El horizonte hermenéutico universal
- Spinoza es el verdadero fundador de la filosofía especulativa moderna; Schelling, su rehabilitador y Hegel, su culminador.
- El comienzo de la filosofía no es Dios, no es lo absoluto, no es el ser como predicado de lo absoluto o de la idea —el comienzo de la filosofía es lo finito, lo determinado, lo real. Lo infinito no puede pensarse de ningún modo sin lo finito.
- La filosofía tiene que unirse nuevamente con las ciencias naturales y las ciencias naturales con la filosofía. Esta unión fundada en una necesidad (Bedürfnis) mutua, en una necesidad (Notwendigkeitj interna, será más duradera, más afortunada y fecunda que el maridaje que hasta ahora ha reinado entre la filosofía y la teología.
- La filosofía antigua tenía como principio la razón, la «idea»; pero «la idea no ha sido establecida por Platón y Aristóteles como lo que contiene a Todo». La filosofía antigua dejaba subsistir algo fuera del pensar —un residuo que no era absorbido por el pensar. La imagen de este ser fuera del pensar es la materia —el sustrato de la realidad. En la materia la razón encontraba su límite.
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- Feuerbach, Tesis provisionales para la reforma de la filosofía y Principios de la filosofía del futuro.
Jorge Machicado
Colaborador destacado
Desde que Feurbach intenta excluir la TEOLOGÍA, mutila de sí mismo y del ser humano una esencia, una esencia: la espiritual.
La ciencia adolescente lo hace y autopontifica: la filosofía del entendimiento lo hace y se estanca; la teología se desmarca y se se hace abstractividad pura, vacía.
El Espíritu, es el Todo.
Tatareando Porlavie
Colaborador destacado
Jorge Machicado ¿No estás reduciendo lo espiritual a lo meramente teológico?
Christian Franco Rodriguez
Colaborador destacado
Esa inversión de lo esencial a lo existencial nos lleva en Heidegger a la manifestación del logos y comprendo que este se manifiesta desde la herida despertando un proceso esquizofrenico paranoico analítico que en nuestro interior nos ilumina Dharmicamente y que luego es traspasado por un proceso histérico neurótico sintético que se se sublima en la conciencia universal de amor y entonces volvemos a lo teológico solo que ahora podemos tomar conciencia de como creamos a Dios ¿Esto quiere decir que Dios es falso? para nada al contrario esto quiere decirr que es nuestro horizonte hermenéutico universal.
Más los pos estructuralistas, pos modernos poshumanistas, multiculturalistas e interculturalistas y aquellos que intentan superar la cultura humana no estarían de acuerdo conmigo ¿Qué proponen ellos?
Pues un neopaganismo capitalista basado en los ciber fantasmas
Para comprender esto hay que admitir que las identidades están creadas en nuestros muertos, el hombre se hizo hombre adornado a sus muertos, esta es la base de toda cultura asi se formaron las comunidades en la trasferencia con sus totems
las-formas-elementales-de-la-vida-religiosa%20(1).pdf Durkheim
Se sabe desde hace largo tiempo que los primeros sistemas de representaciones que el hombre se ha hecho del mundo y de sí mismo son de origen religioso. No hay religión que no sea una cosmología al mismo tiempo que una especulación sobre lo divino. Si la filosofía y las ciencias han sido de la religión, es porque la religión misma ha comenzado por ocupar el lugar de las ciencias y de la filosofía. Pero lo que se ha notado menos es que ella no se ha limitado a enriquecer con cierto número de ideas un espíritu humano previamente formado; ha contribuido a formarlo. Los hombres no solamente le han debido, en una parte notable, la materia de sus conocimientos, sino también la forma según la cual esos conocimientos son elaborados. Existe, en la raíz de nuestros juicios, un cierto número de nociones esenciales que dominan toda nuestra vida intelectual; son las que los filósofos, desde Aristóteles, llaman las categorías del entendimiento: nociones de tiempo, de espacio4 , de género, de número, de causa, de sustancia, de personalidad, etc. Ellas corresponden a las propiedades más universales de las cosas. Son como los cuadros sólidos que encierran el pensamiento; éste no parece poder liberarse de ellos sin destruirse, pues no parece que podamos pensar objetos que no están en el tiempo o en el espacio, que no sean numerables, etc. Las otras nociones son contingentes y móviles: concebimos que puedan faltar a un hombre, a una sociedad, a una época; éstas nos parecen casi inseparables del funcionamiento normal del espíritu. Son como la osatura de la inteligencia. Pues bien, cuando se analiza metódicamente las creencias religiosas primitivas, se encuentra naturalmente en el camino a las principales de estas