea. sino en virtud de su determinidad, de su contenido, que él pone en conexión con otro. Una vez presupuesta la esfera del ser y acep¬ tada en ésta un determinado contenido, un cierto, determinado estar, tal estar está entonces, por estar determinado, en variada referencia con otro con¬ tenido; a él no le da igual que otro contenido cualquiera -con el que está en referencia- sea o no sea, pues sólo por una tal referencia es él esencialmente lo que él es. El mismo caso se da en el r e p r e s e n t a r (al tomar el no ser en el sentido, más determinado, del representar, frente a la realidad efectiva); en este contexto no da igual el ser [la existencia] I o la ausencia de un contenido que, en cuanto determinado, está en referencia a otro.-Pues, engeneral, ladiferencia real se inicia sola y primeramente en la determinidad; el indeterminado sery nada no tiene aún en él esa diferencia, sino solamente la diferencia mentada [, que sólo vale como opinión].

 

Esta consideración contiene lo mismo que aquello que constituye un momento capital en la critica kantianas la prueba ontológica de la existencia de Dios; por lo demás, sola y primeramente cuando se trate de la oposición entre el con¬ cepto y la existencia habrá que tomar en. consideración con mós detalle esa crítica. –

 

Es notorio que en eso pretendida prueba se presuponía el concepto de un ser al que convienen todas las realidades}', por ende, también la existencia, aceptada igualmente como una de las realidades. La critica kantiana se atenía especial¬ mente al hecho de que la ex ist encía no es ninguna pro piedad o pre¬ dicado real alguno, es decir, un concepto de algo que pudiera añadirse al concepto de una cosa.- Lo que Kant quiere decir con esto es que ser no es nin¬ guna determinación de contenido.- Por consiguiente, continúa, lo posible no contiene más que lo realmente efectivo; cien táleros efectivos no contienen, ni en lo más mínimo, más que cien posibles: en efecto, aquéllos no tienen nin¬ guna determinación de contenido más que éstos. A este contenido, aislada¬ mente considerado, le da igual ser o no ser; en él no hay diferencia alguna entre sery no ser; esa diferencia no le afecta en general de ningún modo; los cien táleros no se hacen menos cuando no son, ni más cuando son. La diferen¬ cia tiene que venir sola y primeramente de algún otro sitio.- « Por el contrario, recuerda Kant, cuando se trata del estado de mis haberes hay más en cien tále ros realmente efectivos que en el mero concepto de los mismos, o en su posi¬ bilidad. Pues, en el caso de la realidad efectiva, el objeto no está meramente contenido analíticamente en un concepto, sino que se añade sintética mente a un concepto (que es una determinación de mi estado), sin que esos cien táleros pensados hayan aumentado en lo más mínimo en virtud de este ser, externo a mi concepto».

 

Se presuponen aquí dos tipos de estado, por atenerse a las expresiones kantianas: el uno, que Kant llama concepto, y por el que hay que entender representación; y otro, el estado de los haberes. Tanto para el uno como para el otro, cien táleros son una ulterior determinación de contenido o, según se expresa Kant, se añaden sintéticamente; 7 yo, como p o s e e d o r de cien tále¬ ros o no poseedor de los mismos, o bien yo como representándome cien táleros o s i n representármelos, un contenido [en cada caso] diverso. Ve un lado, hay una diferencia entre que yo me represente sólo esos cien táleros o que los posea, o sea entre que ellos se encuentren en uno u otro estado, una vez que yo he pre¬ supuesto ya estos dos estados como determinaciones diversas. I De otro lado, tomado cada uno de esos estados en su particularidad, se ve que ellos son, en su interior, una determinación particular de contenido que entra en referencia con otro, y cuya desa¬ parición no es un mero no ser, sino que constituye otro ser. Nos engañamos al cargar meramente en la cuenta del ser y del no ser la diferencia de que yo tenga o no te nga los cien táleros. Esta ilusión se debe a la abstracción unilateral que omite el hecho deestar determinado .siempre presente en tales ejemplos, y se atiene meramente al sery no ser. Como se acaba de recordar, sola y primeramente el e s t a r es la diferencia real entre ser y nada, entre algo  y otro.-Es esta diferencia real entre ai»^o/oiro la que está a la vista de la repre¬ sentación, y no la del puro sery la pura nada.

