La liberación de la represión fundante como el primer milagro de Cristo
El objetivo primario de este ensayo es... intentar un sondeo
comprensivo de los tiempos en que vivimos. Podría creerse que una época que —en
el reducido período de cincuenta años— ha desarraigado, esclavizado o asesinado
a setenta millones de seres humanos, debe ser condenada sin más. Pero quedaría
algo por hacer: comprender su culpabilidad. Si retrocedemos a épocas más
ingenuas, veremos al tirano arrasando ciudades en una búsqueda incesante de
gloria personal, al esclavo que —encadenado al carro del vencedor— era
arrastrado a lo largo de calles bulliciosas y al enemigo arrojado a las fieras
en presencia de la asamblea ciudadana, sin que el espíritu se conmoviera ante
crímenes tan irresponsables ni se perturbara la serenidad de juicio. Pero la
contemplación de campos de esclavos erigidos bajo la bandera de la libertad, y
de masacres justificadas bajo una capa de filantropía o de devoción al
superhombre, es algo que en cierto modo traumatiza la capacidad de juicio.
Llegado el momento en que el crimen se viste de inocencia —gracias a una
curiosa trasposición propia de nuestra época— es la inocencia la llamada a
auto-justificarse.
Al b e r t Ca m u s L’homme révolté
Al tercer
día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús.
2Y fueron también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos.
3Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino.
4Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido
la hora. Si los libero de su represión fundante sus cuerpos se
desgarraran sus mentes se desquiciaran más su madre abrió su cuerpo y el logos
destapo la represión fundante convirtiendo su sangre en vino así María vio los
infinitos rostros del logos y su carne no paro de bailar.
¿Pero de
qué represión fundante está hablando el logos?
Freud la
haya como la represión que hace que la energía
Física no
entre con tal fuerza a convertirse en energía psíquica que termine por hacer
imposible cualquier figuración y aun la posibilidad de constituir nuestros
cuerpos, él la ubica en la cuestión del placer y el displacer, para regular
esto se hace necesario una represión que no reprima la psiquis sino la energía
misma de la pulsión.
Más la pulsión es el mito psicoanalítico, por
supuesto que hay algo que media lo energético a lo psíquico pero no sabemos
realmente que es Freud se inventa la pulsión y la represión primaria de esta
así "El fin de
una pulsión consiste
siempre en la
satisfacción, que sólo
puede lograrse suprimiendo el estado de
excitación en la fuente
pulsional” pero cuando hay una represión en la propia fuente pulsional ¿A
qué se debe? El mito cristiano nos dice
que a la muerte espiritual, la cual nos
da una naturaleza caída en la que la transferencia ontológica que viene de Dios
pero que al parecer la recibimos por la naturaleza, no se puede dar con toda su
fuerza, porque ni no nuestros cuerpos mortales se destruirían, alguna una idea
nos podemos hacer con los cuerpos de los niños relajados y jugando, o con los
chamanes en Éxtasis pudiendo hasta pasar por fuego, o con los propios
cristianos cuando están con sus avivamientos hablando en en leguas o con los
locos de pronto tienen mucha fuerza y no se enferman , es como una transformación
en sus cuerpos pasan a una alta intensidad y hay visiones como si los sentidos se abrieran, pero al parecer lo que sucede
es la que la primera represión se ha destapado por lo menos un poco y hay mucha más energía en todo el cuerpo y en
nuestra psiquis, imaginemos esa energía a tal punto que no sea posible ninguna
representación mental, como si estuviéramos en todo y todo estaría en nosotros,
esa es la experiencia del ser metafísico y entonces no hay diferencias de entidades
todo está biotejido en una misma energía,
en una misma unidad.
En ese punto ninguna configuración sistemática
es posible, hemos realmente muerto al mundo y a todas sus representaciones.
Pero imaginemos una escala de represiones,
la más básica y la más importante es la represión dela propia energía, ya
comprendemos que si esta no se reprimiera sería imposible formar una entidad
tanto física como psíquica, más lo espiritual exige destapar esa represión
porque si no nos podríamos religar con todo.
La segunda represión es la que nos impide
llegar a los arquetipos esas imágenes primordiales fuentes de toda nuestra
psiquis, quiero destapar mi deseo con toda su libido y no puedo, aquí viene el
problema de la dualidad:
La materia y lo espiritual y entonces se
produce una figuración encarnada que concretiza esta represión de la libido, la
bruja.
Claro antes de lo simbólico espiritual, el problema
estaba en la necesidad, la hambruna y había que matar a nuestros hijos e hijas
para que la tierra produjera esta ¿Era una forma de destapar la represión primaria
para que fluyera la fuerza? Pero una vez
lograda el flujo de la fuerza, flujo que no se logra con la transferencia ontológica
venciendo
la represión primaria sino tomando esclavos.
Está la cuestión de liberar ya los deseos que si están
figurados en él libido el tema del incesto genera la represión de la
libido y aquella que puede destapar a esa represión y derrumbar toda
la civilización es la bruja, la que en otro tiempo más bien lograba destapar al energía para vencer el
hambre y poder procrear, una vez instalado el simbolismo cristiano, la bruja será
la clave para establecer el sistema, que se configura desde nuestra teoría como
un bucle contra transferencial.
Iglesia→←Bruja =sistema edad media
¿Cómo superar esta contra transferencia?
Primero decir que si la primera represión se
hubiera liberado esta represión no existiría, es más la propia energía no se
empozaría en la libido, los hombre no idolatrarían a la naturaleza, a sus ídolos
hechos por sus manos que son una proyección de su narcisismo sino que adorarían
a eso que no se puede representar la integración del ser y el no ser y nada los
ataría siendo uno con la naturaleza y con todo al punto de tener un conocer inmediato y no
mediato, es decir no habría razón, ni sentidos que medien y aun si los hubiera
y Cristo hubiera convertido el agua en vino toda represión hubiera sido
superada, no quedando más camino que la muerte al desgarrar nuestro cuerpo en
un éxtasis y la resurrección. Pero ese no es el cazo la iglesia no convierte el
agua en vino, sino quemas bien administra el agua y roba el poco vino que hay el poco gozo que
existe en los hombres, cuanto trabajo le costó a Grotowosky desnudar a Richard Ciezlak y lograr un poco de vino desde el entrenamiento
pre expresivo el solo imaginarlo a Artaud le tomo muchísimo esfuerzo en su
teatro de la crueldad más si es posible un teatro de la crueldad o un acto
santo en el teatro pobre es si logran aunque sea en algo destapar esta primera represión, ese modelo del cuerpo del actor
como un tigre que se libera es la clave aun en el teatro de Stanislavski y su
deformación en el Actor studio los ejercicios de relajación eran primordiales
para poder destapar esa primera represión.
Pero imaginemos que se puede destapar físicamente,
no lo creo sin el perdón de los pecados eso no se destapa, pero imaginemos
ahora tenemos la otra represión la de la libido que la iglesia tomo de los
maniqueistas, estos de los platónicos y al parecer los platónicos de alguna
corriente oriental, y se da la figura de la bruja como servidora de satanás y el
principal enemigo de toda la civilización media porque puede destapar esta
represión, ¿Qué hacemos pues matamos brujas?
Porque ellas quieren atarnos con la libido a la naturaleza y desligarnos
de Dios, o ¿Destapar la represión en la que se fundamenta nuestro sistema? El
caso es que pasamos a ver brujas por todos lados y a matarlas, solo en
Nietzsche es que occidente se invierte ye l matillo de las brujas se convierte
en el martillo con el cual se acaba con platón y toda idea de sublimación.
La
sublimación es la
salida que permite satisfacer
las exigencias del
yo sin ocasionar represión pero está fundamentada en una represión de la libido donde
lo carnal es vulgar, con Nietzsche lo carnal se vuelve cultural.
1. Afirmarás la Vida con toda su Complejidad: Acepta y
celebra la vida en todas sus facetas, inclusive el sufrimiento y la lucha. La
vida es una obra de arte que merece ser vivida intensamente.
2. Buscarás tu Propio Camino: Rechaza los dogmas y las normas impuestas. Encuentra y sigue tu propio
camino, siendo fiel a ti mismo y a tu voluntad.
