MANIFIESTO CYBORG A.S
“Religión, Arte, Filosofía, Ciencia y Géneros
complementarios Comunistas del S.XXI”
(§)
::: Don Franco y Dona Halliway
El sueño irónico de un lenguaje para las mujeres y Hombres
en sociedades abiertas.
Las páginas que siguen son un esfuerzo blasfematorio destinado a construir un
irónico mito político fiel al comunismo y al cristianismo. La blasfemia
requiere que una y uno se tomen las cosas muy en serio y, para nosotros, es el
mejor referente que puedo adoptar desde las apostatas tradiciones religiosas
del comunismo latinoamericano-incluido el feminismo socialista-. Por eso, este
trabajo es mucho más auténtico ya que surge como mito e identificación así como
la profanación del mismo. La blasfemia nos exige de la mayoría moral interna
que pueda configurar su propia destrucción y renacer de sus cenizas y, al mismo
tiempo, insiste en la necesidad comunitaria. La blasfemia es apostasía. La ironía se ocupa de las
contradicciones que, incluso dialécticamente, no dan lugar a totalidades
mayores, y que surgen de la tensión inherente a mantener juntas cosas
incompatibles, consideradas necesarias y verdaderas. La ironía trata del humor
y de la seriedad. Es también una estrategia retórica y un método político para el
que yo pido más respeto dentro del comunismo complementario. En el centro de mi
irónica fe, mi blasfemia es la contraimagen del cyborg, él ser revelado en
biotejido.
Un cyborg es un organismo cibernético, un híbrido de máquina y organismo, una
criatura de realidad social y también de ficción.
Una cyborg A.S es la legítima subversión de ese híbrido
organismo desde una espiritualidad simbólica a la vez mítica y profana.
La realidad social son nuestras relaciones sociales vividas, nuestra
construcción política más importante, un mundo cambiante de ficción. Un mundo
construido por imaginarios y destruido por los mismos, en su ciclo de muerte y
renacimiento. Los movimientos internacionales de comunistas complementarios han
construido la ‘experiencia complementaria’ y, asimismo, han destapado o
descubierto este objeto colectivo crucial. Tal experiencia es una ficción y un
hecho político de gran importancia. La liberación se basa en la construcción de
la conciencia, de la comprensión imaginativa de la opresión y, también, de lo
posible. El cyborg A.S es materia de ficción y experiencia viva simbólica que cambia, que transforma, lo que importa es
la experiencia cero en la revelación del ser en el siglo XXI.
Se trata de una lucha a muerte, pero las fronteras entre ciencia ficción y
realidad social son una ilusión óptica.
La ciencia ficción contemporánea está llena de cyborgs
-criaturas que son simultáneamente animal y máquina, que viven en mundos
ambiguamente naturales y artificiales.
La medicina moderna está asimismo llena de cyborgs, de acoplamientos entre
organismo y máquina, cada uno de ellos concebido como un objeto codificado, en
una intimidad y con un poder que no existían en la historia de la sexualidad.
El ’sexo’ del cyborg restaura algo del hermoso barroquismo reproductor de los heléchos
e invertebrados (magníficos profilácticos orgánicos contra la
heterosexualidad). Su reproducción orgánica no precisa acoplamiento. La
producción moderna parece un sueño laboral de colonización de cyborgs que
presta visos idílicos a la pesadilla del taylorismo. La guerra moderna es una
orgía del cyborg codificada mediante las siglas C3! -el comando de control de
comunicaciones del servicio de inteligencia-, un asunto de 84 billones de
dólares dentro del presupuesto norteamericano de 1984. Estoy argumentando en
favor del cyborg como una ficción que abarca nuestra realidad social y corporal
y como un recurso imaginativo sugerente de acoplamientos aparentemente muy fructíferos, pero cuyo
precio es el final de la agonía del espíritu. La biopolítica de Michel Foucault
es una flaccida premonición de la política del cyborg, un campo muy abierto
pero sin sentido.
A finales del siglo XX -nuestra era, un tiempo mítico-, todos somos quimeras,
híbridos teorizados y fabricados de máquina y organismo; en unas palabras,
somos cyborgs. Ésta es nuestra ontología, pensada y realizada desde el no ser,
la que nos otorga nuestra política. Es una imagen condensada de imaginación y
realidad material, centros ambos que, unidos, estructuran cualquier posibilidad
de transformación histórica. Según las tradiciones de la ciencia y de la
política ‘occidentales’ -tradiciones de un capitalismo racista y dominado por
lo masculino, de progreso, de apropiación de la naturaleza como un recurso para
las producciones de la cultura, de reproducción de uno mismo a partir de las
reflexiones del otro-, la relación entre máquina y organismo ha sido de guerra
fronteriza. En tal conflicto estaban en litigio los territorios de la
producción, de la reproducción y de la imaginación. El presente trabajo es un
clamor en la confusión de las fronteras y a la responsabilidad en su
construcción. Es también un esfuerzo para contribuir a la cultura y a la teoría
complementaria de una manera divergente, espiritual, y dentro de la tradición
utópica de imaginar un mundo en comunión circular, con génesis y, fin. La encamación del cyborg - situada dentro
de la historia de la salvación- existe en un calendario simbólico que tratara
de poner término a las terribles divisiones genéricas en una utopía simbiótica
oral o en un apocalipsis apostata de
redención. En Lacklein, un manuscrito inédito sobre Jacques Lacan, Melanie
Klein y la cultura nuclear, Zoé Sofoulis dice que los monstruos más terribles y,
quizás, desde nuestro punto de vista más peligrosos en mundos de cyborgs se encuentran encarnados en
narrativas no edípicas con una lógica distinta de la represión, que necesitamos
entender para poder reaccionar.
El cyborg es una criatura en un mundo post genérico. No tiene relaciones con la
bisexualidad, ni con la simbiosis preedípica, ni con el trabajo no alienado u
otras seducciones propias de la totalidad orgánica, mediante una apropiación
final de todos los poderes de las partes en favor de una unidad mayor. En un
sentido, no existe una historia del origen del cyborg según la concepción
occidental, lo cual resulta ser una ironía ‘final‘, puesto que es también el
terrible telos apocalíptico de las cada vez mayores dominaciones, por parte de
occidente, del individuo abstracto. Es, para terminar, un ser no atado a
ninguna dependencia, un hombre en el espacio. Según el sentido humanístico
occidental, una historia que trate del origen depende del mito de la unidad
original, de la plenitud, bienaventuranza y terror, representados por la madre
fálica de la que todos los humanos deben separarse.
