martes, 7 de noviembre de 2023

¿Y después de palestina qué? La pos humanidad

 

¿Y después de palestina qué? La pos humanidad

¿Después de la primera guerra mundial?

El dadaísmo

El dadaísmo fue un movimiento cultural y artístico creado con el fin de contrariar las artes, que surgió en 1916 en el Cabaret Voltaire en Zúrich. Fue propuesto por Hugo Ball, escritor de los primeros textos dadaístas; posteriormente, se unió el rumano Tristan Tzara, que llegaría a ser el emblema del dadaísmo. Una característica fundamental del dadaísmo es la oposición al concepto de razón instaurado por el positivismo. El dadaísmo se caracterizó por rebelarse en contra de las convenciones literarias, y especialmente artísticas, por burlarse del artista burgués y de su arte.1

Su actividad se extiende a gran variedad de manifestaciones artísticas, desde la poesía a la escultura, pasando por la pintura o la música.2

La poesía era ilógica y de difícil comprensión, dado que se basaba en una sucesión de palabras o sonidos muchas veces sin sentido. Y tomaba una actitud de burla y humor contra la sociedad burguesa. Y en la pintura seguía el mismo camino, eran collages hechos con objetos de desecho y de la basura.

Para los miembros del Dadaísmo, este era un modus vivendi que hacían presente al otro a través de los gestos y actos dadaístas: acciones que pretendían provocar a través de la expresión de la negación dadaísta. Al cuestionar y retar el canon literario y artístico, el Dadaísmo crea una especie de antiarte moderno, por lo que se trata de una provocación abierta al orden establecido.3

 

Coja un periódico

Coja unas tijeras
Escoja en el periódico un artículo de la longitud que cuenta darle a su poema
Recorte el artículo
Recorte en seguida con cuidado cada una de las palabras que forman el artículo y métalas en una bolsa
Agítela suavemente
Ahora saque cada recorte uno tras otro
Copie concienzudamente
en el orden en que hayan salido de la bolsa
El poema se parecerá a usted

Y es usted un escritor infinitamente original y de una sensibilidad hechizante, aunque incomprendido del vulgo.

 

El dadaísmo es un nihilismo puro pero realmente consciente, por un lado es el final de toda la cultura occidental por otro lado es el comienzo, ya no era la cultura de logos de la razón, porque esa cultura nos llevó a la guerra, será la cultura de la voluntad, una voluntad lúdica anárquica, que la segunda guerra mundial terminara por destruir.

¿Después de Auschwitz? El existencialismo 

Decimos después pero no es un después cronológico de hecho el existencialismo ya está germinando con Kierkegaard pero es después de la segunda guerra mundial que la filosofía de Heidegger se hace conocida y que los franceses hablaran de existencialismo, Heidegger jamás se entendió  como un existencialista, pero sin el  existencialismo carecería de una ontología fundacional   al nivel de Aristóteles.

El existencialismo es una corriente filosófica y, posteriormente, una vanguardia literaria1​ orientada alrededor de la propia existencia humana a través del análisis de la condición humana, la libertad, la responsabilidad individual, las emociones, así como el significado de la vida. Sostiene que la existencia precede a la esencia y que la realidad es anterior al pensamiento y la voluntad a la inteligencia.23​ Plantea que el punto de partida del pensamiento filosófico debe ser el individuo y las experiencias subjetivas fenomenológicas, así como la angustia existencial que genera la aparente absurdidad del mundo. Sobre esta base, los existencialistas sostienen que la combinación del pensamiento moral y el pensamiento científico son insuficientes para entender la existencia humana, por lo tanto es necesario un conjunto adicional de categorías, gobernadas por la norma de autenticidad.456​ Una virtud primordial en el pensamiento existencialista es la autenticidad.7​ El existencialismo influiría en muchas disciplinas fuera de la filosofía, incluyendo la teología, el teatro, el arte, la literatura y la psicología.8

 

 

   El existencialista no le pregunta a la razón como el ilustrado sino a su voluntad sobre el proyecto de existencia y la construcción de sentido que este exige pero al preguntarle a la voluntad no da por sentado las respuestas de la razón y entonces es un cuestionamiento total de una riqueza filosófica extraordinaria pero al mismo tiempo se separa de toda la cultura anterior si antes era el hombre de la razón ahora es el Dasein el de la voluntad proyectada al mundo y que busca ser autentico o más bien sufre  la imposibilidad de su proyecto existencial, desde aquí es que todas la utopías modernas empiezan a caer como sueños de la razón absurdos.

¿Después de la guerra fría, qué? La posmodernidad 

l término posmodernidad o postmodernidad1​ es utilizado para designar generalmente a un amplio número de movimientos artísticosculturalesliterarios y filosóficos del siglo xx, que se extienden hasta hoy, definidos en diversos grados y maneras por su oposición o superación de las tendencias de la Modernidad.