3. Superarás
al Hombre: Aspira a convertirte en el Übermensch (superhombre),
trascendiendo tus limitaciones y buscando constantemente el auto-mejoramiento.
4. Cuestionarás la Moral Tradicional: Desafía las morales establecidas y crea tus propios valores. La moral
debe ser una expresión de tu poder y creatividad, no una limitación.
5. Celebrarás la Voluntad de Poder: Reconoce y acepta que la voluntad de poder es la fuerza fundamental de
la vida. Usa tu poder para crear y afirmar tu existencia.
6. Vivenciarás el Eterno Retorno: Vive como si tu vida fuera a repetirse eternamente. Esta perspectiva
debe guiar tus acciones y decisiones, asegurando que cada momento sea
significativo.
7. Adoptarás el Perspectivismo: Entiende que la verdad es subjetiva y depende de tu perspectiva. No
existe una verdad absoluta; cada individuo tiene su propia interpretación del
mundo.
8. Despreciarás el Nihilismo Pasivo: Rechaza la desesperación y el vacío del nihilismo. En vez de eso,
adopta un nihilismo activo que te impulse a crear nuevos valores y
significados.
9. Practicarás el Amor Fati: Ama tu destino. Acepta todo lo que te sucede, bueno o malo, como parte
esencial de tu vida y crecimiento.
10 Desafiarás las Instituciones y
Autoridades: Mantén una actitud crítica hacia las
instituciones y autoridades que intenten controlar tu pensamiento y
comportamiento. La libertad individual es primordial.
Claro
el problema es que ahora queda reprimida la sublimación y el ideal, con la
muerte de Dios, que nos dará la muerte
del hombre, más la represión de la libido queda en parte superada y accedemos a
su fuerza vital ,no accedemos como buda al nirvana ni como Cristo al vino, por
más que Nietzsche haya querido acceder a Dionisos en en Cristo que se da este
acceso y el vino se vierte en el amor a toda la comunidad , no se puede lograr la
transferencia en la individualidad. Muchos menos la transferencia de la libido,
de hecho tendríamos que decir que el que logra la voluntad de poder, es decir tomar
la transferencia de la naturaleza con toda su libido es Zaratustra no Nietzsche,
es decir en el imaginario no en la realidad, pero ese imaginario ha liberado a
muchos en la realidad. Claro que la liberación se da en el psicoanálisis no en
el de Freud que se rige por un principio de realidad pero si en otras
experiencias psicoanalíticas ahí está Wilhem Reich que fue marginado pero que
dejo un camino que desatara a la larga una liberación sexual en todo occidente.
Ahora hay que decir que si esta represión
sexual se hubiera liberado del todo el sistema capitalista hubiera desaparecido
pero lejos de esto, el capitalismo capitalizo esta liberación y con ella fundo
la sociedad de consumo después de las guerras mundiales, instalando represiones
más sutiles que le permitieran regular esta energía.
Más se produjo una liberación al punto que se
dio la posmodernidad donde la libido fue la que estableció los discursos deconstruyendolos.
La siguiente represión es la de la razón a
la locura nadie mejor que Foucault para esto para dar cuenta de cómo el poder
construye nuestras subjetividades.
Razón→←Locura= contratransferencia base de la sociedad
moderna.
https://www.academia.edu/74912617/DIAZ_E_Michel_Foucault_los_modos_de_subjetivacion_AMAGESTO_1993
1.Un
pensador
preocupado por
10s
modos
de
subjetivaci6n
Michel
Foucault se inscribe en una corriente de pensa-
miento
que ha socavado la idea de sujeto propia de la mo-
dernidad.
En esta nueva disposici6n filos6fica cae el yo car-
tesiano,
desaparece el sujeto de Kant. El a priori se disuelve
en
la historia. La condici6n de posibilidad de las subjetivi-
dades
no es una estructura formal. Es un trascendental
hist6rico.
Foucault
hace ontologia. Se ocupa de objetividades y de
subjetivaciones.
Su ontologia es hist6Jica. Atiende a ciertos
modos
de subjetivaci6n propios de practicas sociales concre-
tas
y situadas. Quien pasa por ser uno de los destructores
del
sujeto moderno, parad6jicamente, se ha preocupado s6lo
por
el sujeto, por la constituci6n hist6rica de los sujetos.
Para
ello ha partido de ciertos modos de objetivaci6n que
producen
subjetivaciones.
Ha
realizado una ontologia hist6-
rica
de nosotros mismos en relaci6n con la verdad, con el
poder
y con la etica. Podemos sefialar, en efecto, tres etapas
en
esa realizaci6n: una arqueo16gica, otra genea16gica y
finalmente
una etica.
En
una primera etapa de su obra se interes6 por la pro-
ducci6n
hist6rica de la verdad, a traves de la que nos
convertimos
en sujetos de conocimiento.
Para
tal finalidad
estudi6 la constituci6n de los discursos que acceden al nivel
cientifico.
Analizo asi la objetivacion del sujeto parlante en
la
gramatica general, la filologia y la lingilistica. Por otra
parte,
tematizo la objetivacion del sujeto productivo en
el
analisis
de las riquezas y en la economia. Ademas estudio
la
objetivacion del sujeto
viviente en
la historia natural y la
biologia.
En
otra vertiente de esta ontologia historica, Foucault
estudio
las relaciones de poder
a
traves de las cuales nos
constituimos
en sujetos que interactuan con otros sujetos.
Los
sujetos modernos surgen de practicas individualizantes.
.
~"'? Practi~a.s
por medio de las que el sujeto se divi~a a si mi~mo
.2>'
. y es~ por
otros. Este proceso hace de el una obJeti-
~ -vacion. Se establecen divisiones entre el loco y
el cuerdo,
entre
el enfermo y el sano, entre el infractor y el observante,
entre
el normal y el anormal.
Tambien
se intereso, ciertamente, en una ontologia
historica
de nosotros mismos en relacion con la etica, a
traves
de la que nos convertimos en sujetos morales. En este
tipo
de practicas el hombre se reconoce como sujeto etico a
partir
de cierta relacion consigo mismo. Esta relacion exige
practicas
para la autoconstitucion subjetiva. Foucault las
denomina
tecnologias
de
vida
y tecnologias del yo. Las
primeras
fueron instrumentadas por griegos cIasicos, las
segundas
por estoicos tardios. Tambien los primeros cristia-
nos
produjeron tecnicas del yo. Foucault, indagando las
problematjzaciones
del deseo a traves de la historia, descu-
bre
que las relaciones consigo mismo, a partir del poder y
del
saber, producen subjetividad. Al relacionarse consigo
-
mismo, los paganos se preocupan por el uso de los placeres;
los
cristianos, por la ~, y los modernos, por la sexuali-
dad.
Foucault
produce una anaUtica.
Se
pregunta por las
condiciones
de posibilidad de los sujetos, de los discursos y
de
los objetos, se pregunta tambien por la conformacion de
los
individuos, de las verdades y de las objetividades. Atien-
de ademas alas relaciones de fuerzas y alas estrategias
rastrear
los remotos y oscuros comienzos. Hay que encontrar
la
turbia fuente historica de las verdades. Se parte de una
cuestion
presente. Se persiguen los rastros. Se trata de
dilucidar
en que condiciones un acontecimiento es posible.
EI
genealogista "escucha" la historia.
1
Suele
descubrir
que
detras de las cosas no se revela una esencia, sino las
relaciones
de poder que las posibilitaron. Al quitar las
mascaras
descubre que existe un pasado vivo en los textos,
en
los documentos, en los monumentos.
2
Un
pas ado indife-
rente
a la evolucion, al desarrollo del espiritu, al destino de
un
pueblo y al progreso de la razon. EI genealogista es
sensible,
en cambio, a una dispersion de precedencia: acci-
dentes,
desviaciones, azar, errores, luchas. Descubre que en
la
raiz de lo
que conocemos y
de lo
que somos no
subyacen
idealidades
inmutables sino la exterioridad del accidente y
de
10azaroso mezcIandose en las estrategias y en los enun-
ciados.
3
La
analitica recurre tambien a la
arqueologia.
En
su
primera
etapa Foucault dice .valer.se especifieamente de la
ar,q\leologia.