 

Según se e.xpresa Kant, por medio de la existencia viene algo a añadirse al contexto de la experiencia en su conjunto; en virtud de ello, recibimos un objeto más en la percepción, pero nuestro concepto del objeto no aumenta por ello.- Esto viene de hecho a querer decir, como se sigue de lo ya esclarecido, tanto como que es por medio de la existencia -y ello esencialmente en razón de que algo es existencia determinada- como ese algo entro o está en conexión con ot r o y, entre esos otros, también con un percipienle.- El concepto de cien táleros, dice Kant, no viene a ser aumentado por el hecho de percibir.- El concepto quiere deciraquí: los cien táleros aislados, representados comofuera del coniMlo de lo experienciayrddpercibir. Aislados de esta manera, desde luego que son uno determinación, yen verdad bien empírica, de contenido, pero cercenada, sin conexión ni determinidad respecto a o t r o; la forma de la identidad consigo, de ÍQ determinidad simple que se respecta solamente a si, los eleva por encima de la referencia a otro y los hace indiferentes al hecho de si son o no percibidos. Pero cuando de verdad son considerados como determinados/referidos a otro,/se les quita ¡a /orma de la referencia simple a sí, gue no pertenece a un tal contenido determinado, dejan de ser indiferentes al hecho de estar o de no estar [en la existen ¬ cia]/entran en la esfera en que tiene validez la diferencia entre ser/no ser, aunque no ciertamente como tal diferencia, sino como la existente entre algo / otro.

 

Al pensar, o más bien al representar, para el cjue lo único que está a la vista es un ser determinado, o sea el estar, en el que ocurre la diversidad real entre ser /nada, hay que reenviarlo al inicio de la ciencia pura hecho por Parménidcs, el cual porece habersido el primero de los hombres en haber depurado y elevado su representar)', con ello, también el representar de la posteridad, hasta el pen¬ samiento puro del ser, creando con ello el elemento de la ciencia.

 

Pero, volviendo al asunto principal, ha/que recordar que la expresión del resultado, dado a partir de la consideración del ser y de la nada mediante I la proposición; ser y nada es uno y lo mismo, es imperfecta. El acento viene en efecto a ser colocado de preferencia sobre el ser uno y lo mismo /, por consiguiente, parece que el sentido esté en que sea la diferencia lo que viene negado; algo, sin embargo, que al mismo tiempo viene a darse inmedia¬ tamente en la proposición misma; puesía proposición profiere ambas determi¬ naciones, sery nada, y las contiene como diferentes. - Al misino tiempo, no es posible ser de la opinión de hacer abstracción de ellas y atenerse sólo a la uni¬ dad. Este sentido se daría él mismo como unilateral, dado que aquello délo que debe abstraerse está sin embargo presente en la proposición.- En la medida en que la proposición: ser y nada es lo m is mo, profiere la identidad de estas determinaciones mientras que, de hecho, las contiene justamente de igual modo como diferentes, se contradice dentro de sí mismay se disuelve. Por tanto, hay aquí puesta una proposición que, considerada de más cerca, tiene el movi¬ miento de desaparecer por sí misma. Con ello, acontece en ella aquello que debe constituir su contenido propio, a saber: el devenir.

 

La proposición contiene, con esto, el resultado-, ella es e n sí el resultado mismo,- sólo que dentro de ella misma no está expresado éste en su verdad; es una reflexión externa la que lo reconoce dentro de ella.- En forma de juicio, la proposición no es en general inmediatamente atinada para expresar verdades especulativas [. ni es ese su destino]. El juicio es una respectividad idéntica entre sujeto y predicado; aun cuando el sujeto tenga todavía más determinidades que la del predicadoy en esa medida sea distinto a éste, aquéllas se añaden sólo de manera aditiva, sin suprimirla referencia idéntica de este predicado con su sujeto, el cual sigue siendo fundamento ^portador suyo. Pero si el contenido es especulativo, lo no idéntico del sujeto y predicado es entonces igualmente momento esencial-, y su referencia, la transición o desaparición del primero en el otro. La luz paradójica y extravagante bajo la cual buena parte de la filosofía moderna aparece ante quienes no están familiarizados con el pensar especula¬ tivo se debe en muchos respectos a la forma del juicio simple, cuando se la uti¬ liza para la expresión de resultados especulativos.