Las tareas del desarrollo individual y de la historia son los poderosos mitos
gemelos inscritos para nosotros con fuerza inusitada en el psicoanálisis y en
el marxismo. Hilary Klein ha argüido que tanto el uno como el otro, a través de
sus conceptos del trabajo, de la individuación y de la formación genérica,
dependen del argumento de la unidad original, a partir de la cual debe
producirse la diferenciación, para, desde ahí, enzarzarse en un drama cada vez
mayor de dominación de la mujer y de la naturaleza. El cyborg elude el paso de
la unidad original, de identificación con la naturaleza en el sentido
occidental. Se trata de una promesa ilegítima que puede conducir a la
subversión de su teleología en forma de guerra de las galaxias.
El cyborg se sitúa decididamente del lado de la parcialidad, de la ironía, de
la intimidad y de la perversidad. Es opositivo, utópico y en ninguna manera
inocente. Al no estar estructurado por la polaridad de lo público y lo privado,
define una polis tecnológica basada parcialmente en una revolución de las
relaciones sociales en el oikos, la célula familiar. La naturaleza y la cultura
son remodeladas y la primera ya no puede ser un recurso dispuesto a ser
apropiado e incorporado por la segunda. La relación para formar torios con
partes, incluidas las relacionadas con la polaridad y con la dominación
jerárquica, son primordiales en el mundo del cyborg. A la inversa de
Frankenstein, el cyborg no espera que su padre lo salve con un arreglo del
jardín (del Edén), es decir, mediante la fabricación de una pareja
heterosexual, mediante su acabado en una totalidad, en una ciudad y en un
cosmos. El cyborg no sueña con una comunidad que siga el modelo de la familia
orgánica aunque sin proyecto edípico. El cyborg no reconocería el Jardín del
Edén, no está hecho de barro y no puede soñar con volver a convertirse en
polvo. Quizás sea por eso por lo que yo quisiera ver si el cyborg es capaz de
subvertir el apocalipsis de volver al polvo nuclear impulsado por la compulsión
maniaca de nombrar al Enemigo. Los cyborgs no son irreverentes, no recuerdan el
cosmos, desconfían del holismo, pero necesitan conectar: parecen tener un
sentido natural de la asociación en frentes para la acción política, aunque sin
partidos de vanguardia. Su problema principal, por supuesto, es que son los
hijos ilegítimos del militarismo y del capitalismo patriarcal, por no mencionar
el socialismo de estado. Pero los bastardos son a menudo infieles a sus
orígenes. Sus padres, después de todo, no son esenciales.
Volveré a la ciencia ficción de los cyborgs al final de este
trabajo. Ahora, quisiera señalar tres rupturas limítrofes cruciales que hacen
posible el siguiente análisis de política ficción (ciencia política). A finales
de este siglo en la cultura científica de los Estados Unidos, la frontera entre
lo humano y lo animal tiene bastantes brechas. Las últimas playas vírgenes de
la unicidad han sido polucionadas, cuando no convertidas en parques de
atracciones. Ni el lenguaje, ni el uso de herramientas, ni el comportamiento
social, ni los acontecimientos mentales logran establecer la separación entre
lo humano y lo animal de manera convincente. Mucha gente ya no siente la
necesidad de tal separación. Más aun, bastantes ramas de la cultura feminista
afirman el placer de conectar lo humano con otras criaturas vivientes. Los
movimientos de defensa de los derechos de los animales no son negaciones
irracionales de la unicidad humana, sino un reconocimiento claro de la conexión
a través de la desacreditada ruptura entre la naturaleza y la cultura.
Durante los dos últimos siglos, la biología y la teoría evolucionista han
producido simultáneamente organismos modernos como objetos de conocimiento y
reducido la línea que separa a los humanos de los animales a un débil trazo
dibujado de nuevo en la lucha ideológica de las disputas profesionales entre la
vida y la ciencia social. Dentro de este contexto, la enseñanza del
creacionismo cristiano debería ser considerada como posibilidad subversiva como
una forma de alteración de sistemas.
La ideología determinista biológica es sólo una posición abierta en la cultura
científica para defender los significados de la animalidad humana. Las gentes
con ideas políticas radicales tienen mucho campo disponible ante ellas para
contestar los significados de la ruptura de fronteras.(1) El cyborg aparece
mitificado precisamente donde la frontera entre lo animal y lo humano es
transgredida. Lejos de señalar una separación de los seres vivos entre ellos,
los cyborgs señalan apretados acoplamientos inquietantes y placenteros. La
bestialidad ha alcanzado un nuevo rango en este ciclo de cambios de pareja. La humanidad
se vacía y desvanece.
La segunda distinción que hace aguas es la que existe entre (organismos)
animales-humanos y máquinas. Las máquinas precibernéticas podían estar
encantadas, existía siempre en ellas el espectro del fantasma. Tal dualismo
estructuraba el diálogo entre el materialismo y el idealismo establecido por
una progenie dialéctica, llamada espíritu o historia, según gustos. Pero,
básicamente, las máquinas no poseían movimiento por sí mismas, no decidían, no
eran autónomas. No podían lograr el sueño humano, sino sólo imitarlo. No eran
un hombre, un autor de sí mismo, sino una caricatura de ese sueño reproductor
masculinista. Pensar lo contrario era algo paranoico. Ahora, ya no estamos tan
seguros. Las máquinas de este fin de siglo han convertido en algo ambiguo la
diferencia entre lo natural y lo artificial, entre el cuerpo y la mente, entre
el desarrollo personal y el planeado desde el exterior y otras muchas
distinciones que solían aplicarse a los organismos y a las máquinas. Las
nuestras están inquietantemente vivas y, nosotros, aterradoramente inertes.
La determinación tecnológica es sólo un espacio ideológico abierto para los
replanteamientos de las máquinas y de los organismos como textos codificados, a
través de los cuales nos adentramos en el juego de escribir y leer el mundo.(2)
La ‘textualización‘ de todo en la teoría postestructuralista y postmodernista
ha sido condenada por marxistas y feministas socialistas a causa de su
desprecio utópico por las relaciones vivas de dominación que se esconde en el
‘juego‘ de la lectura arbitraria.(3) Es verdad que las estrategias
postmodernistas, al igual que el mito del cyborg, subvierten miríadas de
totalidades orgánicas (por ejemplo, el poema, la cultura primitiva, el
organismo biológico), en unas palabras, que la certeza de lo que cuenta como
naturaleza -una fuente de introspección y una promesa de inocencia- se halla
socavada, ya probablemente sin remedio. La autorización trascendente de
interpretación se ha perdido y, con ella, la base ontológica de la
epistemología ‘occidental’. Pero la alternativa es la fe, es decir, una versión de la Fe Simbólicamente encarnada, ir más allá de
los informes del determinismo tecnológico que muestran la destrucción del
‘hombre’por la ‘máquina’ o la ‘acción política significativa’ a través del
‘texto‘. Lo que vayan a ser los cyborgs es una interrogación radical. Las respuesta
debe ser radical también es un asunto de vida o muerte. Tanto los chimpancés
como los artefactos poseen su propia política. ¿Por qué no nosotros? Que intentamos
revelar el espíritu desde su no ser (de Waal 1982, Winner 1980).