En antropología y sociología en cambio, los términos posmoderno y posmodernización se refieren al proceso cultural observado en muchos países durante el siglo XX, identificado a principios de los años 1970. Esta otra acepción de la palabra se explica bajo el término posmaterialismo.

Las diferentes corrientes del movimiento posmoderno aparecieron durante la segunda mitad del siglo XX. Aunque se aplica a corrientes muy diversas, todas ellas comparten la idea de que el proyecto moderno fracasó en su intento de renovación radical de las formas tradicionales del arte y la cultura, el pensamiento y la vida social.

Uno de los mayores problemas a la hora de tratar este tema resulta justamente en llegar a un concepto o definición precisa de lo que es la posmodernidad. La dificultad en esta tarea resulta de diversos factores, como la actualidad —y por tanto la escasez e imprecisión de los datos a analizar— y la falta de un marco teórico válido para poder hacerlo extensivo a todos los hechos que se van dando a lo largo de este complejo proceso que se llama posmodernismo.

Áreas de influencia[editar]

Se suele dividir a la posmodernidad en tres sectores, dependiendo de su área de influencia: como un período histórico, como una actitud filosófica, o como un movimiento artístico.

Histórica, ideológica y metodológicamente diversos, estos sectores comparten, sin embargo, un parecido de familia centrado en la idea de que la renovación radical de las formas tradicionales en el arte, la cultura, el pensamiento y la vida social impulsada por el fracaso del proyecto modernista en su intento de lograr la emancipación de la humanidad, y de que un proyecto semejante es imposible o inalcanzable en las condiciones actuales. Frente al compromiso riguroso con la innovación, el progreso y la crítica de las vanguardias artísticas, intelectuales y sociales, al que considera una forma refinada de teología autoritaria, el posmodernismo defiende la hibridación, la cultura popular, el descentramiento de la autoridad intelectual y científica y la desconfianza ante los grandes relatos que presenta la sociedad en la actualidad ante tal movimiento.

Características[editar]

Las principales características del pensamiento posmoderno son:

·         Antidualista. Los postmodernos aseveran que la filosofía occidental creó dualismos y así excluyó del pensamiento ciertas perspectivas. Por otro lado, el posmodernismo valora y promueve el pluralismo y la diversidad (más que negro contra blanco, occidente contra oriente, hombre contra mujer). Asegura buscar los intereses de «los otros» (los marginados y oprimidos por las ideologías modernas y las estructuras políticas y sociales que las apoyaban).

·         Cuestiona los textos. Los posmodernos también afirman que los textos —históricos, literarios o de otro tipo— no tienen autoridad u objetividad inherente para revelar la intención del autor, ni pueden decirnos «qué sucedió en realidad». Más bien, estos textos reflejan los prejuicios y la cultura particular del escritor.

·         El giro lingüístico. El posmodernismo argumenta que el lenguaje moldea nuestro pensamiento y que no puede haber pensamiento sin lenguaje. Así que el lenguaje crea, literalmente, realidad.

·         La verdad como perspectiva. Además, la verdad es cuestión de perspectiva o contexto más que algo universal. No tenemos acceso a la realidad, a la forma en que son las cosas, sino solamente a lo que nos parece a nosotros.

·         Reconoce que existen diferentes tipos de saber

El grave problema posmoderno es que no puede establecer criterios de valor exceptuando claro la crítica a todo código binario patriarcal, euro céntrico, moderno, racional pero en esa crítica cae en un código binario entre la diversidad y los códigos binarios es decir que reproduce lo que intenta negar, lo cual llevara  a una polaridad en todos los niveles entre conservadores y posmodernos “porgresistas” y es que la posmodernidad no tiene utopía progresista, derrumbo todo meta relato, lo que tiene es una deconstrucción del mundo moderno, algo entre , algo que no intenta definirse pero si empoderarse, más en esa lucha de poder donde una vez deconstruida se intenta ocupar la institucionalidad encuentran una resistencia conservadora bastante diversa.

¿Después de palestina? ¿Qué?