 

El resultado verdadero entregado aquí es el devenir, el cual no es meramente la unidad unilateral o abstracta del ser y la nada, sino que consiste en este movimiento, a saber que el ser puro es inmediato y simple, que por ello y precisamente en la misma medida es él la nada pura; que hay diferencia entre ellos, pero que ésta se asume precisamente en la misma medida, y no es. El resultado afirma por tanto la diferencia entre el ser y la nada precisamente en la misma medida, empero, en que la afirma como solamente mentada [, con el solo valor de opinión]Se mienta-y-opina que el ser es más bien lo senci llámente otro que la nada, y nada más claro que la diferencia absoluta entre ellos, ni nada parece más fácil que poder indicar esa diferencia. Pero justa¬ mente igual de fácil es convencerse de que eso es imposible. Pues si sery nada tuvieran una cierta determinidad I por la que se diferenciaran serían entonces, como se acaba de recordar, ser determinado y nada determinada, no el ser puro y la nada pura, que es lo que son aún aquí. Su diferencia es por consiguiente plenamente vacía; cada uno de ellos es de igual manera lo indeterminado; la diferencia no subsiste'”, por consiguiente, en ellos mismos, sino sólo dentro de un tercero, en el opinar. Pero el opinares una forma de lo subjetivo, que no  pertenece a este orden de exposición. Lo tercero dentro de lo cual tienen empero ser y nada su subsistencia tiene que venir a darse también aquí; y ha venido a darse: es el devenir. Es dentro de él donde ellos están como diferen¬ tes; no hay devenir sino en la medida en que ellos sean diversos. Este tercero es un otro distinto de ellos.- ellos subsisten solamente dentro de otro, lo que quiere igualmente decir que no tienen subsistencia de por sí. Este devenir es el subsistir del ser en igual medida que del no ser; o bien, el subsistir de éstos es solamente su ser dentro de uno solo; su subsistir es justamente aquello que suprime su diferencia, precisamente en la misma medida.

 

Es verdad que se representa también al ser, de algún modo, bajo la imagen de la luz pura, como la claridad de un ver no enturbiado, mientras que la nada se representa como la noche pura, remitiendo la diferencia entre ellos a esa diversidad sensible, bien notoria. Pero de hecho, si este ver es representado más exactamente, se concibe entonces fácilmente que en la claridad absoluta se ve tanto y tan poco como en las tinieblas absolutas, y que una forma de ver es tan buena como la otra; ver puro, ver nada. Luz pura y tinieblas puras son dos vacuidades, que son lo mismo. Sola y primeramente en la luz determinada -y la luz viene a ser determinada por las tinieblas-, o sea en la luz enturbiada, así como sola y primeramente en las tinieblas determinadas -y las tinieblas vienen a ser determinadas por la luz-, o sea en las tinieblas aclaradas, puede diferen¬ ciarse algo, porque sola y primeramente la luz enturbiada y las tinieblas aclara¬ das tienen la diferencia en ellas mismas y, con ello, son ser determinado, estar. Parménides se atuvo firmemente al s e r, y dijo de la nada que ella de nin¬ gún modo es; sólo el ser es. Aquello por medio de lo cual fue progresivamente con¬ ducido este ser puro hasta el devenirfue la reflexión de que él es igual a nada. El ser mismo es lo indeterminado-, no tiene por tanto referencia alguna a otro; parece, por consiguiente, que a partir de este inicio no fuera posible avance ulterior, a saber partiendo del inicio mismo, sin que le fuera referido algo ajeno desde fuera. La reflexión de que el ser es igual a nada aparece por tanto como un segundo inicio absoluto. Por otro lado, si el ser tuviera una determinidad no sería el inicio absoluto, pues entonces dependería de otro y no sería en verdad inicio. Pero si él es I indeterminado y por ende inicio verdadero, tampoco tiene entonces nada por medio de lo cual trasladarse a otro, de modo que él es al mismo tiempo el f i n a 1,

 