Mientras lagenealogia!busca:l~~,.r~laciones de-,
t>o~~r\que.hicieion'
posible una realidaddeterminada, la
.arque()logia
'se ocupa de 11:1,. episteme}
es
decir, del a
priori
4ist6rico
del saber, de las reglas de formacion de 10S<rrscur-
sos.
Reglas historicas, culturales, sociales. La arqueologia
escarba
en los arcanos del archivo. Asi como debajo de la
iglesia
cristiana subyace
el templo pagano, debajo de cada
"verdad" humana (no existe otra) se oculta su historia.
Los
textos de la etapa arqueo16gica son La historia de la
locura,El
nacimiento de la cUnica,Las palabras y las
cosas
y La arqueologta
del saber. La
etapa geneal6gica comprende
El
orden del discurso, Vigilar y castigar,
Micro{fsica del
poder
y
el primer tomo de la Historia de la sexualidad: La
voluntad
de saber. Por
ultimo, los tomos II y III
de
la
Historia
de la sexualidad: El
uso de los placeres y La
inquietud
de st, corresponden
a
la etapa etica en la que
emplea
108dos metodos: el arqueol6gico y el geneal6gico. En
realidad,
con mayor 0 menor grado de conciencia, Foucault
siempre
se vali6 de elementos similares para acceder a su
objeto
de estudio. No obstante, en distintas pocas de su
vida,
privilegi6 determinadas tematicas. AqUl se destacan
s610aquellos
textos que son paradigmaticos para compren-
der
la obra de Foucault.
No
coincido con quienes rescatan s610 una etapa del
pensamiento
de Foucault. Por ejemplo, desde posturas
marxistas
es comlin privilegiar la perspectiva del poder; 0
sus
estudios sobre el discurso, desde la lingilistica; 0 la
instancia
etica, desde posturas defensoras de la moderni-
dad.
4
En
esos casos se desconoce, 0 se pretende desconocer,
algunos
aspectos insoslayables de la obra foucaultiana. En
primer
lugar, si el
poder necesita verdades para circular y
transmitirse,
resulta
indispensable atender alas reglas de
formaci6n
de los discursos, puesto que "no hay fragmento de
verdad
que
no este sujeto a condici6n politica". No se
comprende
entonces c6mo se puede leer a Foucault ignoran-
do
sus textos sobre el saber. En segundo lugar, en este
pensamiento
resulta inconcebible
un ancilisis de la verdad
sin
apelar al poder. "jDe
que pude estar hablando todos estos
aiios
sino del poder!" exclama Foucault al finalizar su etapa
arqueol6gica.
Por ultimo, no
existen subjetividades morales
sino como "plegamientos" de los saberes y de
los poderes
epocales;
por
consiguiente no se puede .ob~!ar la. analitica
etica' para comprender
los modos de SUJeClOnoccI~entales.
El
sujeto sujetado al saber y al poder de su tIempo es
asimismo
el sujeto moral.
Resumiendo:
1)
No
hay poder sin saber
2)
No hay saber sin poder . .. . ,.
3)
No hay saber ni poder sm subJetIvIdades etIcas.
Foucault
concibi6 la actividad filos6fica como un ethos.
La
filosofia no es un quehacer intelectual sin compromiso
ni
consecuencias. Filosofia es pensar el presente. En el caso'
de
Foucault, pensar las condiciones de posibilidad ?e nues-
tro presente, no para
copiar modelos del p.asado, SlI~Opara
conocer
el entramado en el que estamos sUJetos. EI dIagn6s-
tico
te6rico puede estremecer la red de ese entram~do y sus
intersticios,
sobre todo en las regiones de nuestros mtereses
y
de nuestras posibilidades. Se trata de entender nue~tras
propias
bases impensadas. No para f?-ndamentar filosofica-
mente
la realidad sino para producn efectos sobre ella.
Sus
analisis sdn perspectivos-intensivos. ~in pret.ender
universalidad,
se pretenden mas bien e:chaustIv~s e~ mten-
sidad.
Sin abarcar la
totalidad, aspnan
a. dIlucIdar la
constituci6n
del sujeto. Casi al final de su vIda, Foucault
reflexiona
asi:
"He
realizado, en primer lugar, unaontologia hist6-
rica
de nosotros mismos en relaci6n con la yerdad a
traves
de la
cual
nos constituimos en .ftuj~to~
.de.\~
conocimiento;
en
segundo lugar una ontologIa hIstOrICa
de
nosotros mismos en relaci6n al campo de poder a
traves
del cual nos constituimos en sujetosque actuan
sobre
los otros' en
tercer lugar una ontologia hist6rica en
telaci6n
a:i"i.~tica a traves de la cual nos constituimos
en agentes morales."5
Foucault,
que consideraba la te.oria como caja de herra-
mientas,
creia que el pensamiento opera sobre la realidad.
Mejor
dicho, el,p_ensamiel1t0 produce las condiciones de
posibilidad
para operaYsoore' la realidad. Establece diagn6s-
ticos
sobre
el presente, sobre las complejidades de 10real,
sobre
10 concreto. Califica realidades parciales, locales,
situadas.
Analiza procesos, acontecimientos, sucesos. El
suelo
de este pensamiento
no es eterno ni seguro. Es
temporal e inestable
Más otra vez la razón ahora queda
reprimida, de esto no se habla pareciera que solo hay represión del inconsciente
más la conciencia y sobre todo la autoconciencia son reprimidas y en lo social
la represión se encarna como una supresión con muchísimas estrategias más superar
la supresión de la locura es fundamental poder leer el libido sus fijaciones
nos da un acceso a lo humano increíble, pues bien esta represión que constituye
a la sociedad moderna. No se ha logrado superar los locos siguen estando
excluidos de nuestras democracias como bien dice este libro:
https://proletarios.org/books/Szasz-La-Fabricacion-de-La-Locura.pdf
Seguimos fabricando locura.
En este capítulo, analizaré los pasos de las manifestaciones
de la gran conversión ideológica que parte de la teología para llegar a la
ciencia y la redefinición que hiciera Benjamín Rush de pecado como enfermedad y
sanción moral como tratamiento médico en términos más amplios y mostraré que, a
medida que la ética social dominante evolucionaba desde una ética religiosa a
otra laica, el problema de la herejía iba desapareciendo, mientras surgía,
adquiriendo gran importancia social, el problema de la locura. En el capítulo
siguiente, examinaré la creación de disidentes sociales y mostraré que, de la
misma manera que antiguamente los clérigos habían fabricado los herejes, los
médicos —como nuevos guardianes de la conducta y moralidad sociales— han
iniciado la función similar de producir locos. El paso de una concepción y
control de la conducta personal religiosos y morales a otros médico-sociales,
afecta a toda la disciplina psiquiátrica y a sus ciencias aliadas. Quizás en
ningún aspecto es más evidente esta transformación que en la concepción moderna
de la llamada desviación sexual y, especialmente, de la homosexualidad.
Compararemos por tanto el concepto de homosexualidad como herejía —en boga en
la época de la caza de brujas—, con el concepto de homosexualidad como
enfermedad mental —que es el que predomina hoy
Más la transferencia ontológica no denuncia estas represiones sino la
represión básica de la súper conciencia, donde todo se une, quedarnos en la
represión de la libido o de la locura es quedarnos en una dualidad porque al
estar en la libido se reprime la conciencia, al estar en la locura se reprime
la razón ¿Y al estar en la súper conciencia no se reprime todo? Si y no reducido todo a la coincidencia del
ser y el no ser todo los sistemas son posibles como transito no como fin en sí
mismos, tarde o tempranos e hace el salto al vació donde solo prima lo eterno.
La tercera contra transferencia o represión primordial es la de la
propia voluntad.
Poder →←Terroristas=
Contra transferencia base de la dictadura algoritmica global
No por nada desde las torres gemelas y con la pandemia encerraron a
nuestros hijos para siempre en el espacio virtual.