La pos humanidad

         En la filosofiaposhumanismo es utilizado, por una parte, como forma de designar las corrientes de pensamiento que aspiran a una superación del humanismo en el sentido de las ideas y las imágenes provenientes del Renacimiento clásico. Así se pretende actualizar dichas concepciones posteriores a la segunda mitad del siglo xx, cuando el sujeto humanista empezó a tener un declive.1

También se le da el término poshumanismo a la generación que llega después de la reflexión postmodernista, postcolonial, de género, de raza y de una visión que llega de voces que comenzaron después de los años setenta.2​ Sin embargo, el posthumanismo no es un concepto cerrado, "mas bien un índice para describir nuestro momento" (Braidotti, 2015). Y no se trata de comprender lo que es el ser humano en esencia, sino lo que quiere llegar a ser y en lo que se puede convertir como especie.3

Otro uso del término poshumanismo es el que suele asimilarse como destino del transhumanismo al superar las limitaciones intelectuales y físicas mediante el control tecnológico de su propia evolución biológica (véase Ingeniería genética humana), emergiendo un estado existencial fisicalista en el que ya se domina la trascendencia natural de la humanidad.

Poshumano es un concepto notablemente originado en los campos de la ciencia ficciónfuturologíaarte contemporáneo, y filosofía. Esos múltiples orígenes interactuantes han contribuido a la profunda confusión en torno a las similitudes y diferencias entre el poshumano del "posmodernismo" y el poshumano del "transhumanismo".

El poshumanismo y la tecnología han ido avanzando de la mano ya que actualmente es una forma de poder acceder al conocimiento. Redes sociales, teléfonos inteligentes y demás son instrumentos que nos facilitan el acceso al conocimiento. El conocimiento relativista y el cuántico han sido diferentes tipos de conocimiento con el cual hemos ido desarrollando la tecnología debido a que estos surgen propiamente de la física moderna.

Además de que el poshumanismo toma cuerpo de naturaleza en la sociedad, las hipótesis sobre el surgimiento de un nuevo prototipo humano abren un período de reflexión sobre las promesas de la tecnología.

Añadiendo que después de la pandemia provocada por el COVID-19, el posthumanismo cobró una mayor importancia, dejando de ser solo existencial, o sea, transformándose en una filosofía que ayude al ser humano a entender "quién es".2

 

Transición de humanismo a posthumanismo[editar]

Contrario a lo que propone el humanismo, el posthumanismo, evolución o paso a seguir del humanismo, como pensamiento filosófico propone la descentralización del ser humano. Tomando en cuenta primeramente a todos los humanos por igual dejando atrás complejos machistas o misóginos, además tiene en cuenta que las acciones del ser humano tienen un impacto no solo en el mismo humano, sino que afecta el ambiente y a los demás seres vivos en el planeta por lo que también tiene en cuenta pensamientos como el animalismo (Cole, et. al, 201113​). El impacto cultural y tecnológico ha sido tan grande que ha permitido al ser humano cambiar, realizar tareas de forma más sencilla o incluso expresarse con su propio cuerpo, a la combiación o fusión de estos aspectos (cultural y tecnológico) con el cuerpo humano se le conoce como “Cyborg”,  no por ser un humano con piezas robóticas adheridas a su cuerpo sino que la mezcla de estos elementos permite que el humano se exprese y muestre historias de una forma que ningún otro ser vivo puede hacerlo (Czaja, 201114​). Por otro lado el término “Cyborg” también puede utilizarse de una forma más literal ya que el transhumanismo que se relaciona desde un aspecto físico con el posthumanismo, se propone de esta forma que mediante la tecnología se mejoren las capacidades físicas del ser humano (Hayles, 199915​). El posthumanismo entonces pretende ser el siguiente paso para la humanidad mediante la implementación de distintos conceptos a lo que se creía del humanismo, dejando a un lado al ser humano (de sexo masculino) como lo más y único importante a tener en cuenta no solo a todos los humanos por igual, sino que también se contemplan las implicaciones que estos tienen en el medio ambiente, los demás seres vivos y como también cosas o conceptos creados por la misma humanidad como la tecnología y la cultura ha modificado a la especia llegando al punto de crear un término como “Cyborg” para poder explicar desde distintos contextos al humano moderno y del futuro.

Más luego de ver como  mata el ciborg  en la franja de gaza, queda claro que la pos humanidad no es un paso de evolución al menos que la evolución sea un simple adaptarse al medio y no un salto cualitativo de crecimiento de conciencia, porque el ciborg procesa mucha más información como nunca antes en la historia, pero no la reflexiona, es una voluntad con ansia de poder y entonces toca redeconstruir a la voluntad ¿Para que vuelva a la razón? No, sino para que se integre con ella en una comunión sintransferencial claro eso es solo posible en un armagedón  y entonces toca preparar el Armagedón esta lucha espiritual entre el ciborg y el hombre que no renuncia a buscarse a sí mismo.

¿Cómo sería esta gran guerra?     