Esa reflexión de que el ser no sea igual a s£ mismo sino tnós bien sencillamente desigual a sí, considerada desde el último aspecto, es en esa medida desde luego un segundo, nuevo inicio, pero que al mismo tiempo esotro inicio, por medio del cual viene a seras umido el primero. Ésta es, como ja se ha recordado anterior¬ mente, la verdadera significación del progresar en general. El progreso a partir de aquello que es inicio es, en lafilosofia, al mismo tiempo elregreso a su fuente, a su inicio de verdad. Con esto, en el sobrepasamiento del inicio comienza al mismo tiempo un nuevo inicio, y el primero se muestra con ello como inicio que no lo es de verdad. Se concede pues este extremo, a saber que la reflexión que pone al ser como igual a la nada es un inicio nuevo; y es patente que tal extremo es incluso necesario. Pero, a la inversa, tampoco es este nuevo inicio, como no lo era el primero, un inicio absoluto, pues se refiere alprimero, Pero, por esta razón, tiene que estar latente den¬ tro del primero mismo el que otro se respecte a él; luego tiene que ser algo determinado.-Pero él es lo inmediato, lo aún sencillamente indeterminado. Pero es justamente esta indeterminidadlo que constituye su determinidad, pues la indeterminidad está contrapuesta a la determinidad, con lo que es, en cuanto lo contrapuesto, mismamente lo determinado o negativo, y además la pura negatividad. Es esta indeterminidad o negatividad que tiene el ser en él mismo lo que la reflexión profiere al ponerlo como igual a la nada.- O bien, cabe expresarse así: como el seres lo carente de determinación, por eso no es él la determinación que él es, o sea, por eso no es ser, sino nada.

 

En sí pues, es decir, en la reflexión esencial, la transición no es inmediata, sino que está todavía oculta. Sólo su inmediatez está aquí presente-, es porque el ser está solamente puesto como inmediato por lo que irrumpe la nada inmediata¬ mente en él.— Una mediación más determinada es aquélla por la cual tiene la cien¬ cia misma-y su inicio, el ser puro—su estar. El saber ha alcanzado el elemento del pensar puro por haber asumido en sí toda la multiforme variedad de la conciencia, de múltiples maneras determinada. La entera esfera del saber contiene pues, como momento esencial suyo, la abstracción y negatividad absolutas; el ser, inicio de esa esfera, es esta pura abstracción misma, o sea no es esencialmente más que nada absoluta.

 

Esta advertencia recordatoria se halla empero detrás de la ciencia, la cual vendrá a exponer dentro de ella misma, o saber, partiendo de la esencia, aquella inmediatez unilateral del ser como una inmediatez mediada.

 

Pero, en la medida en que se desdeñe atender a esa irrupción de la nadaya la consideración del ser según lo que él en sí es, nada estará entonces presente sino el ser puro. Se atiene uno firmemente a él tal como es: inicio y al mismo tiempo final y tal como, dentro de su I inmediata inmediatez, se hurta a la reflexión que lo con¬ duce más allá de él mismo, puesto que él es. en efecto, lo indeterminado, lo mcío. En estapura inmediatez, nadaparecepoderhacerbrecha.

 

Como esta afirmación del ser carente de reflexión se atiene firmemente a lo meramente inmediato, aquello como lo cual es puesto el ser, o sea tal como él está presente, habrá entonces que atenerse también a elloy verde qué modo estépuespre¬ sente este ser. Ahora bien, dado que el ser es la nada, es necesario entonces exponer tal cosa en su inmediatez.

 

Aprehendamos la afimación del ser puro,

 

a) en la forma en que más a menudo lo ha puesto de relieve la opinión, o sea como la proposición: el ser es el absoluto-, se enuncia así algo del ser que es diferente de él. Lo diferente de él es un otro que él-, pero lo otro contiene la nada de aquello de lo que es otro. De este modo, lo presente en esta proposición no es el ser puro, sino el ser que está precisamente en la misma medida en referencia a su nada. El absoluto viene a ser diferenciado de él-, pero en cuanto que se dice que él es el abso¬ luto, se viene a decir también que ellos no son diferentes. Lo que estápresente no es pues el ser puro sino el movimiento, que es el devenir.

 

p) Ahora bien, si el serpuro significa precisam ente tanto como el absoluto o, incluso, significa solamente un aspecto o parte del mismo, y se atiene uno firme¬ mente a éste, se omite entonces la diferencia entre ellos, que poco ha enturbiaba la pureza del ser. y la diversidad desaparece, como si lo fuera meramente de palabra, o como vinculación con una parte inútil.