categorías. Han nacido en la religión y de la religión; son un producto del pensamiento religioso. Esta es una comprobación que tendremos que hacer muchas veces en el curso de esta obra. Esta observación tiene ya algún interés en sí misma; pero lo que le da su verdadero alcance es lo siguiente: La conclusión general del libro que va a leerse, es que la religión es una cosa eminentemente social. Las representaciones religiosas son de representaciones colectivas que expresan realidades colectivas; los ritos son maneras de actuar que no surgen más que en el seno de grupos reunidos y que están destinadas a suscitar, a mantener o a rehacer ciertos estados mentales de esos grupos. Pero entonces, si las categorías son de origen religioso, deben participar de la naturaleza común a todos los hechos religiosos: deben ser, ellas también, cosas sociales, productos del pensamiento colectivo. Al menos - pues, en el estado actual de nuestros conocimiento en estas materias, hay que cuidarse de toda tesis radical y exclusiva - es legítimo suponer que ellas son ricas en elementos sociales. Es esto, por otra parte, lo que puede entreverse, desde ahora, respecto a algunas de ellas. Trátese, por ejemplo, de representarse lo que sería la noción del tiempo, con abstracción de los procedimientos por los cuales lo dividimos, lo medimos, lo expresamos por medio de signos objetivos, un tiempo que no sería una sucesión de años, de meses, de semanas, de días, de horas. Sería algo casi impensable. No podemos concebir el tiempo más que a condición de distinguir en él momentos diferentes. Ahora bien, ¿cuál es el origen de esta diferenciación? Sin duda, los estados de conciencia que ya hemos experimentado pueden reproducirse en nosotros, en el mismo orden en que se han desarrollado primitivamente; y así se nos hacen presentes porciones de nuestro pasado, distinguiéndose espontáneamente del presente. Pero, por importante que sea esta distinción para nuestra experiencia privada, dista de ser suficiente para constituir la noción o categoría de tiempo. Ésta no consiste simplemente en una conmemoración, parcial o integral, de nuestra vida transcurrida. Es un cuadro abstracto e impersonal que envuelve no solamente nuestra existencia individual sino la de la humanidad. Es como un cuadro ilimitado donde toda la duración se extiende ante la mirada del espíritu y donde todos los acontecimientos posibles pueden situarse en relación con puntos de referencia fijos y determinados. No es mi tiempo que está así organizado; es el tiempo tal como objetivamente es pensado por todos los hombres de una misma civilización. Sólo esto basta ya para hacer entrever que tal organización debe ser colectiva. Y, en efecto, la observación establece que estos indispensables puntos de referencia en relación con los cuales todas las cosas están clasificadas temporalmente, están tomados de la vida social. Las divisiones en días, semanas, meses, años, etc., corresponden a la periodicidad de los ritos, de las fiestas, de las ceremonias públicas5 . Un calendario expresa el ritmo de la actividad colectiva al mismo tiempo que tiene por función asegurar su regularidad.
Lo mismo sucede con el espacio. Como lo ha demostrado Hamelin7 , el espacio no es ese medio vago e indeterminado que había imaginado Kant: pura y absolutamente homogéneo, no serviría para nada y ni siquiera podría ser aprehendido por el pensamiento. La representación espacial consiste esencialmente en una primera coordinación introducida entre los datos de la experiencia sensible. Pero esta coordinación sería imposible si las partes del espacio fueran cualitativamente equivalentes, si fueran realmente substituibles unas por otras. Para poder disponer espacialmente las cosas, hay que poder situarlas diferentemente: poner unas a la derecha, otras a la izquierda, éstas arriba, aquéllas abajo, al norte o al sur, al este o al oeste, etcétera, del mismo modo que, para poder disponer temporalmente los estados de la conciencia, hay que poder localizarlos en fechas determinadas. Es decir que el espacio mismo no podría existir si, como el tiempo, no estuviera dividido y diferenciado. ¿Pero de dónde provienen estas divisiones que le son esenciales? En sí mismo, él no tiene ni derecha ni izquierda, ni arriba ni abajo, ni norte ni sur, etc. Todas estas distinciones provienen evidentemente de que se ha atribuido a las regiones valores afectivos diferentes. Y como todos los hombres de una misma civilización se representan el espacio de la misma manera, es necesario evidentemente que esos valores afectivos y las distinciones que dependen de ellos les sean igualmente comunes; lo que implica casi necesariamente que ellas son de origen social.