Invertir esto requiere ir a una voluntad de ser donde todo terror sea
vencido, ese es nuestro camino el que
poco a poco se va aclarando. Pero retomemos la lectura de Freud desde la hermenéutica
de Ricoeur para subsimir el psicoanálisis en nuestro camino:
Esta permutación económica
entre el yo
y los objetos
debe llevarse hasta el
extremo de que
el objeto no
sólo sería una
función del fin pulsional, sino
que el mismo
yo sería un
fin pulsional.31 Tal
es el significado
de la introducción del
narcisismo en el
psicoanálisis. Cierto que jamás
conozco cara a
cara ese narcisismo primario;
por eso Freud procede
por convergencia de
indicios en la
Introducción al narcisismo: ante
todo el narcisismo
designa una perversión,
en que el propio cuerpo es tratado
como objeto de amor; luego, el
narcisismo es un complemento
libidinoso de las
pulsiones de conservación
del yo. Añadamos: el desinterés por
la realidad del
esquizofrénico, como si hubiese
retirado su libido
objetal, sin tampoco
reinvestirla en objetos de
fantasía; la sobreestimación del
poder del pensamiento
en los pri-mitivos
y en los
niños. Queda aún
el repliegue sobre
sí mismo del sujeto
doliente y del
hipocondriaco; finalmente, el
egoísmo del dor-mir.
En todos estos
casos sólo vemos
retiros de investición;
pero silos miramos como
regreso al narcisismo
primario —como narcisismo secundario—, introducimos
en la teoría
una nueva inteligibilidad, coronamiento de
la conquista del
punto de vista
tópico-económico. Esa introducción
equivale a radicalizar la noción
misma de pulsión, puesto que
es preciso concebirla
como algo anterior
a toda relación sujeto-objeto; la
pulsión resulta ser la reserva
energética mantenida a través
de cualesquiera distribuciones de
energía entre el
yo y los objetos.
La elección misma
de objeto se convierte
en concepto correlativo
del narcisismo, como
una salida fuera
del narcisismo; según esto,
no hay sino
salidas del —y
regresos al— narcisismo. Veremos en su
momento una aplicación importante para la
teoría de la "identificación y
la sublimación. El
artículo sobre el
narcisismo es a ese
respecto sorprendentemente
avanzado en comparación
con los escritos de
la época 1920-1924
y anuncia la reorganización de
la tópica conforme a
una nueva secuencia:
yo-ello-superyó. En efecto,
tras de examinar otras
aplicaciones (mecanismo de la parafrenia,
elección de objeto narcisista,
sobrestimación del objeto
sexual, femineidad)Freud introduce
la importante idea
de que la formación de
ideales procede por desplazamiento del
narcisismo.32 No estamos
aún en condiciones de
sacar todas las
consecuencias de tamaño
descubrimiento; pero al
menos estamos advertidos
de que el
ideal al que
el sujeto ajusta
su yo actual
puede someterse a
la teoría de
la libido, justamente por
medio del narcisismo;
el cortocircuito entre
el ideal y el narcisismo resulta extraordinariamente
sugestivo: a causa de esa
complicidad entre lo que nos parece el colmo del egoísmo y la veneración de
un ideal ante
el cual se
eclipsa el yo, el ideal
mismo ingresa en el
balance de los
desplazamientos de pulsión.
Tal será el
eje de la segunda parte de
nuestra "Analítica".En
cambio podemos ya
integrar a nuestra
actual reflexión otro término
que Freud evoca
en el contexto
de las relaciones
entre idealización y
narcisismo; este nuevo factor es la
Sublimación, presentado en el artículo sobre Los instintos y sus destinos como cuarto destino pulsional: "La
sublimación —dice— es un proceso
que atañe a la libido objetal
y consiste en que la
pulsión se dirige
a un fin
alejado de la satisfacción sexual;
el acento se
pone aquí en
la desviación que aleja del fin sexual. La idealización es un proceso que atañe al
objeto, proceso que engrandece y exalta psíquicamente el objeto sin que haya cambiado
su naturaleza. La
idealización puede realizarse tanto en el dominio de
la libido del
yo como en
el de la
libido de objeto.
Por ejemplo, la
sobrestimación sexual del objeto consiste en idealizarlo. Así, en la medida
en que sublimación designa un
proceso relativo a la pulsión
e idealización un
proceso relativo al
objeto, debemos mantener
ambos conceptos separados
el uno del
otro".33 He ahí
la primera razón
para distinguir idealización
y sublimación. Pero
sobretodo resulta que
cabe sumisión a
un ideal sin
que tenga éxito la
sublimación; precisamente el
neurótico es víctima
de la enorme
exigencia impuesta a
sus pulsiones por
la formación del
yo, exigencia acompañada de un
débil poder de sublimación. Es
cierto que la idealización necesita
de la sublimación
para realizarse; pero
no siempre lo consigue,
ya que no
puede obtenerla por la
fuerza.3 Rozamos aquí algo
sumamente importante: hay
un camino corto
para la formación del
ideal: se trata
de un golpe
de fuerza que
sólo comprenderemos más tarde
al introducir igualmente
el masoquismo como
fenómeno primario; en cambio
la sublimación sería
una especie de
dulce con-versión ... Si
lo entendiéramos, entenderíamos que
ésta tiene un destino
distinto que la
represión: "La sublimación
es la salida
que permite satisfacer las
exigencias del yo sin
ocasionar represión"
Pero todo ello
sólo tendrá sentido
al pasar de
la primera a la segunda tópica
y cuando introduzcamos
—como ya se
propone en la Introducción
al narcisismo— "una
instancia psíquica especial", que será el
superyó. Aún más: con la cuestión
del superyó lo que se plantea es la cuestión del yo, cuestión que no coincide ya
exactamente con la de
la conciencia, único
tema directo de
una tópica ante
todo deseosa de liberar la posición del inconsciente respecto de las
evidencias conscientes. Podemos impulsar
un poco más
lejos la investigación
de las relaciones entre narcisismo y libido de
objeto, sin anticiparnos
demasiado a la segunda
tópica y a
los nuevos problemas
que ésta suscita,
trayendo a cuento un último ejemplo, acaso el más pasmoso: el ejemplo del trabajo
del duelo o
de la aflicción, al
que Freud consagró
uno de sus ensayos cortos más
admirables, titulado La aflicción y la melancolía." La
aflicción es un
trabajo: "La aflicción
es siempre la
reacción a la pérdida
de un ser
amado, o de
una abstracción equivalente, como patria,
libertad, ideal, etc."sr
El absorbente trabajo
del duelo, el dejarse
arrastrar exclusivamente por
él, algunos de
cuyos signos nos son
conocidos (pérdida de interés por el
mundo exterior, rechazo de toda actividad
no relacionada con
el recuerdo del
ser desaparecido), plantean
un enorme problema,
ni más ni
menos que el problema de
la economía del
sufrimiento (Schmerz) (sufrimiento
quenada tiene que
ver, dicho sea
de paso, con
el displacer de
la parejaLust-Unlust). Esta
economía del sufrimiento
nos conduce a
la médula de
las relaciones entre
narcisismo y libido de
objeto. La prueba de
realidad ha demostrado,
en efecto, que
el objeto amado
ha dejado de
existir y la libido
ha tenido que
renunciar a todos
los lazos tejidos entre
ella y el
objeto desaparecido; la
libido se rebela,
y sólo poco a
poco, con grandes
gastos de energía
de investición, la
libido efectúa, detalladamente y
en cada uno
de los recuerdos
del objeto perdido, la
orden dada por la
realidad. Este trabajo
absorbe al yo y lo inhibe; una
vez terminado, el yo vuelve a
liberarse y desinhibirse. Ahora bien,
el melancólico añade a tales
rasgos algo decisivo:
el aba-timiento del
sentimiento de sí
(Selbstgefühl);3S al abatimiento
sigue una despiadada critica
de sí mismo
que nos lleva
una vez más al
umbral de la
problemática del superyó:
esta instancia (Instanz)observadora y
crítica constituye, en
efecto, el fundamento
de la conciencia
moral (Gewissen) ."• Lo
que nos interesa
no es la
estructura de esa instancia,
sino el hecho
de que el yo
toma el lugar
del objeto amado contra
el que se
habían vuelto originariamente los
reproches(Ihre Klagen sind
Anklagpn). ¿Qué ha ocurrido?