 

La proposición quiere decir, ahora: el ser es el ser.-A partir de esta iden¬ tidad, de la que se hablará más adelante, está inmediatamente igual de claro que ella, como toda tautología, nada dice. Lo que está pues presente es un decir que es un decir-nada; con ello se presenta aquí el mismo movimiento, el devenir, sólo que m lugar del ser es un decir el que va a través de aquél [, del movimiento],

 

y) Si se omite el predicado tautológico, queda entonces la proposición: el seres. Denuevo, elser mismoyelser del mismo son aquí diferentes-, medianteeles debe decirse algo más y, por ende, otra cosa distinta que el ser. Pero si por medio del e s no viene puesto un ser otro y, por ende, no viene puesta una nada delserpuro, entonces hay que omitir este e s como inútil, igualmente, y decir solamente: ser puro.

 

S) Ser puro o, más bien, sólo s e r,- carente de proposición, sin afirmación o predicado. O sea, la afirmación ha legresado a opinión. Ser noes aún más que una voz que tiene su significado únicamente dentro del sujeto. Cuanto más profunda y rica sea esta intuición interna, que debe captar dentro de sí lo sagrado, eterno. Dios, etc., tanto más sangrante será el contraste de esta cosa interna entre aquello como lo cual está ahí y el vacío ser proferido, que frente a aquel contenido es nada-, es en su significación y en su estar donde tiene él la diferencia respecto de si mismo.

Considerado deí otro/ado, este ser que no tiene referencia a un significado, [53] un ser tal como él inmediatamente esjcomr) inmediatamente debe ser tomado, pertenece a un sujeto; él es una cosa proferida, tiene un estar empirico en general, y pertenece por ende oí suelo de la limitación y de lo negativo.- Cuando el sano entendimiento humano se encrespa contra la unidad de ser y nada y apela al mismo tiempo a lo inmediatamente presente, no viene a encontrar jus¬ tamente en esta experiencia misma nada más que el ser determinado, ser con una limitación o negación, que es la unidad que él rechaza. La afirmación del ser inmediato se reduce así a una existencia empírica a cuya mostración no puede rehusarse, porque a lo que ella quiere atenerse es a la inmediatez carente de reflexión.

 

Lo mismo ocurre con la n a d a, sólo que de manera contrapuesta; tomada en su inmediatez, ella se muestra como siendo; pues, según, su naturaleza es lo mismo que el ser. La nada viene a ser pensada, representada; se habla de ella; e s, pues. La nada tiene su ser en el pensar, representar, etc. Pero este ser es diferente de ella; se dice, por consiguiente, que la nada está, en verdad, en el pensar y representar, pero que por esa razón no e s. que este ser es solamente pensar o representar, Pero en este diferenciar no cabe negar, precisamente en la misma medida, que la nada está en referencia a un ser; pero en la referencia, aunque ésta contenga también la diferencia, está presente una unidad de la nada misma con el ser.

 

La nadapura no es aún lo negativo, la determinación de reflexión frente a lo positivo, ni tampoco ía limitación; en estas determinaciones tiene ella inmediata¬ mente la significación de referencia a su otro. Sino que la nada es aquí la ausencia pura del ser, el nihil privativum, igual que las tinieblas son la ausencia de la luz.

 

Si entonces resultó que la nada es lo mismo que el ser, lo ahorafirmemente mante¬ nido es, por el contrario, que la nada, por sí misma, no tiene ser alguno, que es sola mente, como se ha dicho, ausencia del ser, igual que las tinieblas son sólo ausen¬ cia de luz, teniendo significado solamente en referencia a los ojos, en comparación con lo positivo, la luz.- Todo esto no quiere empero decir sino que la abstracción de la nada es en f para sí. sino sólo en referencia al ser, o bien, cosa que es lo mismo que lo ya resultado, que la verdad es solamente la unidad de la nada con el sen que las tinieblas son algo solamente en referencia a la luz. igual que, a la inversa, ser es algo solamente en referencia a nada. Aun cuando la referencia venga tomada superficial y exteriormenle y, en eÜa. se quede estancada sobre todo en la diferendalidad, la unidad de los términos referidos está sin embargo esencialmente contenida allí como un momento, siendo un hecho que cada uno es algo sola¬ mente I en la referencia a su otro, con lo ^ue viene a ser proferida precisamente la ¡54) transición del ser y de la nada alestar. El ser es nada, la nada es ser. Ya se ha hecho notar que la expre¬ sión de la verdad especulativa por medio de la forma de proposiciones simples es imperfecta. Aquí tendrían que añadirse todavíalas proposiciones; El ser no es nada, la nada no es ser, paraque se exprés ara tambiénla diferencia, que en aquellas proposiciones no estásinoprese nte.-Estas proposiciones dan de forma compieta aquello que debe venir dicho, pero no el modo en que ello deba venir comprehendido ni el modo en que está comprehendido en el devenir.

