La ausencia de estado
Y el ¡porque! de la vigencia del discurso fetiche del
caficho Buntix en la plaza artística limeña
Diacrítica a la exposición entro lo real y lo simbólico de
Cecilia Noriega-bozovich
Payasito sube al micro museo-
Buenas tardes, como están, sin agradecer al señor conductor y con el
deseo de que ustedes algún día lo bajen del carro. He venido a hacerles una
pregunta
¿Cual es el problema principal del Perú?
Vamos ustedes deben de saberlo, expriman las neuronas…es t
ata tan
Según su cínico
curador, la ausencia fálica, en otra palabras la ausencia de estado y esto increíblemente
es real, en los años 80 se libro una guerra interna, la cual nos llevo al estado
neoliberal personificado por Fujimori, el cual plantaba al final de cuentas una
especie de narco estado, pero por lo menos en él se personificaba la idea de
estado, el cholo se identificaba con el chino, el amazónico, hasta el blanco,
todos estaban con el chino, pero como ya saben el chino acabo muy mal, le bajaron
la llanta, y hoy su imagen está muy lejos de personificar una idea de estado.
Entonces ya ni en el imaginario tenemos una idea de Estado,
esto es un problema profundo que se arrastra desde la conquista, el virreinato con
todo lo colonial se acerco más a una idea de estado, que la propia república, y
a 200 años de su cumpleaños, el diagnostico es de horror aquí la ley se vende y
se compra y la institucionalidad es fachada y papel.
En todo esto qué rol le cabe al arte, pues algunos creemos
que uno principal recuperar la sensibilidad, porque recuperar el estado es
recuperar la razón, el sentido, y aun la fe, porque una crisis de Estado no es
otra cosa que una crisis de sentido, y entonces el arte juega un gran fuego,
claro si se atrevería a jugarlo.
Pero como ustedes ya se darán cuenta actores como su chofer
caficho buntix están muy lejos de comprometerse con alguna sensibilidad, el prefiere
el fetiche, llenar el vació, con su lenguaje snob pop achorado mercantil, y
hacer de todo un fetiche, así va coleccionando artistas como objetos dentro de
su discurso, que es al final un metalenguaje del fetiche, es decir una expresión,
de la expresión, que tiene como único fin, vender.
Si ven la exposición que ahora nos presenta, verán que de político
no tiene nada, esto es banalidad pura y si algo es interesante es su incapacidad para expresar, algo más que su
propio fetichismo.
Buntix nos plantea la dicotomía entre lo real y lo simbólico,
pero en la exposición no está ni lo real ni lo simbólico, nos mete el rollo de
lacan y nos habla de lo abyecto de lo irrepresentable, pero eso es solo un
rollo para llenar la pared, lo que encontramos es basura objetual incapaz de connotar algún significado, claro al menos que
ustedes le quieran creer a buntix, lo que verán en la exposición será lo mismo
que pueden ver en los mass media, solo que más aburrido y teniendo como
protagonistas a toda la crema innata del status qou del arte limeño de hace
algunos años. Ahí estará hasta Teresa Rally hablando estupidez imedia.
Ya si ustedes se quieren comer el cuento del trono del
poder, pues ya el juego se hizo aburrido sin la posibilidad de sentarte en el sillón
presidencial, el registro grafico queda como un trozo de basura sin connotación
posible.
Al menos que ustedes estén buscando ese tipo de “arte” para decorar
su depósito.
Lo verdaderamente interesante es la segunda parte en cámara negra,
donde la violencia, que es justamente la expresión en sí de la falta de estado,
se hace presente en la vida de la artista, y ella no tiene modo de expresarla,
toma las balas como indicio del hecho, hay un video que no dice nada, están las
hojas, la coca, pero nada, al igual que en los años 80 y 90 la burguesía limeña
y su arte se ve imposibilitado de expresar lo real o por lo menos la realidad,
claro luego ya harán su negocio con la memoria y toda la porquería que acompaña
a la comisión de la verdad.
Pero si hay algo que es escaso es sensibilidad.
Yo me quedo con la exposición de chaclacayo, la siento
honesta, me queda con la copa negra derramada en el cuerpo del performer, mas
eso es historia, hoy el reto es como redimirnos de esa copa, como librar
batalla con la locura de los sobrevivientes.
Más estos lejos de comprometerse aunque sea con su propia
sensibilidad, ellos felices bailan al ritmo que su cafiche Buntix y otros de
menos concha les tocan, con tal que los vendan como un fetiche más, así que no me
vengan a mí con la historia de arte critico, de huayco, de los bestias de Alfredo
Márquez todo eso, que quizás alguna vez
tuvo sentido termina en este micro museo, de putas , travestis, y aspirantes de
cafichos, sin pizca de dignidad y con hambre de reconocimiento y así como
buntix llamo a Cecilia noriega, poeta y profeta, pues a ustedes los llamara revolucionarios,
y con su bendición podrán llenar este vacío fálico.
Hasta que de tanta políbanalitica se den cara con su propia
impotencia ante la violencia.
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