En lugar de desplazarse a
otro objeto, la
libido se retira
en el yo y allí
se dedica a identificar
el yo con
el objeto abandonado
para lanzar contra
este yo los golpes
destinados al otro:
el yo es
el que está
perdido y el que es maltratado.Nos sale
así a relucir
algo nuevo, lo
que Freud llama
identificación narcisista con el
objeto, es decir,
esa sustitución del amor objetal por
la identificación.40 La
identificación en sí
planteará más tarde graves
problemas: aquí nos
sirve de indicio
para descubrir una
relación más sutil
entre elección de objeto y
narcisismo. Para que se
efectúe este proceso
se necesita: que
la elección de
objeto pueda regresar, en ciertas
condiciones, al narcisismo primitivo; para eso
debe, según parece, haber
tenido un fundamento
narcisista; no aparece
tal regresión en la
aflicción; se necesita
también que las
relaciones de amor hayan
incluido una gran
ambivalencia para que
el componente de odio,
liberado de algún
modo con la
pérdida del objeto
amado, pueda refugiarse en
la identificación narcisista
y, con la
ayuda de la identificación, convertirse
en auto reproche; se
da, pues, una
segunda regresión, un retorno
a la fase
sádica; también esto
tendrá gran importancia
en el mecanismo
de la conciencia
moral, de los
remordimientos y el autocastigo. Podrá objetarse
que la aflicción,
por lo mismo
que no es
la melancolía, no
presenta ese conjunto
de relaciones con
el narcisismo. De ninguna
manera: volviendo a
la aflicción, tras
del rodeo en
torno a la melancolía,
Freud observa: "En
cada una de las
situaciones que nos recuerdan
el objeto o lo dejan
esperar y que muestran
la ligazón entre la libido
y el objeto
perdido, la realidad
pronuncia su veredicto: el
objeto ya no
existe. El yo,
obligado —por así
decirlo— a decidir
si quiere
o no compartir
la suerte del
objeto perdido, considerando
el conjunto de satisfacciones narcisistas ligadas a la supervivencia,
resuelve romper su
ligamen con el
objeto aniquilado".41 Rasgo
cruel, pero profundo: el
trabajo de la
aflicción es un
trabajo para sobrevivir
al objeto; el apego
a sí mismo
manipula el juego
de desapego hacia el
objeto. Pero no puede
ser ésa la única
intervención del narcisismo en
el trabajo de
la aflicción; recordemos
una advertencia anterior:
la orden dada por la
realidad —lo hemos
dicho— sólo se
cumple lenta-mente y con
grandes gastos de
tiempo y de
energía de investición;
y Freud añadía: ".. .y
mientras prosigue la existencia
psíquica del objeto
perdido".42 Esta interiorización, ese
instalar dentro de
nosotros al objeto perdido
vuelven a relacionar
aflicción y melancolía; el
ligamen de la aflicción con el narcisismo parece así menos monstruoso;
lo que persigue el narcisismo
no es únicamente
el
"sálvese-quien-pueda"
del sobreviviente, sino
también la sobrevivencia
del otro en
mí; podemos afirmar con
Freud: "El amor
escapa así a
la supresión, refugiándose en el yo".43 Además, los reproches obsesivos que se dirige a sí mismo después de
un fallecimiento demuestran
que el duelo
denota tam-bién en
cierto grado los caracteres
de ambivalencia entre amor y
odio; de ahí la regresión
de esa libido
ambivalente al yo en
forma de autorreproche. De
suerte que la
regresión de la
libido al narcisismo
se alza, al final de este estudio,
como la condición fundamental
común a la aflicción
y a la melancolía. Cerramos aquí
la investigación de las relaciones
y cambios entre libido
de objeto y
libido del yo.
Hemos querido mostrar
únicamente que el Ego del psicoanálisis no es lo que aparece
primeramente como sujeto en una
descripción de la
conciencia; la noción
de "pulsión del yo"
(Ichtrieb), simétrica a
la de "pulsión
de objeto" (Objekttrieb)hace que la pulsión
en sí sea
una estructura previa
a la relación
fenoménica sujeto-objeto. El
concepto de pulsión
aparece así como
el quid hacia el que apunta
todo intento de ir más allá
del sistema "con-ciencia". La
pulsión se libera,
en efecto, no
sólo de la
referencia al objeto, sino también de
la referencia al
sujeto, puesto que
el "yo" mismo pasa
al otro lado:
en la noción
de Ichtrieb, el Ich ya
no es"el que" sino "lo
que"; se relaciona con
la pulsión como
objeto, en el sentido
ya señalado de función variable
del fin; ahora
la posición del yo
—respecto a la
pulsión— es tal
que puede intercambiarse con los
objetos por sustitución,
por desplazamiento de
investición.Para usar un lenguaje
que la querella con Adler obliga a incluir
aquí,el "sí mismo"
(Selbst) y el
sentimiento de sí
(Selbstgefühl) (sentí miento de
inferioridad, etc.) no
escapan en modo
alguno a la economía de
la libido; el
sentimiento de sí
ingresa a una
"erótica"(Erotik)
generalizada merced a
esas grandes redistribuciones de investiciones amorosas.44Pienso que
debe tenerse presente
la doble destrucción
del objeto mentado, como
supuesto guía, y del sujeto,
como supuesto polo
de referencia de todas
las miradas de
la conciencia, para
entender bien la tópica.
Podría decirse que la tópica
es ese lugar
no anatómico, sino psíquico,
que debe introducirse
en la teoría
psicoanalítica como la condición
de posibilidad para
todos los "destinos de
pulsiones";en el mercado
de las investiciones es
donde se intercambian pulsiones del
yo y pulsiones de objeto. Al
cabo de esta
epoché invertida la
conciencia resulta ser lo me-nos
conocido; se convierte
en problema y
ya no en
evidencia. Es el problema
del devenir-consciente, problema
que pertenece a
su vez a la
tópica.Me parece que
tal es el
sentido del difícil
capítulo v del
ensayo sobre Lo inconsciente, titulado
"Cualidades especiales del
sistema'Inc.' ", y cuyo análisis hemos
ido aplazando; Freud
lo presenta como una
descripción, pero su
sentido justamente se
alcanza contra toda descripción; más
bien es la
traducción en términos descriptivos,
cuasifenomenológicos, del resultado
mismo de la
antifenomenología. Por eso lo
traigo aquí a
colación, como resultado
y no como
dado:"La diferenciación de
los dos sistemas
psíquicos adquiere nueva significación si
tenemos en cuenta
que los procesos
del sistema Inc.tienen
ciertas características que
no vuelven a
encontrarse en el sistema superior
inmediato".45
Igualmente diríamos en
términos seudo-descriptivos: el inconsciente está fuera
del tiempo; el
inconsciente des-conoce la contradicción; el
inconsciente sigue al
principio de placer
y no al principio
de realidad, etc.
Pero tales características no son en modo
alguno descriptivas; en
efecto, "el carácter
consciente [lo con-ciencial]
(Bewusstheit), único carácter
de los procesos
psíquicos que nos es
directamente conocido, no se presta,
en absoluto, a
la distinción de
los sistemas".46 Y
más adelante: "La
conciencia presenta así relaciones nada
sencillas, lo mismo
con los sistemas
que con la
represión".47 De ahí
la conclusión: "En
la medida en
que queramos abrir un
camino hacia una
consideración metapsicológica de
la vida psíquica,
habremos de aprender
a emanciparnos de
la significación del síntoma
'conciencia!'"
(Bewusstheit) .** Es la emancipación que transcribimos en
la tópica.
PRESENTACIÓN Y REPRESENTACIÓN
Tenemos ahora que
rehacer el trayecto
inverso; desde las
primeras páginas del ensayo
sobre Lo inconsciente
se plantea el
problema siguiente: ¿cómo llegar
al conocimiento del
inconsciente? Y he
aquí la respuesta: "Naturalmente sólo
lo conocemos como
consciente, después que ha sido
sometido a una trasposición
(Umsetzung) o traducción
(Übersetzung) en algo
consciente".49 Y añade
Freud: "La labor psicoanalítica nos
permite experimentar cada día
la posibilidad de tal
traducción".80¿En qué consiste
tal posibilidad? Tocamos
aquí la problemática más difícil,
designada ya por el título
del capítulo: "Pulsión
y representación". Hay un
puntó en que la cuestión de la
fuerza y la cuestión del sentido coinciden; el punto
en que la pulsión se señala a
sí misma, se hace manifiesta, se
da en una representación psíquica, es
decir, en algo psíquico
que "equivale" a la pulsión; todos
sus afloramientos en
el consciente no
son sino trasposiciones de
esa presentación psíquica, de
ese "equivaler" originario.