Hay casos, por otra parte, donde este carácter social se ha hecho manifiesto. Existen sociedades en Australia y en América del Norte donde el espacio se concibe bajo la forma de un inmenso círculo, porque el campo mismo tiene forma circular9 , y el círculo especial está dividido exactamente como el círculo tribal y a su imagen. Se distinguen tantas regiones como clanes hay en la tribu y el lugar ocupado por los clanes en el interior del campamento determina la orientación de las regiones. Cada región se define por el tótem del clan al cual está asignada. Entre los Zuñi, por ejemplo, el pueblo* comprende siete barrios; cada uno de esos barrios es un grupo de clanes que ha tenido su unidad: según toda probabilidad, era primitivamente un clan único que luego se ha subdividido. Pues bien, el espacio comprende igualmente siete regiones y cada uno de esos siete barrios del mundo están en íntimas relaciones con un barrio del pueblo, es decir, con un grupo de clanes10. “Así, dice Cushing, se cree que una división se relaciona con el Norte, otra representa al Oeste, otra al sur11, etc.” Cada barrio del pueblo tiene su color característico que lo simboliza; cada región tiene el suyo que es exactamente el del barrio correspondiente. En el curso de la historia, ha variado el número de los clanes fundamentales; el número de las regiones del espacio ha variado de la misma manera. Así, la organización social ha sido el modelo de la organización espacial que es como un calco de la primera. Hasta la distinción entre derecha e izquierda, lejos de estar implicada en la naturaleza del hombre en general, es verosímilmente el producto de representaciones religiosas, por consiguiente colectivas12 . Más lejos se encontrarán pruebas análogas relativas a las nociones de género, de fuerza, de personalidad, de eficacia. Hasta puede preguntarse si la noción de contradicción no depende, también ella, de condiciones sociales. Lo que tiende a hacerlo creer es que el dominio que ha ejercido sobre el pensamiento ha variado según las épocas y las sociedades. El principio de identidad domina hoy el pensamiento científico; pero hay vastos sistemas de representaciones que han desempeñado en la historia de las ideas un papel considerable y frecuentemente se lo ignora: son las mitologías, desde las más groseras hasta las más cultas sin cesar se trata en ellas de seres que tienen simultáneamente los atributos más contradictorios, que son a la vez uno y muchos, materiales y espirituales, que pueden subdividirse indefinidamente sin perder nada de lo que los constituye, en mitología, es un axioma que la parte vale el todo. Esas variaciones que ha sufrido en la historia la regla que parece gobernar nuestra lógica actual prueban que, lejos de estar inscripta eternamente en la constitución mental del hombre, depende, al menos en parte, de factores históricos, en consecuencia sociales. No sabemos exactamente cuáles son; pero podemos presumir que existen.
Pues bien la pos modernidad en su plateamiento multicultural nos da como horizontes hermenéuticos la vuelta a a la adoración de los tótems para ver esto nada mejor que una película insignificante de navidad:
https://www.youtube.com/watch?v=jn2JIjRm8to&t=5s
Es como empieza la película subvirtiendo una galleta de papa Noel dándole forma femenina lo que nos da toda la idea de la subversión multicultural y entonces ya nos e trata de celebrar la navidad como el nacimiento de Jesús o como el día de los regalos donde hay que consumir pero aun en nombre de Jesús o por lo menos de papa Noel no aquí la navidad vuelve a su significación pagana donde los dos mundos se juntas el de los vivos y el de los muertos, esta película es el clásico genero de películas donde los muertos se quedan atrapados en esta vida sin poder ascender o descender y entonces se plante la gran pregunta sobre el sentido de la vida pero en código evasivo entretenido, la película en este tema para mi generación fue Ghost la sombra del amor donde lo aun lo hetero patriarcal primaba, aquí no, aquí se trata de ciber muertos y el espacio cibernético es el mejor para recrear a los muertos, la momias digitales, los Mallquis dicho andinamente los tótems realmente cobran vida y es que los vivos en el espacio digital son de alguna manera momias y entonces la tribu cibernética hace posible el encuentro entre vivos y muertos, ahí los vivos están muertos invertidos en avatares y los muertos están vivos invertidos en avatares también de esto da cuenta la