La tercera distinción se desprende de la segunda: los límites entre lo físico y
lo no físico son muy imprecisos para nosotros. Los libros populares de física
sobre las consecuencias de la teoría cuántica y el principio de indeterminación
son una especie de equivalente científico popular de las novelas de Arlequín(4)
en tanto que señal de un cambio radical en la heterosexualidad blanca en los
Estados Unidos: se equivocan, pero tratan del asunto clave. Las máquinas
modernas son la quintaesencia de los aparatos microelectrónicos: están en todas
partes, pero son invisibles. La maquinaria moderna es un advenedizo dios
irreverente que se burla de la ubicuidad y de la espiritualidad del Padre.
Más el hijo Está en
el no ser y su Espíritu Santo se mueve en la naturaleza es el catalizador de
todas las relaciones de lo natural que no llegan a ser en sí y que se expresan
en nuestra conciencia desde el mayor clamor, clamor que hemos ahogado, desde una
teología patriarcal Tomista Aristotélica, y que hoy estamos llamados a gritar. Si queremos hacer frente al azar tecnológico.
El chip(5) de silicona es una superficie para escribir, está diseñado a una
escala molecular sólo perturbada por el ruido atómico, la interferencia final
de las partituras nucleares. La escritura, el poder y la tecnología son viejos
compañeros de viaje en las historias occidentales del origen de la
civilización, pero la miniaturización ha cambiado nuestra experiencia del
mecanismo. La miniaturización se ha convertido en algo relacionado con el
poder: lo pequeño es más peligroso que maravilloso, como sucede con los misiles.
Comparemos los aparatos de televisión de los años 50 o las cámaras fotográficas
de los 70 con las pantallas televisivas que se atan a la muñeca a la manera de
un reloj o con las manejables videocámaras actuales. Nuestras mejores máquinas
están hechas de rayos de sol, son ligeras y limpias, porque no son más que
señales, ondas electromagnéticas, una sección de un espectro, son eminentemente
portátiles, móviles -algo que produce un inmenso dolor humano en Detroit o en
Singapur. La gente, a la vez material y opaca, dista mucho de ser tan fluida.
Los cyborgs son éter, quintaesencia.
Nuestra espiritualidad debe ser libertad total, abierta, en
el biotejido vital de la naturaleza llenada de gracia, solo la Zaratrusta Cristiana, la Matria puede ser
la quintaesencia complementaria del ser humano, solo ella puede tomar la revelación
de la hembra de Cristo, y ser materialidad mística moderna y reinar en el caos.
La ubicuidad y la invisibilidad de los cyborgs son la causa
de que estas máquinas sean tan mortíferas. Políticamente son tan difíciles de
ver como materialmente. Están relacionadas con la conciencia -o con su
simulación.(6) Son significantes flotantes que se desplazan en camiones a
través de Europa, bloqueados más efectivamente por las brujerías de las
desplazadas y poco naturales mujeres Greenham -que leen los hilos de araña del
poder inherentes al cyborg-, que por el trabajo militante de las viejas
políticas masculinas, cuyos votantes naturales necesitan puestos de trabajo
relacionados con el armamento.
En última instancia, la ciencia ‘más dura‘ trata del reino de la mayor confusión
de fronteras, el reino de los puros números, del puro espíritu: C3-1, es decir,
la criptografía y el mantenimiento de secretos poderosos. Las nuevas máquinas
son limpias y ligeras, y sus artífices, devotos del sol que están llevando a
cabo una revolución científica asociada con el sueño nocturno de la sociedad
post industrial. Las enfermedades evocadas por estas limpias máquinas ‘no son
más‘ que los minúsculos cambios en el código de un antígeno en el sistema
inmunitario, ‘no más’ que la experiencia del estrés. Los ágiles dedos de las
mujeres ‘orientales’, la vieja fascinación de las muchachas victorianas
anglosajonas por las casitas de muñecas y la atención forzada de las mujeres
hacia lo pequeño toman una nueva dimensión en este mundo. Pudiera ser que
apareciese una Alicia cyborg que tuviera en cuenta estas nuevas dimensiones y
que, irónicamente, no fuese otra que la poco natural mujer cyborg que fabrica
chips en Asia y que practica el baile en espiral(7) en la cárcel de Santa Rita,
cuyas unidades construidas darán lugar a eficaces estrategias de
deshumanizacion.
Por eso se hace tan necesaria, la carnicializacion del espíritu,
que este se haga pierna, mano, seno, caca, es decir que su impureza, sea la
flor del renacimiento metafísico del hombre, ya que él mundo del puro espíritu esta configurado hoy por el
cyborg, ese necesario parir a la Alicia corporal, que puede entrar otra vez al
hueco en el árbol para ser penetrada por la raíz de la vida, en su esencia
divina.
Así, el mito del cyborg trata de fronteras transgredidas, de fusiones poderosas
y de posibilidades peligrosas que gentes progresistas pueden explorar cómo
parte de su trabajo político. La mayoría de los socialistas norteamericanos y
de las feministas ven profundos dualismos entre mente y cuerpo, animal y
máquina, idealismo y materialismo en las prácticas sociales, formulaciones
simbólicas y artefactos físicos asociados con la ‘alta tecnología’ y con la
cultura científica. Desde One-Dimensional Man (El hombre unidimensional,
Marcuse, 1964) hasta The Death of Nature (La muerte de la naturaleza, Merchant,
1980), los recursos analíticos desarrollados por progresistas han insistido en
el necesario dominio de las técnicas y han hecho hincapié en un imaginado
cuerpo orgánico que integre nuestra resistencia. La necesidad de unidad de la
gente que trata de resistir la intensificación universal del dominio no ha sido
nunca tan aguda como ahora. Pero una desviación l perversa se ha generado en la perspectiva de luchar
mejor por significados, así como por otras formas de poder y de placer en las
sociedades tecnológicas.