  Como es o más bien como ha sido siempre, porque el Armagedón no es otra cosa que la radicalización de la lucha espiritual, una idea de esta lucha la puede dar el encuentro entre Alejandro y Diógenes, entre la voluntad  de poder y la voluntad de ser:      

     Para sorpresa de los presentes, el intercambio de saludos entre el gran Alejandro, y el controvertido Diógenes, había sido igual de escueto, que sencillo. «Soy Alejandro» había dicho el apuesto joven que tenía Macedonia y las polis griegas a sus pies, haciendo gala de su simpatía y regio porte. A lo que el sucio y famélico filósofo griego, ni corto ni perezoso, había respondido: «Y yo, Diógenes, el perro».

― ¿¡Cómo se atreve?!

Exclama ante la insolencia uno de los miembros de su guardia personal, antes de llevarse la mano derecha su kopis. ¡Aquel vagabundo, necesitaba una buena lección!; sin embargo, Alejandro, divertido ante el cariz que está tomando el encuentro, lo detiene con un gesto de su mano izquierda antes de sonreír y dar un paso al frente.

― Decidme, ¿por qué te llaman Diógenes, el perro?

Diógenes, en aquel momento enfrascado en quitarse la suciedad que se ha acumulado bajo las uñas de su mano derecha, vuelve a ignorar su ímpetu para contestarle con pasividad y desgana.

― Porque alabo a los que me dan, ladro a los que no me dan y, a los malos, los muerdo.

Los murmullos vuelven a despertarse entre los curiosos que se han ido reuniendo a observar la escena, mientras los guardias, incapaces de entender que pretende su gran líder, se miran de soslayo.

― ¡Pídeme, pues, lo que quieras!

Prorrumpe entonces inesperadamente Alejandro abriendo los brazos con una hermosa sonrisa dibujada en su rostro, en busca de un acto simbólico que muestre a todos los presentes que él, era de los que daban y, por tanto, digno de ser alabado.

― ¿Lo que quiera?

Pregunta interesado el escuálido filósofo.

― ¡Sí!

Amplía su sonrisa Alejandro sin imaginar que Diógenes, único e irrepetible, agudo e ingenioso, sin igual, le conteste…

―Quiero que te quites de donde estas, ya que me tapas el sol.

Alejandro, igual de sorprendido que los que le rodean, está a punto de dar un paso atrás y balbucear; sin embargo, en un acto de orgullo, recomponiéndose a marchas forzadas de tan imprevista contestación, sale del paso diciéndole…

― ¿No me temes?

Diógenes de Sinope, imperturbable, a pesar del titubeante tono de voz del joven, le responde con la misma e inalterable autosuficiencia.

― Gran Alejandro, ¿te consideras un buen o un mal hombre?

Alejandro, oculta su incomodidad como puede para intentar mostrarse igual de sereno que el hombre que tiene tumbado ante él. Sin embargo, su tono y volumen de voz, le delatan...

― Me considero un buen hombre.

El filósofo sonríe, se frota las manos y levanta el rostro para mirarle directamente a los ojos.

Sabe que le tiene a su merced…

― Entonces… ¿Por qué habría de temerte?

Aquella respuesta va más allá de lo que los guardias pueden soportar, por lo que dando un paso al frente se llevan las manos a sus armas mientras la gente, escandalizada, se lleva las manos a la cabeza, entrecierran los ojos, o se tapan la boca.

¡Todo apunta al fin de aquel insolente filósofo!

Sin embargo…

― ¡Silencio!

Ruge Alejandro revolviéndose como un león asediado, acallando cuantos murmullo e insultos le rodean. Tal es fuerza y determinación que los guardias, sorprendidos, se abren rápidamente en círculo.

― ¡Basta!

Gira sobre sí mismo el joven destinado por los dioses a crear uno de los mayores imperios de la historia hasta que, señalando al inmutable filósofo, exclama…

― ¿Sabéis qué os digo?

Todos… Hombres, mujeres y niños, contienen la respiración.

El silencio es total y absoluto, hasta que Alejandro, reconociendo la inteligencia de aquel hombre, les dice a todos:

― Si no fuera Alejandro… Sería de buena gana Diógenes.

Esta historia, entre la realidad y la leyenda, es narrada por Plutarco en sus Vidas Paralelas, de la siguiente manera:

«Hallábase casualmente tendido al sol, y habiéndose incorporado un poco a la llegada de tantos personajes, fijó la vista en Alejandro. Saludóle éste, y preguntándole en seguida si se le ofrecía alguna cosa, “Muy poco- le respondió-; que te quites del sol”. Dícese que Alejandro, con aquella especie de menosprecio, quedó tan admirado de semejante elevación y grandeza de ánimo, que cuando retirados de allí empezaron los que le acompañaban a reírse y burlarse, él les dijo: “Pues yo, a no ser Alejandro, de buena gana fuera Diógenes»

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Autor: José Antonio López Medina

 

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