película. Pero ¿Cuál es la respuesta al sentido de la vida? ¿Por qué esta atrapado el muerto? No se trata del amor, mucho menos de Dios ni de ninguna redención, se trata de dejar ser a tus amigos y no imponerles ninguna moral o conciencia, pero ¿Que es dejar ser? No es otra cosa que dejar de obstaculizar su éxito capitalista, donde ellos cumplirán su sueño y obtendrán el reconocimientos social, no estamos ante los tótems prehistóricos estos son tótems capitalistas así que detrás de la multiplicidad se esconde un cuerpo sin órganos que no es otro que el capital y chévere la película queda redonda bueno deformemente redonda más el sueño capitalista americano está ahí para las nuevas generaciones mileniums y para ellos el paraíso no es otra cosa que el eterno retorno pero el eterno retorno de Nietzsche:
¿Qué pasaría si un día o una noche un demonio se desliza furtivo en tu más solitaria soledad y te dijera: "Esta vida, tal como la vives ahora y tal como la has vivido, la tendrás que vivir una vez más e incontables veces más; y no habrá nada nuevo en ella, sino que cada dolor, cada placer, cada pensamiento, suspiro y todo lo indeciblemente pequeño y grande de tu vida tendrá que retornar a ti y todo en la misma serie y en la misma sucesión- e igualmente esta araña y este claro de luna entre los árboles, e igualmente este instante y yo mismo. El eterno reloj de la arena de la existencia será girado siempre de nuevo- y tú con él, mota de polvo del polvo" [...] ¿Cómo tendrías que quererte a ti y a la vida para no pretender nada más que esta confirmación última, que este último sello?"
Sino el eterno retorno capitalista donde haces aquello que te gusta siempre y donde cada navidad puedes volver a estar con tus amigos en el espacio virtual, es decir ahora el capitalismo no solo reina en esta vida sino en la otra donde ya no hay infierno ni cielo sino una extensión del placer consumista.
Este es el horizonte hermenéutico que proponen los posmodernos, ahí en la expresión ridícula de esta película se puede ver tal cual pero ¿Es sostenible?
Veamos los ciber muertos en el mundo subdesarrollado, no se trata de accidentes se trata de adolescentes en su mayoría muertos en la lucha ya no entre pandillas pequeños clanes sino entre bandas organizadas, mafias trasnacionales donde los muertos les da su identidad y es que el capitalismo no es una justa competencia para lograr ser alguien en el mundo sino una guerra ultra violenta para alcanzar el enriquecimiento que las elites capitalistas se niegan a compartir y asi la historia dulce de los ciber muertos se convierte en la pesadilla de los países subdesarrollados, más la adoración de los tótems es vital para la formación de la identidad, ellos son los dioses que fundamentan la identidad capitalista.
He aquí el proceso esquizofrénico paranoico múltiple, el cual se tira abajo toda pretensión de inter culturalidad, de tolerancia, porque la lucha multicultural es en extremo violenta nada parecido al sueño caviar, ¿Esta lucha generara un nuevo sistema una nueva cultura? Claro si surgiera una histeria neurosis colectiva que pudiera sintetizar y sublimar toda esta violencia por supuesto, pero eso requeriría un nuevo horizonte hermenéutico universal, y eso es algo que la izquierda caviar no quiere que surja bajo ninguna perspectiva y es que el trauma de las guerras mundiales y de la guerra fría los lleva a aceptar el horizonte hermenéutico capitalista en tanto este tolere los horizontes multiculturales es decir los ciber fantasmas más los ciber fantasmas son cada vez más ciber demonios para superarlos se tendrá que volver a un Dios único y ahí está el judaísmo el islamismo y el cristianísmo preparando la resurrección de Dios, que no será otra cosa que la manifestación de un anticristo universal, es decir la manifestación de una gran voluntad de poder, la que no será una histeria neurótica compasiva sino la gran esquizofrenia paranoica destructiva algorítmica claro la única manera de superar al anticristo es con Cristo, así que el apocalipsis está asegurado ¿Pero será el hombre capaz de generar una compasión universal? Si no es así estamos en te el final de la
Humanidad, los ciber fanstasmas aún tiene características humanas, pronto dejaran de tenerlas, serán nada más que información que configurara al ciborg, por esto la necesidad de salir de la red cibernética y de tocar la herida humana para que Dios resucite y en él, el hombre.
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