Desde nuestra perspectiva, un mundo de cyborgs es la última imposición de un
sistema de control en el planeta, la última de las abstracciones inherentes a
un apocalipsis de Guerra de Galaxias emprendida en nombre de la defensa
nacional, la apropiación final de los cuerpos de las mujeres en una
masculinista orgía de guerra (Sofía, 1984). Desde la otra perspectiva que se ha
generado, un mundo así podría tratar de realidades sociales y corporales
vividas en las que la gente no tiene miedo de su parentesco con animales y
máquinas ni de identidades permanentemente parciales ni de puntos de vista
contradictorios. La lucha política consiste en ver desde una dialéctica complementaria al Ser, entendiendo
la contradicción y la diferencia es muy importante no perderla ya que el
peligro seria caer en el acoplamiento cyborg post humano, pero por otro
lado luchando por una complementariedad
que logra la comunión del ser, es decir de toda la cultura humana espiritual mística,
dos perspectivas a la vez, ya que cada una de ellas revela al mismo tiempo
tanto las dominaciones como las posibilidades inimaginables de integración,
pero claro desde otro lugar estratégico. No desde la palabra como logos
abstracto conceptual, sino desde la palabra encarnada, hecha símbolo religioso,
estetico , social y político. La visión única produce peores ilusiones que la
doble o que monstruos de muchas cabezas. Las unidades ciborgánicas son
monstruosas e ilegítimas. En nuestras presentes circunstancias políticas,
difícilmente podríamos esperar mitos más poderosos que la realización del mito cristiano desde su
propia negación, para lograr la reconciliación del Ser.
Imaginar al LAG -Livennore Action Group- como una especie de sociedad cyborg
dedicada a convertir de manera realista los laboratorios que encarnan y vomitan
con más ímpetu las herramientas del apocalipsis tecnológico, dedicadas a
construir una forma política que trate de mantener juntos a brujas, ingenieros,
ancianos, perversos, cristianos, madres y leninistas durante el tiempo
necesario para desarmar al estado.
Fisión Imposible es el nombre del grupo afín en mi pueblo (Afinidad: relación
no por lazos de sangre, sino por elección, atracción de un grupo químico
nuclear por otro, avidez.)(8)
Identidades fracturadas
Se ha convertido en algo difícil calificar el feminismo de cada una añadiendo
un solo adjetivo o, incluso, insistir en cualquier circunstancia sobre el
nombre. La conciencia de exclusión debida a la denominación es grande. Las
identidades parecen contradictorias, parciales y estratégicas. El género, la
raza y la clase, con el reconocimiento de sus constituciones histórica y social
ganado tras largas luchas, no bastan por sí solos para proveer la base de
creencia en la unidad ‘esencial’. No existe nada en el hecho de ser ‘mujer’ que
una de manera natural a las mujeres. No existe incluso el estado de ’ser’ mujer,
que, en sí mismo, es una categoría enormemente compleja construida dentro de
contestados discursos científicosexuales y de otras prácticas sociales. La
conciencia de género, raza o clase es un logro forzado en nosotras por la
terrible experiencia histórica de las realidades sociales contradictorias del
patriarcado, del colonialismo y del capitalismo. Y, ¿quién cuenta como
‘nosotras’ en mi propia retórica? ¿Qué identidades están disponibles para poner
las bases de ese poderoso mito político llamado ‘nosotras’? ¿Qué podría motivar
nuestra afiliación a tal colectividad? La dolorosa fragmentación existente
entre las feministas (por no mencionar la que hay entre las mujeres) en todos
los aspectos posibles ha convertido el concepto de mujer en algo esquivo, en
una excusa para la matriz de la dominación de las mujeres entre ellas mismas.
Para mí -y para muchas que comparten una localización histórica similar dentro
de cuerpos blancos, profesionales, de clase media, femeninos, radicales, latinoamericanos y de mediana edad- las
fuentes de crisis en la identidad política hacen legión. La historia reciente
de gran parte de la izquierda y del feminismo ha sido una respuesta a esta crisis
consistente en divisiones sin fin y en búsquedas de una nueva y esencial
unidad. Pero, también, ha habido un creciente reconocimiento de otra respuesta
a través de la coalición -afinidad- y no ya de la identidad. Y este es el
problema hasta que no nos reconozcamos en un nosotras será el cyborg el que
terminara diluyéndonos, seamos pues la sangre viva de Cristo, he aquí un
nosotras radical capaz de gestar el biotejido que se liberara de la red de la
araña ciborg(9)
Chela Sandoval (s.f., 1984), a partir de una consideración de los momentos
históricos específicos en la formación de la nueva voz política llamada mujer
de color, ha teorizado un modelo de identidad política llamado ‘conciencia
opositiva’, nacido de las capacidades para leer hilos de araña de poder que
tienen aquellos a quienes se les rehúsa una pertenencia estable en las
categorías sociales de raza, sexo o clase. ‘Mujeres de color‘ -un nombre
contestado en sus orígenes por aquellas que serían incorporadas en él, así como
una conciencia histórica para realizar la ruptura sistemática de todos los
signos masculinos en las tradiciones ‘occidentales‘- construye una especie de
identidad postmodernista a partir de la otredad, de la diferencia y de la
especificidad. Esta identidad postmodernista es totalmente política, a pesar de
lo que pueda decirse de cualquier otro postmodemismo. La conciencia opositiva
de Sandoval trata de lugares contradictorios y de calendarios heterocrónicos,
no de relativismos o pluralismos.
Nosotros y nosotras tenemos que ir más allá, el rescate de la
contradicción dialéctica es muy importante para salir de las identidades
plurales fragmentarias y empezar hacer que las pluralidades dialoguen, pero
ellas deben de afrontar la crisis inmensa del agon en su búsqueda por ser, en
su misión de complementación en la que ninguna de estas individualidades sea socavada
y al mismo tiempo logre su religación con las otras en una unidad biotejida en
cuerpo alma y espíritu que no es otra cosa el espíritu que la inclusión de las
otras dos.
Sandoval pone el énfasis en la falta de cualquier criterio esencial para
identificar quién es una mujer de color. Señala que la definición de este grupo
ha consistido en la apropiación consciente de la negación. Por ejemplo, una
chicana(10) o una mujer norteamericana negra no han podido nunca hablar en
tanto que mujer o que persona negra o como pertenecientes al grupo chicano.
Por lo tanto, estaban en la parte más baja de la cascada de identidades
negativas, dejadas fuera incluso por las privilegiadas categorías autoriales de
oprimidos llamados ‘mujeres y negros‘ que reclamaban importantes revoluciones.
La categoría ‘mujer‘ negaba a todas las mujeres no blancas; ‘lo negro‘ negaba a
toda gente no negra, así como a las mujeres negras. Pero tampoco había un
‘ella’, una singularidad, sino un mar de diferencias entre las norteamericanas
que han afirmado su identidad histórica como mujeres norteamericanas de color.