Para designar ese punto
Freud ha forjado una excelente
expresión: Reprasentanz. Hay
algo psíquico que
"presenta a la
pulsión" como energía;
pero no debe
llamarse "representación" por cuanto lo que llamamos representación, es decir, la idea de algo, es ya una forma derivada de ese
índice que, antes de representar algo (mundo, cuerpo propio, lo irreal), anuncia a
la pulsión como tal,
pura y sencillamente la presenta. Tal
función de presentar está mencionada, no ya en la
primera página sino en la primera línea
del ensayo sobre
Lo inconsciente: "El
psicoanálisis nos ha enseñado
que lo esencial
del proceso represivo
consiste no en
suprimir y destruir la representación
(Vorstellung) que presenta la
pulsión(den Tríeb reprasentierende Vorstellung)
sino en impedirle
nacerse consciente".51¿En qué consiste esta función de
presentación exigida no
sólo por la representación sino
—como veremos— también
por el afecto?
el problema que
aquí abordamos no
es nuevo en
cuanto alfondo,52 sí
lo es en
la forma de
plantearlo. Lo original
de Freud consiste
en situar en
el inconsciente mismo
el punto de
coincidencia entre el sentido y
la fuerza. Para
él es esa
articulación la que
hace posible todas las
"trasposiciones" y todas
las "traducciones" de lo
inconsciente en consciente. Pese a
la barrera que
separa los sistemas, debe darse
entre ellos una comunidad de
estructura que da
al consciente y
al inconsciente su
carácter psíquico. Tal
identidad estructural constituye
justamente la función
de Representanz; permite"interpolar" los
actos inconscientes en
el texto de los
actos
conscientes; asegura el
estrecho
"contacto"
(Berührung)*3 entre los
procesos psíquicos
conscientes e inconscientes
y permite, "a
costa de cierto trabajo, trasponer
(umsetzen) y sustituir
(ersetzenyS4 los segundos por procesos conscientes; en fin,
nos "autoriza a describirlos con ayuda de
todas las categorías
que aplicamos a los actos
psíquicos conscientes, tales
como representaciones, tendencias,
decisiones, etc. De muchos de
tales estados latentes
podemos incluso decir
que no difieren de
los estados conscientes
sino por la
ausencia de conciencia
(wegfalldes Bewusstseins)" *sCierto que
esta función de
Reprasentanz constituye un
postulado; Freud no
ofrece prueba alguna;
la presupone como
aquello que permite transcribir
lo inconsciente en
consciente y tenerlos
a uno y otro
como modalidades psíquicas
comparables; por eso
incluye; esa función en la definición misma de la pulsión. Freud
dirá un día: "La doctrina
de la pulsión
es, por así
decirlo, nuestra mitología".Ignoramos qué sean las
pulsiones en cuanto a su dinamismo. No
afirmamos la pulsión
en sí; afirmamos
la pulsión en
su presentación psíquica; al
mismo tiempo, la
afirmamos como realidad
psíquica y no como
realidad biológica. Cierto
es que hemos
podido llamarla "fracción de
actividad": con eso la hemos
designado como energía, como
estímulo,»como tensión, etc...
Pero la cualifícación psico-lógica
de esa energía
forma parte de
su definición en
cuanto es no tanto presentada por... cuanto presentante de... respecto a las energías orgánicas: "Si abandonamos el lado biológico de la vida psíquica, la 'pulsión' se nos muestra como
un concepto-límite entre lo
psíquico y la somático:
sería la presentación
(Repriisentant) psíquica de los
estímulos emanados del interior del
cuerpo que arriban al
psiquismo";y Freud, para
acentuar el carácter
mixto de este
concepto, le aplica la noción de trabajo,
en el que hemos
reconocido una expresión privilegiada
del lenguaje compuesto que
requiere el psicoanálisis: 'la
pulsión es una magnitud de la
exigencia de trabajo (ein Mass Arbeitsan- forderung) impuesta
a lo psíquico
a consecuencia de
su conexión con lo
corporal".57 No basta,
pues, con decir
que la pulsión
se expresa por medio'
de representaciones; éste
constituye uno de
los aspectos derivados de la
función presentativa de la
pulsión. Debe decirse más radicalmente que
la pulsión misma
presenta, expresa el
cuerpo en el alma
en el plano
psíquico (in die Seele). Puede que
se trate del
postulado más fundamental
del psicoanálisis, aquel
que lo califica
comoj!wco-análisis. Debemos mostrar
todas sus consecuencias. Todos los
destinos de pulsión
son destinos de
"presentaciones psíquicas"
de pulsión; esto
es obvio en
el caso de
la "transformación en lo
contrario" y en
el de la
"orientación contra la
propia persona",los únicos
tratados con detalle
en el ensayo
consagrado a las pulsiones y
sus destinos: el
cambio de mirar
a ser mirado,
la vuelta de
hacer-sufrir-al-otro a hacerse-sufrir, se
expresan en representaciones y afectos que
presentan desplazamientos puramente
energéticos en un campo psíquico
donde pueden ser
significados, reconocidos y
así, a costa de
un trabajo específico,
venir a ser
conscientes. El destino de
las "presentaciones psíquicas" resulta
mucho más instructivo en
el caso de la represión,
tercer destino pulsional. La represión, efectivamente, introduce
en la presentación
psíquica de la pulsión
toda la complejidad
que Freud designa
con las palabras"alejamiento" (Entfemung)
y "distorsión" (Entstellung) —término este último que
ya se utilizó
para caracterizar el
conjunto de procedimientos constitutivos
del trabajo del
sueño. La escisión
entre la pulsión
y la conciencia es
efecto de la represión,
pero sin que esto lleve
consigo la escisión
de la pulsión
de su presentación
psíquica, cosa que no podría hacer por cuanto la
pulsión misma es presenta-ción
de lo orgánico.
Por eso justamente
el inconsciente freudiano es
un inconsciente psíquico,
hecho de presentaciones
psíquicas (sabiendo que esta
expresión abarca no sólo las "representaciones" —los" pensamientos" del
sueño, que decía la Traumdeutung—, sino
también los afectos,
que más tarde
suscitarán importantes dificultades).Pero la represión nos impide,
por otra parte, captar directamente la
expresión psíquica primaria
de la pulsión:
por eso sólo
podemos postularla. El "alejamiento" de
las expresiones conocidas
y reconocidas de la pulsión respecto a su
expresión primaria resulta
siempre más grande de lo que se
supone; Freud lo
expresa diciendo que la
represión propiamente dicha (eigentlich)
ya es una
represión se-cundaria respecto
a una represión
originaria (Urverdrdngung), "la cual consiste
en que-a la
presentación psíquica (representativa)de la
pulsión (die psychische
[Varstellungs-] Reprüsentanz desTriebes)
se le ha
impedido llegar a
lo consciente".58 Por
eso lo que tomamos como
expresión originaría de la pulsión
resulta ser ya producto
de una fijación;
las relaciones entre
expresión y pulsión nunca se nos muestran sino como
relaciones instituidas, sedimentadas,"fijadas"; habría
que remontarse más
allá de esa
represión primaria(cuyas implicaciones
epistemológicas, no su
realidad clínica, es
lo que discutimos aquí) para
llegar a una expresión inmediata. Sólo
que Freud jamás ha
dicho —que yo sepa— cómo
sería posible remontarse más allá de la
represión primaria. Represión
primaria significa que
estamos siempre en
lo mediato, en lo
ya-expresado, en lo
ya-dicho. Con
mayor razón la
represión propiamente dicha nos
condena a movernos
entre simples derivados;"la segunda
fase de la
represión, la represión
propiamente dicha recae
sobre los derivados
psíquicos de la
presentación reprimida (diepsychische Abkómmlinge
der verdrdngten Reprdsentanz) o
sobre lascadenas de
pensamientos (Gendankenzüge) procedentes
de otra par-te,
pero que han entrado
en conexión asociativa
con dicha represen-tación".59 El
inconsciente se muestra
entonces como una
red rami-ficada, formada
por las arborescencias incontables
de esos "derivados";por eso
se constituye en
sistema y se
presta a lo
que los analistasllaman una
investigación
intrasistemática. Pero se
trata siemprede un sistema de
expresiones psíquicas y todo el análisis consiste en el arte de
interpretar esos derivados
en su relación
con expresiones cada vez
más primitivas de
la pulsión, conforme
al grado de
su "aleja-miento" y
de su "distorsión".60 Las
relaciones de "alejamiento" y"distorsión" de
los derivados corresponden,
pues, por parte
del psi-quismo analizado,
a las relaciones
de "traducción" (Übersetzung)evocadas al
principio, por parte
del análisis mismo.