 

A esas primeras proposiciones cabe aportar ahora otras relaciones del pensar. Estas pueden venir a ser enunciadas así;

 

Que lo que es i lo ente,] se convierta en nada se debe a que el ser es la nada.

 

Que lo que no es [, lo no ente,] se convierta en algo se debe a que lanada

 

es ser.

 

0 bien, deforma inmediata;

 

Lo que es se anonada porque es.

 

Lo que no es se convierte en ente porque no es.

 

El fundamento [o razón] de que cierto algo se convierta en ente porque no es, y de que el ente desaparezca porque es, apareceya como insuficiente por el hecho de que esa razón es abstracta y vacía, mientras que lo que se entiende por algo es uno cosa concreta, empírica. Por verdaderas que sean aquellas proposiciones, elfundamento [o razón] no puede ser, habida cuenta de que aquí se trata de un tal estar, un mero ser o no ser vacíos o una respecíioidod vacía de los mismos entre sí, sino que ha de tener la determinidad completa del contenido, a fin de concebirlo a partir de ella. La rela¬ ción de fundamento en general es una determinación ulterior, más perfecta, de la respectividad de ser y nada entre sí; esa relación no puede ser aplicada a esta respec¬ tividad tal como se da aquí, porque ésta es más bien una unidad depuras abstraccio¬ nes carentes de determinación, así que esencialmente no es oún mediación alguno.

 

Sí se liubiera aducido aquí la relación decondición,la respectividad de ser y no ser daría las proposiciones.-

 

^Igo puede pasara la nadas olame nte a condición de que él sea.-

 

y pasar al ser, solamente a condición de que él no sea.

 

Estas proposiciones son vacías tautologías-, pues dado que dentro de ellas se acepta un transitar a lo contrapuesto, es entonces ciertamente necesario que para que lo contrapuesto -el ser-sea, su contrapuesto —la nada—sea. Por otra parte, en la medida en que la conexión de esta transición viene puesta en la relación de condi¬ ción, la unidadpropia de ésta viene aser asumida-, pues, aunque la condición sea  necesario I para lo condicionado, no es lo que pone a éste; tiene que añadirse primero 155I un tercer o que lleve a efecto la transición. Por la intromisión déla condición vienen a ser, pues, apartados sery nada uno de otroy exigido un tercero, que cae fuera de ellos, para su respectividad. Pero el devenir es una unidad tal de los mismos que se halla en la naturaleza de cada uno de ellos; el ser es en y para sí mismo la nada, y la nada es en y para sí misma el ser.  "De lo anterior sesigue el modoenqueia dialéctica habitual se las ha frente al devenir o frente al inicio/ el hundimiento, el surgir o perecer.—

 

La antinomia kantiana sobre la finitud o infinitud del mundo en espacio y tiempo será considerada con más detalle posteriormente, al tratar del concepto de infinitud.-Aquella simple dialéctica habitual está basada en el firme man¬ tenimiento de la oposición entre ser y nada. De la manera siguiente viene a ser probado que es imposible inicio alguno del mundo o de algo;

 

Nada puede tener inicio, ni en la medida en que algo sea, ni en la medida en que no sea; pues en la medida en que es, el inicio no es lo primero; pero en la medida en que no es, tampoco se inicia,- En caso de que el mundo o algo debieran haberse iniciado tendrían que haberse iniciado en la nada, pero en la nada no hay inicio; o bien, la nada no es inicio; pues inicio es algo que implica dentro de sí a un ser, pero la nada no contiene ser alguno.- Por la misma razón, tampoco puede algo cesar. Pues entonces tendría que contener el ser a la nada, pero ser es solamente eso; ser, no lo contrario de sí mismo.

 

Pero devenir, o sea iniciary cesar sonprecisamente esta un i dad de ser y nada, frente a la cual no aporta esta dialéctica nada más que un asertórico des mentido de aquélla, a fin de atribuir verdad asery a nada, cada uno separado del otro.- Para el habitual representar reflexionante tiene valor de perfecta verdad el que ser y nada no se adunen; pero de otro lado hace valer iniciary cesar como determinaciones de tipo igualmente verdadero; pero en éstas se acepta de hecho como verdadero [el que haya] una unidad de sery nada.