Esta identidad marca un espacio autoconcientemente construido que no puede
afirmar la capacidad de actuar sobre la base de la identificación natural, sino
sobre la de coalición consciente de afinidad, de parentesco político.(11) Al
contrario de las ‘mujeres‘ de algunas corrientes del movimiento feminista de
los Estados Unidos, no existe naturalización de la matriz, o al menos eso es lo
que Sandoval sugiere que es únicamente obtenible a través del poder de la
conciencia opositiva.
Los argumentos de Sandoval deben ser tomados como una poderosa formulación para
las feministas fuera del desarrollo universal del discurso anticolonialista, es
decir, el discurso que disuelve a ‘occidente’ y su más alto producto, el que no
es animal, bárbaro o mujer: el Hombre, es decir, el autor de un cosmos llamado
Historia. Mientras lo oriental es deconstruido política y semióticamente, las
identidades de occidente se desestabilizan, incluidas las de las feministas.(12)
Sandoval defiende que la ‘mujer de color’ no tiene posibilidades de construir
una unidad eficaz que no sea la réplica de los sujetos revolucionarios
imperializantes, totalizantes de anteriores marxistas y feministas, que no
afrontaron las consecuencias de la desordenada polifonía salida de la
descolonización.
Katie King ha puesto énfasis en los límites de identificación y en los
mecanismos político/poéticos de identificación construidos en el interior de la
lectura del ‘poema’, ese núcleo generativo del feminismo cultural. King critica
la persistente tendencia, entre las feministas contemporáneas de diferentes
‘momentos‘ o ‘conversaciones‘ en la práctica feminista, a taxonomizar el
movimiento femenino para hacer que las propias tendencias políticas parezcan
ser el telas del todo. Estas taxonomías tienden a rehacer la historia feminista
para que ésta semeje una lucha ideológica entre tipos coherentes que persisten
a través del tiempo, especialmente esas típicas unidades llamadas feminismo
radical, liberal y socialista. Literalmente, todos los otros feminismos son ya
incorporados, ya marginalizados, normalmente mediante la construcción de una
ontología explícita y una epistemología.(13) Las taxonomías del feminismo
producen epistemologías para fiscalizar la desviación de la experiencia
femenina oficial. Y, por supuesto, la ‘cultura femenina’ -al igual que sucede
con las mujeres de color- es conscientemente creada por mecanismos que inducen
afinidad. Los rituales de poesía, de música y de ciertas formas de práctica
académica han sido prominentes. Las políticas de raza y de cultura en el
movimiento femenino de los Estados Unidos están íntimamente entrelazadas.
El logro común de King y de Sandoval es haber aprendido cómo fabricar una
unidad político/poética sin basarse en una lógica de apropiación, de
incorporación ni de identificación taxonómica.
Irónicamente, las luchas teórica y práctica contra la unidad-a-través-de-la-
dominación o contra la unidad-a-través-de-la-incorporación, no sólo socavan las
justificaciones en favor del patriarcado, del colonialismo, del humanismo, del
positivismo, del esencialismo, del cientifismo y de otros ismos que no echamos
de menos, sino todas las exigencias de una posición orgánica o natural.
Pienso que los feminismos radicales socialistomarxistas han socavado también
sus/nuestras propias estrategias epistemológicas y que esto es un paso muy
válido para poder imaginar posibles unidades. Resta por saber si todas las
‘epistemologías‘, tal como los occidentales las han conocido, nos fallan en la
tarea de construir afinidades eficaces.
Es importante señalar que los esfuerzos para construir posiciones
revolucionarias, epistemologías como logros de gente dedicada a cambiar el
mundo, han formado parte del proceso que muestra los límites de la
identificación. Las ácidas herramientas de la teoría postmodernista y las
constructivas herramientas del discurso ontológico sobre los asuntos
revolucionarios pueden ser vistas como aliados irónicos para disolver los entes
occidentales con el fin de sobrevivir. Somos extraordinariamente conscientes de
lo que significa tener un cuerpo históricamente constituido. Pero la pérdida de
la inocencia en nuestro origen está
acompañada de expulsión del Jardín del Paraíso. Nuestra política debe estar
cargada de indulgencia así como del
deseo de la recuperación de la inocencia. Pero, ¿cuál será el aspecto de otro
mito político para el comunismo complementario? ¿Qué clase de política podría
abrazar construcciones parciales, contradictorias, permanentemente abiertas de
entes personales y colectivos, permitiendo al mismo tiempo la complementariedad
de todas ellas?
No conozco otro momento de la historia en que hubiese más necesidad de unidad
política para afrontar con eficacia la dominación del cyborg que se quiere
articular en los movimientos feministas como proceso de liberación . Tampoco sé
de otro tiempo en que la clase de unidad que podríamos ayudar a construir
pudiera haber sido posible. Ninguna de ‘nosotras’ tiene ya la capacidad
simbólica o material para dictar la forma de realidad a cualquiera de ‘ellas’.
O, al menos, ‘nosotras’ no podemos argüir inocencia para practicar tales
dominaciones. Las mujeres blancas, incluyendo a las cristianas, descubrieron
(es decir, fueron forzadas a darse cuenta a patadas y gritando) la no inocencia
de la categoría ‘mujer’. Esta conciencia cambia la geografía de todas las
categorías anteriores, las desnaturaliza de igual manera que el calor
desnaturaliza una frágil proteína. Las feministas del cyborg dicen:
no queremos ser más matriz natural de unidad y que ninguna
construcción es total. La inocencia, y la subsecuente insistencia en la
victimización como única base de introspección han hecho ya bastante daño.
Pero el sujeto revolucionario complementario revelado no debe
dar reposo a la gente de este siglo. En la lucha por las identidades
y en las estrategias reflexivas para construirlas, se abre la posibilidad de
tejer algo más que un manto para el día después del apocalipsis que tan
proféticamente termina la historia de la salvación.
Podemos retomar la lucha por la unidad, desde la más
absoluta negación de esta, podemos mirar nuestras manos ensangrentadas y saber
que somos parte de la dominación, y que más que victimas somos victimarias y
pasar a sacarnos la mierda entre nosotras mismas y nosotros mismos, hasta que
el agon cese y los corazones ya exhaustuos beban del aliento de los demás, el
último respiro puede ser, el de Dios mujer en nosotros y si así es la humanidad
complementada habrá resucitado.
Tanto los feminismos marxista socialista como radical han naturalizado y
desnaturalizado de manera simultánea la categoría ‘mujer’ y la conciencia de
las vidas sociales de las ‘mujeres’. Quizás una caricatura esquemática pueda
resaltar ambas acciones. El socialismo marxiano se encuentra enraizado en un
análisis del trabajo remunerado que revela una estructura de clase. La
consecuencia de la relación de salario es una alienación sistemática, puesto
que el trabajador (sic) se encuentra disociado del producto de su trabajo. La
abstracción y la ilusión regulan el conocimiento y, la dominación, la práctica.
