Numinosa
Hija mía, la Matria
que yo profetizo tiene tu gracia,
Pero que es la
gracia sin el pavor primero
Ante la presencia
de lo absolutamente heterogéneo
Todo calla en nosotros
y por fin la carne se hace polvo.
Las primeras
representaciones del hombre son irracionales
Y para conocer a
Dios estas son las mejores,
Despierta los
ojos del espíritu, si puedes ver las llamas
Que coronan la
frente de tu padre,
Podrás ver pronto
la hermosura de tu cuerpo invisible.
Hija amada no pienses
en lo santo como lo moralmente bueno,
Tu hermana bien
sabe la naturaleza demoniaca que compartimos
Y la cantidad de energía
que podemos desplazar en el espacio
Así como el
disfrute total de nuestro poder.
Más no es del
diablo que nos lega esta bendición que en nosotros se hace maldita
Es Dios, del
diablo no puedes esperar nada
Del horror,
del terror y toda su violencia El Padre
es el gran maestro
El reto es nacer
en el hijo para que esta fuerza logre su conversión en misericordia
Amada hija yo no
lo he logrado, te toca a ti.
Aun eres tan pequeña,
pero aun así puedes paralizar el mundo
No pierdes el
toque natural de tu espíritu
La alegría de
revelar el cielo en la tierra
El tierno abrazo,
la inmensa compasión, y tus besos de niña.
Soportar el dolor
de ver crecer a tus hermano ha sido demasiado
Ver cómo se va
resquebrajando la inocencia,
Tocas esas
enormes capas de tristeza cubriendo lo que antes era felicidad
Mas haga lo que
haga no puedo protegerte
Lo que me queda
es la esperanza de saber
Que el color que
pinto tu madre adorándote nadie lo podrá borrar
Y la luz que imprimió
en ti Dios es de una sutileza tal
Que solo aquel
que haya sentido la brisa divina puede eclipsar.
Amíra Princesa
libre, solo el fénix tiene la hermosura de un pavo real
En dorado y al
mismo tiempo la fuerza de la águila para ascender en el espíritu
No temas morir ni
negarte, en ti la bendición es tan fuerte
Que una y mil
veces resucitaras.
Amada hija todo
este tiempo te he enseñado a jugar con demonios
No le tengas
miedo al infierno,
Ese es nuestro
hogar,
Aprehende a
Imprimir tu numinosidad
Para esto primero
debes de expresarla.
A expresar te
enseñara tu hermano
Es màs él puede
crear mil formas
La numinosidad aprehéndela de tu hermana
Y nunca dejes de
descansar en la gracia de tu madre.
En los momentos más
terribles ella no dejo de sonreír desde adentro
Tu madre simplemente
era indestructible, como tu mi amor, como tú.
Mi matria
numinosa.
Solo que ella no
sabía resucitar
Ese es el arte
que yo intento enseñarte
El arte del
biotejido.
Sí, eso fue lo
que mato a tu madre
La hice dormir
para siempre
La obligue a
apagar su sonrisa
Le prometí el
beso de Dios
Y aquí estamos
los dos muertos en el infinito,
Lo que me consuela
es que ella por lo menos duerme
La conciencia de
esta pesadilla la cargo yo
No intentes
entrar más en mi locura, no ahora.
Abre tus alas mi
amor, revela tu santidad,
Tú vencerás este
juego de la muerte
En el Hijo el Padre
no podrá devorarte
La ofrenda de tu
vida dará frutos espirituales.
Del mal, de la
violencia, del tedio, ya no te enseñare más
Reinaras sobre
todo eso con tu sonrisa
Lo único que me preocupa
son tus largos llantos
Y en el hecho de
no poder estar contigo para consolarte
Más tú manejaras
las puertas del infinito
Queden entonces
con nosotros todas tus lágrimas
Llora todo mi
amor, llora todo,
Las Akllas como
tú mojan y secan el mundo
Según Dios mande.
Y en ti mi amor
tengo la esperanza de un nuevo estado,
Donde todos los
hombres sean destruido por Dios
En ti quiero
desplazar el infierno a la tierra
Quitarle las máscaras
a todos los diablos
Derribar a la
Iglesia hasta sus cenizas
Sin dejar piedra
sobre piedra.
Que no solo se
caliente el lecho de los hombres y las mujeres
Sino sobre todo
su corazón.
Por lo mismo ama
mi amor, ama con toda tu alma
No te olvides de
amar
Pase lo que pase
No dejes de amar
Y permíteles
amarte.
Ya están cerca
las últimas nupcias
Enséñales a
esperar al novio con las lámparas llenas de aceite
Los vestidos
blancos, y los cabellos llenos de sangre
divina
Que el mundo no
pueda resistir tu imagen
Ni se atreva a pronunciar
tu nombre.
A los hombres al
final de los tiempos les toca el silencio y la oscuridad.
Nada más que el
vacío, nada más.
Iniciemos pues el
retorno a lo sagrado
Desata la peste,
pudre el tiempo profano, enferma con tu gracia
Hija, madre,
esposa, hermana, Maestra numinosa.
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