 

Cuando viene presupuesta la absoluta escisión del ser respecto de la nada, el inicio o el devenir es entonces algo desde luego inconcebible -como se oye tan a menudo-; pues se hace una presuposición que suprime el inicio o el devenir, el cual, sin embargo, es igualmente afirmado de nuevo.

 

Lo aducido aquí es ia misma dialéctica utilizada por el entendimiento res¬ pecto al concepto que el análisis superior time de las magnitudes infinitamente-pequeñas. I Por lo demás, la expresión i nf ini lamentepequeño es un tanto desatinada; más adelante se tratará con mayor detalle de este concepto.- Esas magnitudes han sido determinadas como magnitudes lalesqueson [.existen] en su desaparecer: noantes desudesapare¬ cer, pues entonces son magnitudes finitas, ni d e s p u é s de su desaparecer, pues entonces nada son. Contra ese concepto puro, notorianieníe se ha objetado y siempre repetido que: o bien tales magnitudes son algo, o biennada;que no hay estado intermedio alguno (estado es aquí una expresión inadecuada, bárbara) entre ser y no ser.- En este caso, se acepta igualmente la separación absoluta entre ser y nada. Por el contrario, se ha mostrado ya que ser y nada son de hecho lo mismo o, por hablar aquel lenguaje, que nada hay, de ningún modo, gue no sea un deiienir, que no sea un e st a d o intermedio entre ser y nada.

 

Dado que el argumento raciocinante aducido hace la falsa presuposición del absoluto estado de separación de ser y no ser, no hay que llamarlo tampoco dialéctica, sino sofistería; pues sofistería es un argumento raciocinante que parte de una presuposición carente de fundamento, la cual se hace valer sin crítica ni meditación; mientras que nosotros llamamos dialéctica al supe¬ rior movimiento racional en el que tales momentos, que parecen sencilla¬ mente separados, pasan allí por sí mismos e! uno al otro. Es la naturaleza dia¬ léctica del sery la nada mismos la que hace que ellos muestren su unidad, el devenir, como verdad de ellos.

 

2. Los momentos del devenir

 

El devenir es ¡a unidad de sery nada: no la unidad que abstrae de sery nada, sino quercomo unidad de sery nada, él es esta unidad d e t e r m i n a d a, o la unidad en la cual tanto ser como nada e s. Pero en cuanto que ser ymada es cada uno en la unidad con su otro, no es. Por tanto, ellos s on en esta unidad, pero como evanescentes, solamente como asumidos.

 

Ellos son en cuanto no en tes; o sea. son momea lo s .-Ala representación se ofrecen por io pronto como términos tales que cada uno. separado de por sí. es de suj'O subsistente respecto del otro;pellos son serpnada solamente en esta separación. Pero dado que ambos son lo mismo, decaen de Za subsistencia de suyo para convertirse en m o m e n t o s, en cuanto que uienen a serporlo pronto consi¬ derados aún en general como diferentes pero, ai mismo tiempo, como asumidos.

En. cuanto que ser y nada se dan en un solo [ elemento ]. están diferenciados entonces en él-, pero lo están de modo tal que cada uno es al mismo tiempo, den íro rie sit difercncialidad, unid ad con el ot ro . El devenir contiene por tanto dos unidades tales; cada una es unidad del sery de la nada: pero una es el ser como referencia a la nada; la otra,! la nada como referencia al ser-, dentro de estas unidades, ambas determinaciones son de valor desigual.

 

El devenir está de esta manera en determinación doble; como iniciándose a partir de la nada que se refiere al ser, es decir, que pasa al mismo, o a partir del ser que pasa a la nada; surgir y perecer.

 

Pero estas direcciones tan diferentes se compenetran y paralizan recípro camenle. La una es p e r e c e r; ser pasa a nada, pero nada es precisamente en la misma medida lo opuesto de sí misma j, más bien, el tránsito al ser, o sea sur¬ gir. Este surgir es la otra dirección; nada pasa a ser, pero serse asume precisa¬ mente en la misma medida a si mismo y es, más bien, el tránsito a nada, o sea perecer.

 

Surgir y perecer no son, por consiguiente, un devenir de tipo diverso, sino inme¬ diatamente una soíaymtsma cosa: ellos no se asumen tampoco recíprocamente, el uno no asume exteriormente al otro: sino que cada uno se asume en si mismo y es en él mismo lo contrario de si.