El trabajo es la categoría eminentemente privilegiada que permite al marxista
sobreponerse a la ilusión y encontrar ese punto de vista necesario para cambiar
el mundo. El trabajo es la actividad humanizadora que marca al hombre, una
categoría ontológica que permite el conocimiento de un sujeto y, de ahí, el
conocimiento de la subyugación y de la dominación.
Como buen hijo, el feminismo socialista avanzó aliándose con las estrategias
básicas del marxismo. El primer logro de los feminismos marxistas y socialistas
fue expandir la categoría de trabajo para acomodar lo que algunas mujeres
hacían, incluso si la relación salarial estaba subordinada a una visión más
comprensiva del trabajo bajo el patriarcado capitalista. Particularmente, el
trabajo de las mujeres en el hogar y la actividad femenina como madres (es
decir, la reproducción en el sentido feminista socialista) se adentró en la
teoría con la autoridad de la analogía con el concepto marxiano de trabajo. La
unidad de las mujeres se sustenta aquí en una epistemología basada en la
estructura ontológica del ‘trabajo’. El feminismo marxista socialista no
‘naturaliza’ la unidad, sino que es un logro posible basado en una posibe
posición enraizada en las relaciones sociales. El acto esencializador se
encuentra en la estructura ontológica del trabajo o de su análogo, la actividad
femenina.(15) La herencia del humanismo marxiano, con su ser eminentemente occidental,
es lo que me resulta difícil. La contribución de estas fórmulas ha sido el
énfasis puesto en la responsabilidad diaria de las mujeres para construir
unidades, más que naturalizarlas.
Y es que sin un pensar la espiritualidad, es imposible la naturalización
de cualquier hecho cultural, pero por otro lado los cristianos, miran también la
materialidad sin ninguna posibilidad espiritual y en eso se encuentran con los
marxistas, es necesario darle la vuelta a esta mirada y entender, que la
naturaleza es espíritu, si bien no realizado, en ella está Dios y su realización
solo es posible en la humanidad, que posee el alma racional, solo en ella la
naturaleza material, el alma y el espíritu se integran y revelan el ser y
entonces la ontología no puede estar basado en el hecho del trabajo de lo
material como tampoco basada en el hecho de la conciencia, ni en la voluntad
vital, pero al mismo tiempo no puede dejar estas de lado porque solo integradas revelan al ser.
La versión de Camerino MacKinnnon (1982,1987) del feminismo radical es, en sí
misma, una caricatura de las tendencias apropiatorias, incorporizantes y
totalizadoras de las teorías occidentales de la acción en busca de identidad.(16)
Fáctica y políticamente, es falso asimilar a la versión de MacKinnon todos los
diversos ‘momentos’ o ‘conversaciones’ en las políticas femeninas recientes
llamadas feminismo radical. Pero la lógica teleológica de su teoría muestra
cómo una epistemología y una ontología -incluidas sus negaciones- borran la
diferencia política. La reescritura de la historia del campo polimorfo llamado
feminismo radical es sólo uno de los efectos de la teoría de MacKinnon. El
efecto mayor es la producción de una teoría de la experiencia, de la identidad
de las mujeres, que resulta ser una especie de apocalipsis desde cualquier
punto de vista revolucionario. Es decir, la totalización construida dentro de
este cuento de feminismo radical logra su fin -la unidad de las mujeres-
implantando la experiencia de un testimonio hacia un no-ser radical. En cuanto
a las feministas socialistomarxistas, la conciencia es un logro, no un hecho
natural. Y la teoría de MacKinnon elimina algunas dificultades construidas
dentro de los sujetos humanistas revolucionarios, pero al costo de un
reduccionismo radical.
MacKinnon dice que el feminismo adoptaba necesariamente una estrategia
analítica diferente del marxismo, contemplando primero no la estructura de
clase, sino la de sexo/género y su relación generativa, la constitución de los
hombres y la apropiación sexual de las mujeres. Irónicamente, la ‘ontología’ de
MacKinnon construye un no-sujeto, un no-ser. El deseo de otro, no el trabajo
del yo, es el origen de la ‘mujer’. Por consiguiente, desarrolla una teoría de
la conciencia que pone en vigor lo que cuenta como experiencia de las ‘mujeres’:
cualquier cosa que nombre la violación sexual, más aun, la propia sexualidad
por lo que respecta a las ‘mujeres’. La práctica feminista es la construcción
de esta forma de conciencia, es decir, el conocimiento propio es un
yo-que-no-es.
Es desde este yo que no es, desde el que debemos de actuar,
entendiendo que en este yo que no es esta tanto el hombre como la mujer,
entendido ahora desde una perspectiva teológica, y es que ante Dios no somos,
el problema es que la cultura, se ha escrito desde la mente del varón, en el
que el creer que es, y se da así mismo el ser, pero no, la historia del hombre
se debe de vivir desde la mas profunda angustia que es lo verdaderamente
humano, desde la incertidumbre del no ser, a las mujeres nos mandaron a este
abismo y el hombre se quedó con el logos racional, es hora de invitarlo al
hombre a un paseo por su sombra, para que se reconozca tal como “es” es decir que
reconozca que no es, pero esto no implica abandonar y olvidar la primera
posibilidad del ser en el pensar, que platónicamente puede llegar hasta salir a
dar un vistazo fuera de la caverna, no reconozcamos el primer ser y vayamos
todas las mujeres a visitar este primer ser, reconozcamos el logos en la mente
del varón y que se haga también en nuestra mente, pero vayamos aún más allá y
demos el paso del ser al no ser para ser, logremos morir para renacer, morir
tanto al logos en la mente como al logos en el cuerpo, para renacer al logos en
el espíritu, que es la unión de mente y cuerpo más la voluntad en perfecta comunión
de amor.