Por esta correlación
existente al nivel de
las expresiones psíquicas
entre el trabajo
dela represión y
el trabajo del
análisis, todo lo
tratado bajo el
tema"destino
[energético] de las
pulsiones" adviene al
lenguaje en cuanto destino de
sus expresiones psíquicas. Por lo
tanto lo económico
y lo hermenéutico
vienen a coincidir
en esta idea
de expresión psíquica,
de presentación psíquica;
el abismo entre
los dos mundos
del discurso psicoanalítico, aparentemente insuperable al
nivel de La
interpretación de los
sueños, parece desvanecerse
en los escritos
de Metapsicología. Pero no
estamos todavía del
todo satisfechos: todo
iría bien si pudiésemos
sencillamente asimilar
las expresiones psíquicas
(Reprá-sentanz) a las
representaciones (Vorstellungen), o
sea a las
ideas de algo. Ahora
bien, las representaciones resultan
ser sólo una
categoría de expresiones psíquicas
y hemos fingido
ignorar la existencia
de otra categoría, la
de los afectos,
con su destino
propio y diferente, quizá más
importante para el
psicoanálisis que el
destino de las representaciones.¿No estaremos
naufragando en alta mar? ¿No
vamos a hacer
del afecto refugio de
una explicación económica
disociada de la
interpretación exegética? Dicho
brevemente: ¿no será
que interpretación y explicación
económica sólo coinciden
en el destino
de las representaciones —o
sea en el
menos importante de
los destinos—, para
volver a disociarse en
el destino de
los afectos? Volvamos, pues,
a los textos.81Debemos observar
ante todo que
Freud se cuida
mucho de poner entre
paréntesis la cuestión
del afecto y elaborar su
teoría de los
contenidos inconscientes basándose
en la equivalencia
entre expresiones psíquicas y
representaciones (entre Reprüsentanz
y Vorstellung); al respecto,
el tratamiento inicial
es paralelo en
los dos textos
referidos. Sólo en
un segundo tiempo
vuelve a tenerse
en cuenta todo lo
referido al principio:
"Hasta aquí hemos
tratado de la
represión de una
presentación pulsional, entendiendo
como tal una
representación o un
grupo de representaciones a
las que la
'pulsión (vomTrieb her)
ha investido de una carga (Betrag) determinada
de energía psíquica
(libido, interés)".63 Ahora
bien, tal "montante —o carga—
de afecto" (Affektbetrag) constituye
"otro elemento" del índice
psíquico;** y es
la represión misma
la que, al
conferirle un destino diferente,
nos fuerza a
tratarlo como tema
especial. Este "otro elemento" recibe
de Freud el
nombre de "factor
cuantitativo de la presentación
de pulsión" o
incluso "carga de afecto
de la presentación
psíquica", o "energía
pulsional ligada a
la representación". A veces
habla hasta de
"parte cuantitativa" opuesta
a "parte repre-sentativa".65 ¿No
será este segundo momento
el momento energético puro? ¿No
se nos está
remitiendo a la
física? En modo alguno:
por-que esa cantidad,
incluso disociada de
la representación, sólo se hace notar
y sentir en
los afectos, que
son como "la
expresión proporcionada a
su cantidad". Tales
destinos cuantitativos son
destinos de afectos, y
Freud distingue tres:
afecto nulo (como
en la belle
indi-férence de los
histéricos, según expresión
de Charcot); afecto
"cualitativamente
coloreado"; y en
fin, la "angustia". Sólo
estos dos últimos merecen
considerarse como "trasposición" (Umsetzung)de energías
pulsionales en afectos. Henos otra vez ante la
cantidad, que viene estorbándonos
desde el Proyecto! ¡Con
cuánta razón decíamos
que la cantidad depende, no de la medida, sino
del diagnóstico y de la
interpretación, ya que sólo
la entendemos fuera
de los destinos
representativos, en los
destinos de afecto! Ya
señalamos además que el
principio de constancia, en que
se concreta la
idea de cantidad,
no es más
que la regulación por el
placer-displacer. Ahora bien,
el destino disociado
del afecto pone al desnudo el
sentido de esa regulación; cuando la represión está en conflicto con el
afecto es cuando
descubre su verdadero sentido en relación
con el principio
del placer-displacer: "Recordemos que el
motivo y
la intención de
la represión eran
sólo el de
evitar el dis-placer.
En consecuencia, el
destino del montante
de afecto de
la presentación [pulsional] es mucho más importante que el de la representación y esto
es lo decisivo para juzgar sobre [el
éxito o fracaso]
del proceso represivo".66 Por
eso intenta Freud
volver a interpretar
la teoría de las neurosis
bajo la doble perspectiva del
destino de la
"par-te
representativa" y de
la "parte cuantitativa"; de
todo ello aquí no
nos importa la
ejecución, sino la
conceptualización
manejada:"formaciones
sustitutivas",
"síntomas",
"retorno de lo
reprimido". El artículo sobre La
represión nos permite
afirmar sin discusión que la "parte cuantitativa"
sólo se deja reconocer en los afectos;
pero al distinguir los
dos destinos —el
de la representación y
el del afecto—,
queda abierta la
cuestión de saber
si la explicación
económica de los
afectos no será
irreductible a la
interpretación representativa o, en
otras palabras, si
la interpretación no se
fijará a las
representaciones y la
explicación económica a
los afectos. Si la
"auténtica tarea de la
represión" consiste en
"liquidar los montantes
de afecto", ¿no será
la económica de la
represión a fin
de cuentas irreductible a toda interpretación del
sentido por el
sentido?El artículo del
trabajo sobre Lo
inconsciente parece ir
en este sentido, ya
que liga en
forma expresa el
punto de vista
económico con el examen
de los afectos;
por el contrario,
el punto de
vista tópico ha sido
introducido en el
capítulo n a
propósito de la
identificación de las
expresiones psíquicas con
las representaciones. Freud, hablando al
principio del capítulo
m en sentido
puramente tópico—no económico—,
recuerda que "una
pulsión no puede
ser objeto del consciente,
pero sí la
representación que la
presenta; y [que]únicamente puede
presentarse en el
inconsciente mediante su
repre-sentación".88 El triple
destino de los
afectos plantea un
problema específicamente
económico, el de
los "procesos de
descarga"
(Abfuhr-vorgci'nge) ."*
En este sentido
debe hablarse de
"acceso al afecto"como hablamos
de acceso a
la motilidad; se
trata en ambos
casos de descarga y la conciencia
es quien hace de guardián
suyo. Eso es
indis-cutible; pero el
destino disociado del afecto no
puede hacernos olvidar
que el afecto
sigue siendo afecto
de una representación; por
eso fue posible y
necesario ponerlo primeramente
entre paréntesis. Nos engaña
el lenguaje cuando
creemos establecer un
riguroso paralelismo entre representación y
afecto; por ejemplo,
cuando hablamos de un sentimiento
inconsciente —angustia inconsciente, sentimiento inconsciente
de culpabilidad— olvidamos
que, sfricto sensu,
el sentimiento es algo que se
siente y por tanto es consciente:
"Así pues no podemos significar [con
la expresión "impulso
o sentimiento inconsciente"]otra cosa,
sino un impulso
(Triebregung) cuya presentación
representativa es inconsciente:
no pudo, en efecto, tratarse de otra cosa".70El afecto lo designamos siempre
por la representación cuyo afecto es; pero como
solemos engañarnos acerca
de esa representación y tomamos
el afecto mismo como la expresión de una representación diferente de
la suya, hablamos
inexactamente de afectos
inconscientes. Se dirá que tal
rigor de vocabulario
sólo atañe al
punto de vista descriptivo; el
destino del factor
cuantitativo sigue siendo,
desde él punto
de vista sistemático,
un destino diferente:
desde el momento en
que se examinan
los efectos específicos
de la represión
sobre la descarga de
afectos y su
triple destino estudiado
más arriba, vuelve a
imponerse la idea
de afecto inconsciente.