 

3 .Asunción del devenir

 

El equilibrio en el que se ponen surgir y perecer es por lo pronto el devenir mismo. Pero éste coincide así consigo, igualmente, dentro de una inerte unidad. Sery nada son dentro del devenir sólo como evanescentes; pero el devenir como tal no es sino por la difercncialidad de los mismos. Su desapare¬ cer es por consiguiente el desaparecer del devenir, o desaparecer del desapa¬ recer mismo. El devenir es por tan to una inquietud carente de sostén que se hunde conjuntamente dentro de un resultado inerte.

 

Esto podría venir expresado también así; el devenir es el desaparecer de ser en naday de nada en ser. así como el desaparecer de ser y nada en general; pero descansa al mismo tiempo en la diferencia de los mismos. Se contradice pues dentro de sí mismo porque, en cuanto tal, unifica en sí lo que se contra¬ pone-. pero una tal unificación se destruye a sí misma.

 

Este resultado es el ser [y haber] desaparecido, pero''' no como n a d a; en ese caso sería él solamente una recaída en una de las determinacionesya asumidas. Sino gue éi es la unidad del servia nada, que se ha convertido en quieta simplicidad.

 

En el devenir mismo hay tanto ser como nada, dándose igualmente cada uno más bien sólo como la nada de si mismo. Devenir es la unidad como desaparecer, oséala unidad dentro de la determinación, de la na da. Pero esta nada es transición esencial al sen y el devenir, por tanto, transición a la unidad de sery nada unidad que, en cuanto [que está] s i e n d o, es, o sea que tiene la figura de la i n ra e d i a t a unidad de estos momentos: el estar.

 

Ahora esta es una cuestión progresiva que ira deviniendo hacia la esencia y el concepto, para luego pasar a la naturaleza y luego al espíritu, ese espíritu absoluto del espíritu subjetivo que se alcanza con la revolución francesa, pero luego vendrá Marx con un espíritu objetivo y luego todo se invierte y vamos al anti espíritu   y de pronto la revolución se invierte en una involución y es que se pierde el evangelio, hasta Marx había doctrina, dogma buena nueva , claro doctrina que no hay en Cristo pero si en el cristianismo y en los ilustrados y en los marxistas pero ya no en los posmodernos donde lo que hay es diferencia y más diferencia, ahora si yo hago la diferencia de la diferencia me convierto otra vez al ser pero en uno estar en esa inamovilidad de Parménides del motor inmóvil de Aristóteles.

El nihilismo progresivo se convierte en una regresión y tenemos el dharma budista, algo de eso hay en el trabajo de Miguelón y entonces si la primera alteración es una se despoja como aquel que sube al pico del altar para contemplar al ser para alcanzar la unidad la contra alteración va hacia fuera ene se hoprizonte de alcanzar la buena nueva produce la revolucipon y luego esta revolución se pierde en la entropía de la diferencia se hacen revoluciones pequeñas , mínimas, revoluciones por conveniencia, que terminan siendo corrupción y entonces se va hacia dentro se podure el dharma regresivo luego el misterio pascual regresivo que se da en todo el antiguo testamento, hasta llegar al culmine con el cordero, todo lo regresivo es la primera alteración la alteración del redimir pero de ese redimir vendrá el devenir hacia ese reino nuevo el cual en ese devenir dejara de ser evangelio para hacer revolución y luego de revolución involucion en la diferencia.

 

Aquí estamos nosotros, mi alteración empieza con el número cero en la nada misma, luego con el taller de critica comedia en 7 números hago explorar la nada  y es que la nada globaliza fagocitando todo, luego viene el evangelio de la Matria equivoca y entramos al paraíso, donde solo entro María para lograr la tercera alteración donde se para el redimir y el devenir logrando la sintraferencia, luego vendrá el arca de la libertad donde formo y deformo a mis hijos y a la alteración redentora  de Mirdad respondo con la contralateración deconstructora de Shamadam para lograr esa tercera alteración del amor sintransferencial.

Le daré los saludos a Teresa y a los bebes, espero pronto poder contemplarte y traspasarte y poder soportar tu traspaso lo cual me parece difícil, caigo sin cesar al círculo de maldad , si puedes orar por mí lo agradecería mucho yo estare siempre orando por ti Brenda amiga.                  

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