En otro contexto, la teórica búlgaro-francesa Julia Kristeva proclamaba que las
mujeres aparecían como un grupo histórico después de la segunda guerra mundial,
junto con otros grupos, como la juventud. Sus fechas son dudosas, pero ahora
estamos acostumbradas a recordar que como objetos del conocimiento y como
actores históricos, la ‘raza’ no existió siempre, la ‘clase’ tiene una génesis
histórica y los ‘homosexuales’ son bastante nuevos. No es accidental que el
sistema simbólico de la familia del hombre -y, por lo tanto, de la esencia de
la mujer- se rompa en el mismo momento en que las redes que conectan a los
seres humanos en nuestro planeta son múltiples, cargadas y complejas. El
‘capitalismo avanzado’ es inadecuado para transportar la estructura de este
momento histórico. En sentido , el fin del hombre está en juego. No es
accidental que la mujer se desintegre en mujeres de nuestro tiempo. Quizás las
feministas socialistas no eran substancialmente culpables de producir la teoría
esencialista que suprimió la particularidad femenina y los intereses
contradictorios. Creo que nosotras lo hemos sido, al menos a causa de nuestra
participación irreflexiva en la lógica, en los lenguajes y en las prácticas del
humanismo blanco y mediante la búsqueda de un terreno de dominación para
asegurarnos nuestra voz revolucionaria. Ahora tenemos menos excusas, pero a través
de la conciencia de nuestros fracasos, corremos el riesgo de caer en
diferencias ilimitadas y de ceder ante la confusa tarea de hacer conexiones
parciales, pero reales. Algunas diferencias son agradables, otras son polos de
sistemas mundiales históricos de dominación. La ‘epistemología divergente’
trata de conocer la diferencia y nos habla de oriente y occidente, un occidente
en la búsqueda del ser y un oriente en la búsqueda del no ser pero en ambos
casos para ser. Toca la unión de estos dos conocimientos, toca el manejo de sus
técnicas místicas para lograr la realización del ser.
La informática de la dominación
En esta búsqueda de una posición epistemológica y política, quisiera bosquejar
un cuadro de posible unidad, sacado de los principios del comunismo
complementario. El marco para mi bosquejo está fijado por la extensión y por la
importancia de los reajustes en las relaciones sociales, a nivel mundial, con
la ciencia y la tecnología. Me inclino por una política enraizada en demandas
de cambios fundamentales, en un sistema
alterador del orden mundial que reacciona en su novedad y proceso al creado por
el capitalismo industrial. Vivimos un cambio desde una sociedad orgánica en un
sistema polimorfo de información, desde el trabajo al juego, un juego mortal.
Simultáneamente materiales e ideológicas, las dicotomías pueden ser expresadas
en la siguiente lista de transiciones desde unas dominaciones no jerárquicas confortablemente nuevas que
fundamentan las aterradoras nuevas redes
que llamo la informática de la
dominación:
Representación-Encarnación
Novela burguesa, realismo-biodramaturgia
Organismo-Ser en si
Profundidad, integridad-complementariedad
Calor-Frio
Biología como práctica clínica- Biología como don espiritual
Fisiología- el logos carnalizado
Pequeño grupo- posibilidad de alteracion
Perfección- equivocidad
Eugenesia
Decadencia La montaña mágica- sabiduría, la montaña mistica
Higiene- contaminación
Microbiología, tuberculosis-angustia existencial
División orgánica del trabajo- complementariedad del trabajo
Especialización funcional-formación integral dialéctica
Reproducción Réplica exacta- Creacion-recreación
Neoimperialismo- comunidad irreconciliada
Especialización orgánica- Integración espiritual
Función sexual- Biotejido
Reproducción- encarnación
Determinismo biológico-indeterminación divina
Ecología comunitaria Ecosistema- alteración de sistemas
Cadena racial del ser- el no ser clamando
Gestión científica en casa/fábrica organización abierta de permanente alteración
Familia/mercado/fábrica Ser no ser para Ser
Salario familiar libre intercambio
Público/privado revelación
Naturaleza / Cultura eternidad
Cooperación dialéctica
Freud Jung
Sexo agua
Trabajo labor
Mente Inteligencia artificial
inteligencia espiritual simbolica
Segunda guerra mundial la guerra de los imaginarios
Patriarcado Capitalista Blanco Simulación Matriarcado Comunista Indio
teatralizacion
Ciencia ficción, postmodernismo Arte Arquetipo, modernidad complementario
Componente biótico Existencia espiritual
Superficie, lindero profundida corazon
Ruido Meta gramas
Biología como inscripción Vida como resurrección
Ingeniería de las comunicaciones Arte del biotejido
Subsistema no sistema para el sistema
Optimización perimizacion
Control de la población
Caída en desuso Future Shock recreacion
Gestión del estrés el demonio del tedio
Inmunología, SIDA peste purificadora
Ergonómica/cibernética del trabajo mayor
esfuerzo mínimo resultado
Construcción modular destrucción,
recreación
Estrategias genéticas óptimas irracionalidad estrategica
Réplicas manifestación particular de los
arquetipos
humanismo Naciones Unidas Naciones
biotejidas Matria
Inercia evolucionista, cohibiciones evolucionismo involucionismo redencion
Fábrica global/Chalet electrónico Comunion poética de la calle agora
Mujeres en el circuito integrado Matria
Valor comparable diacritica
Nacionalidad cyborg Madre estado
Campos de diferencia Campos de complementariedad
Aumento de las comunicaciones Contemplación
Lacan Pierce
Ingeniería genética Biodramaturgia
Robótica Biotejedor
Guerra de las Galaxias Guerra de los
imaginarios
Informática de la Dominación ontoteología creativa de la liberación
Esta lista sugiere varias cosas interesantes.(17) Primero, los objetos de la
columna derecha no pueden ser codificados como ‘naturales’, una comprobación
que subvierte asimismo la codificación naturalista de la columna izquierda.
Ideológica o materialmente, no es posible volver atrás. No solamente ‘dios‘ ha
muerto, sino también la ‘diosa’, o los dos han sido revivificados en los mundos
cargados de microelectrónica y de políticas biotecnológicas. En relación con
objetos tales como los componentes bióticos, una ya no deberá pensar en
términos de propiedades esenciales, sino de diseño, de dificultades limítrofes,
de tasas de movimiento, de lógicas de sistema, de costo de disminución de las
dificultades. La reproducción sexual es una más entre otras estrategias de
perpetuación, con costos y beneficios en tanto que función del sistema
ambiental.
Las ideologías de la reproducción sexual no pueden razonablemente defender las
nociones de sexo y de papel sexual como aspectos orgánicos de objetos naturales
tales como organismos y familias, pues esas opiniones serían tachadas de
irracionales e, irónicamente, veríamos a ejecutivos que leen Playboy y a
feministas radicales que luchan contra la pornografía convertidos en extraños
compañeros de cama al denunciar juntos la irracionalidad.
Pero es justamente la irracionalidad convertida en
racionalidad simbólica nuestra salida, es cierto murió Dios y es imposible
volver atrás, pero adelante Dios resucita como mujer, como poeta, es el último
bastión que tenemos para poder alterar al ciborg y biotejer entre nosotros el
reino de Dios.
Y hacer posible un siglo más la vida humana.