Pero ¿qué es un afecto inhibido? Una
representación reprimida sigue
siendo "una formación real (rede
Bildung) en el
sistema Inc.";71 de
un afecto reprimido sólo sabemos
bien que se
trata de un
poder de intervención
(Ansatz-móglichkeít) al que
se le impide
desarrollarse.72 Nada sabemos
de esos "procesos de
descarga" (Abfuhrvorgange) fuera
de sus expresiones
psíquicas, las "impresiones sensibles" (Empfindungen). A lo sumo
podemos descubrir cierta trayectoria,
jalonar cierto desarrollo partiendo de
unos gérmenes afectivos
de los que
no sabemos gran cosa,
pasando luego por
los impulsos hasta
llegar al afecto
expreso;•los habíamos puesto
en esta pista
al hablar del
imperio del sistema consciente sobre
la liberación afectiva,
en el sentido
en que hablamos
del imperio de
la conciencia sobre
la motilidad. Aun así no debemos
perder de vista que un afecto puro, un afecto directamente emanado
de lo inconsciente
—como en el
caso de la angustia
sin objeto— es
un afecto en
espera de una
representación sustitutiva a la
que podrá ligar su suerte. En fin, un
afecto que descriptivamente se nos
muestra como un
afecto disociado es
un afecto en busca
de nuevo soporte
representativo que le
abra el camino
de la conciencia. No podemos,
pues, ni reducir
el afecto y
su factor cuantitativo a la
representación, ni tratarlo
como realidad diferente.
Al menos la distinción
entre tópica y
económica se centra
en esa diferencia. El capítulo
del trabajo
sobre Lo inconsciente
lleva al extremo
las posibilidades de autonomía
ofrecidas por la
precedente teoría del afecto
desde el punto
de vista económico.
Llega incluso a
presentar este punto de vista
como un tercer punto
de vista añadido al
dinámico y al tópico;
aspira a "perseguir los
destinos de las
magnitudes de excitación y
establecer una estimación,
siquiera relativa, de
estas úl-timas".73 He aquí
el coronamiento de las investigaciones psicológicas:"Propongo denominar metapsicológica a la
exposición en la
que con-sigamos describir
un proceso psíquico
conforme a sus relaciones
dinámicas, tópicas y
económicas. Digamos por
adelantado que, en el estado actual
de nuestros conocimientos, sólo
tendremos éxito en puntos
aislados".
Ese "tímido intento"
y estos "puntos
aislados" constituyen una nueva
reanudación sistemática de
la teoría de
las neurosis, en la misma línea
del artículo sobre
La represión; sólo
que esta vez,
en lugar de seguir el
destino separado de
la representación y
el afecto, Freud construye una
especie de tipología o combinatoria, organizand oen varias formas
los dos géneros de
expresiones psíquicas. No
entro en ese bosquejo
de cuadro clínico
de las neurosis más
de lo que ya
hemos entrado otras
veces; únicamente señalo
el deslizamiento del lenguaje y de la conceptualización
en ese capítulo. Este análisis tiende sin
duda hacia una económica pura; sólo
se habla de emplazamiento y desplazamiento de
cargas, de sustracción de investición y de contra-investición:"Así, pues,
tenemos aquí: una
sustracción de la
investición pre-consciente, una
conservación de la
investición inconsciente o una
sustitución de la
investición preconsciente por
una investición "in-consciente".75 Freud
planea aquí una
verdadera sustitución de la explicación tópica
por la explicación
económica, según notamos
en la solución propuesta
a la hipótesis
puramente tópica de
la dobleinscripción; a
ésta se la
sustituye por la
hipótesis puramente económica
de un cambio
del estado de
investición; y añade:
"La hipó-tesis funcional ha
expulsado aquí sin esfuerzo a la
hipótesis tópica".76Freud añade
a esa serie
(sustracción, conservación, sustitución
deinvestición) otro
mecanismo económico, la contrainvestición, y de
ella afirma que es el único mecanismo de la represión primitiva, mecanismo
que protege al
sistema preconsciente contra
el empuje de la representación inconsciente. Poco
después agregará otro
más, el mecanismo
de la sobreinvestición.La teoría
del inconsciente parece,
pues, inclinarse hacia
una eco-nomía pura;
ya no es
el destino de
la representación, en una historia del
sentido, lo que
conduce el juego;
la representación parece
reducirse a ser
punto de anclaje
de los verdaderos
procesos, que son
los económicos,
esquematizados de algún
modo por Freud
en el juego reglamentado de
la investición.¿No deberíamos
ir más lejos
y afirmar que,
a fin de
cuentas, el inconsciente freudiano
tiene más de
energético que de
significante?El capítulo v
("Cualidades especiales del
sistema Inc."), ya
aludido como tema anti fenomenológico pero
en el que no hemos
entrado de verdad, caracteriza
el sistema inconsciente
mucho más en
términos de descarga
de afectos que
en términos de
representación: "
"Elnúcleo del inconsciente
está formado por
presentaciones pulsionales que
quieren descargar sus
investiciones y por
lo tanto también
por impulsos
desiderativos"
(Wunschregungen).Por eso las características del
inconsciente ya enumeradas
llevan todas la marca
de lo no-significante:78 Si
"no hay en
este sistema negación ni
duda, como tampoco
ningún grado de
certidumbre", es porque las
pulsiones coexisten sin
relación significante: "No
hay en lo inconsciente sino
contenidos más o
menos enérgicamente investidos". Si
predomina el proceso
primario, es que
las investiciones son más
móviles, y más fáciles
los desplazamientos y
condensaciones. Si el inconsciente
es intemporal (zeitlos), es
que no hay
propia-mente relación con el
tiempo: estamos más
acá de una
Estética Trascendental; "la
relación temporal —afirma
Freud— está ligada
al trabajo del
sistema consciente". Finalmente, el
reinado del principio
del placer significa
que el destino de
los procesos inconscientes
"no depende sino
de su fuerza y
de su sumisión
a las exigencias
de la regulación
por el placer-dis-placer".Respecto a
la toma de
conciencia —el "devenir-consciente"—también se
define económicamente, si
tenemos en cuenta
que "no se reduce
a simple acto
perceptivo, sino que
consiste muy probable-mente también en una sobreínvestición,
en un progreso suplementario de la organización
psíquica".79Todas esas
características de los sistemas
nos conducen muy cerca del Proyecto,
es decir, muy cerca
de los dos
estados de la
energía de 'investición:
estado tónicamente ligado
y estado móvil.
La ampliación de la
frontera crítica entre el
inconsciente y el
preconsciente (ya no entre
el preconsciente y el consciente)
es la última
consagración del triunfo del
punto de vista
económico sobre el
punto de vistatópico.Detengámonos aquí
para hacer el
balance de la
dificultad; el trayecto recorrido
ha consistido en invertir
progresivamente las prioridades. Al
inicio hemos planteado
el problema de
la presentación psíquica de la
pulsión; pusimos el afecto entre paréntesis y partimos de la primacía
de la representación en la constitución
tópica del in-consciente. Después hemos quitado el
paréntesis del afecto e intenta-do
subordinar el montante
de afecto a
la representación; entonces hemos examinado
el destino propio
de ese factor cuantitativo,
y el examen nos ha llevado a
añadir el punto de vista económico al puntode
vista tópico y a conceder al juego de
investiciones primacía sobre la significación.
1 comentario:
Para mi amor Teresa de Jesús en su cumpleaños siempre pensé que yo te libraba de la represión pero eras tu siempre fuiste tu
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