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DOCUMENTO DE LECTURA OBLIGATORIA
http://adagioalamor.blogspot.com/2015/03/sacra-revolucion-adagio-al-amor.html
seguundo circulo Técnicas
arte conceptual: ready made, arte conceptual linguistico, body art, fluxus, land art, instalacion, enverioment, happening, escultura social
Teatro: stanislavsky acción dramática, Brecht teatro epico Grotowoski-Barba antropologia teatral- Artaud teatro de la crueldad, teatro postmoderno, simulacro teatral
Biodramaturgia: tecnica preexpresiva- antropologia teatral, tecnica meta expresiva- meta gramas jung arquetipos. ontoteologia técnica expresiva- lenguaje semiotica integral tecnica impresiva- recreacion de experincias simbolicas
Tercer circulo Teorías
Estudio de las 5 dimensiones de los simbólico Religiosa, psicologica, estética, comunicacional, politica-social
Estudio de la ontoteologia creativa de la liberacion que es El ser, que es el no ser, que es el para ser
Estudio de la dialéctica complementaria, Heraclito, Taoismo, cosmovisión andina, misterio de la trinidad
Estudio de la epistemologia divergente, episteme cientifica, episteme filosofica, episteme, artistica, episteme religiosa.
Antropologia ontoteologica poder ser, deber ser , querer ser, voluntad de poder, Voluntad de ser.
Analisis de sistemas infraestructura, superestructura, estructura, voluntad de poder, voluntad de ser
Alteración de sistemas la subversión de toda política en busqueda de la voluntad de ser, revelando el no ser, para ser.
Guerra del imaginario-Imaginarios-conceptos, lógica-pensamiento divergente-simbolon.
Estudio de la experiencia cero y de los 7 números del biotejido.
Cuarto circulo practica
biotejido la guerra del imaginario los 4 elementos
Alteracion de los reality shows
Runa fullboll
biodramaturgia entre la cultura andina y la cultura cristiana,
Cuarto circulo El evangelio de la matria equivoca
28 de Julio 2015 Plaza San martin
Tres estaciones
Tres acciones preparatorias
fkas{ddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddfko{dfka{pdfka{pdfk{pafk{{{{{{{{{{{{{{opdf{pafaspfiapiprigjiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiirjgregjergjergergoerigjjiweripweripoeirpweopsfkjlksjfklsdfjdjfasdfisdfasdijfasdifjasdfjasdfjdifjdofjasdofjasdfjfjdLa pregunta, profundamente ideológica, de qué es lo que
cuenta como experienasdfasdfasdfasdfasdfasdfsadfdkfsdkfñlasdkfñlasdkfñlkñsdfk{ñasfkñasdfkl{ñasfklñ{asdfkasdñlfk{ñasdfkasdñfkl{ñasdlfkasñfk{ñasdfkñfkl¿Qué hacemos de nuestra encarnación?fasdfasdfasdfasdfasdfasñdkfñasdklfñasdklfñlasdkfñlsdkfñlsdkflfkasgjfpgjpfgjgjahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhsslflñdfjaslñdfjlñfjlñasdfjlñdjflñsdjflñajkflñadfjldkfjlajfkfjasdlñkfjasdlñfjlñasdfjlñasdfjlñasfjna última imagen: la política holística organísmica y de
organismos depende de las metáforas de la resurrección e, invariablemente, se
basa en los recursos del sexo reproductivo. Quisiera sugerir que los cyborgs
tienen más que ver con la regeneración y desconfían de la matriz reproductora y
de la mayoría de las natalidades. Para las salamandras la regeneración tras la
pérdida de un miembro requiere el nuevo crecimiento de la estructura y la
restauración de la función con la constante posibilidad de gemelamiento o de
cualquier otra extraña producción topográfica en el sitio de la herida. El
miembro crecido de nuevo puede ser monstruoso, duplicado, poderoso. Pero vacío sin ser, Todas
nosotras y nosotros hemos sido profundamente heridas. Necesitamos resurreción, no
regeneracion, y las posibilidades que tenemos para nuestra redención trasciende todo sueño utópico de un mundo monstruoso sin géneros.
La imaginería Del comunismo complementario puede ayudar a expresar dos argumentos cruciales en este
trabajo: primero, la producción de teorías universales equivocas y complementarias es un camino que se fija como destino la realidad , pero sobre todo la realidad en si. Segundo, aceptar responsabilidades de las relaciones entre ciencia, filosofia, arte y religion como vehiculo del ser significa recrear una metafísica complementaria, un biotejido de
las epistemes y también abrazar la difícil tarea de reconstruir los límites de
la vida diaria en conexión dialectica y complementaria con otros, en comunicación con todas
nuestras partes.Que son al fin las partes del ser en si, siendo no otra cosa que el cuerpo de Cristo. No es sólo que la ciencia, la filosofía, el arte y la religión son medios posibles
para la revelacion del ser, si no que forman una nueva matriz cultural, la matria quien gesta en ella a las madres estado , que son organizaciones que buscan en una guerra de imaginarios acabar con toda voluntad de poder, para dejar paso a la voluntad de ser, que es la voluntad de comunión y amor. Pero de hecho la matria es a la vez una matriz de complejas
dominaciones,sofisticadas mascaras que seran cada vez mas dificiles de destruir, pongamos nuestra confianza en el Ser en si mismo, en Jesucristo nuestro señor, nuestro esposo, para que no cese en su tarea purificadora y nos destruya en el aire, en la tierra, en el agua, en el fuego, para volvernos a crear en su ser con plenitud de amor y abundancia de vida, el poder se instala cuando dejamos la angustia del no ser por la revelación del ser, no perdamos nuestra angustia, esto es lo mas profundamente humano que tenemos. Se trata de una pesadilla, la imposibilidad de un lenguaje común, que al mismo tiempo respete las diferencias de todos los lenguajes pero como esto es casi imposible, luchemos no por la existencia de nuestros lenguajes sino de el lenguaje revelado en los nuestros particulares y diferentes pero a la vez complementarios. Es una imaginación de un hablar del Espíritu Santo en lenguas que llenen de miedo a los circuitos de los Cyborg de la nueva derecha y de la nueva izquierda. Significa al mismo tiempo construir destruir y revelar el Ser en los imaginarios , conceptos, y constructos de interpretación de todas las culturas e identidades.Bailemos juntos el baile de la guerra en espiral, el baile de todos los malditos, hasta la comunión de todos los santos, el coito sagrado, prefiero ser consciente de mi no ser como ser humano y sufrir mi angustia que ser un cyborg que es un no ser sin posibilidades de revelación.
!A TI CLAMAMOS DIOS DESDE EL ABISMO LOS HIJOS MALDITOS DE EVA!